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los griegos en el oriente —y para cualquiera de los nativos helenizantes a quienes se
permitiera participar— la paideia griega significaba ante todo la preservación de la
helenidad, no la creación de un nuevo híbrido. Sólo en lugares como Alejandría, la
cultura griega, a la vez que construía sobre lo antiguo como siempre había hecho,
creó nuevas formas para satisfacer nuevas necesidades. Incluso aquí, no obstante, no
debemos considerar la interacción sólo desde el punto de vista griego; era un proceso
en dos sentidos.
El papel social de la literatura griega no es simple. Generalmente definía una
élite, pero hay indicios de un disfrute popular también. La representación de lo no
griego a veces creó una identidad griega por medio de la toma de distancia, a veces
afirmó la helenidad por medio de la apropiación y la asimilación. Lo personal y lo
público coexistían, y los modos de mecenazgo parecen comparables a los de la
Grecia arcaica. Los escritores se entendían con la tradición, pero (en un modo
tradicional) innovaron, experimentaron nuevas formas de describir las
preocupaciones humanas y de concebir la personalidad humana. La historiografía a
la vez describió el nuevo sistema multipolar de poder y defendió la identidad cívica,
según fuera la necesidad. El hilo común en todo esto es la prolífica reproducción de
formas literarias, que atestiguan el continuo papel de la lectura y la interpretación en
los
debates
culturales
y
la
reflexión
entre
las
élites
griegas.
1
A. K. Bowman, Egypt after the Pharaohs, 332 BC-AD 642: From Alexander to theAmb Conquest
(Londres, 1986; Oxford, 1990), pp. 192, 205, 225.
2
A. W. Bulloch, «Hellenistic poetry», CHCL, cap. 18 (pp. 541-621), en pp. 544-549.
3
Véase R. Williams, Culture (Londres, 1981), pp. 10-14.
4
Véase T. Eagleton, Literary Theory (Oxford, 1983), cap. l,esp. p. 16.
5
Pese al cuadro descrito por Blomqvist: véase capítulo 5 n. 76 (en p. 467).
6
Préaux, i, p. 319.
7
Bulloch, CHCL, pp. 570-586.
8
Ibid. pp. 610-611.
9
Cf. R. Wells (ed. y trad.), Theocritus: The Idylls (Londres, 1988), pp. 9-52 («Introduction»), en pp.
23-25.
10
Bulloch, CHCL, pp. 571-572.
11
Sobre el mecenazgo ptolemaico del Museo y la biblioteca, y sobre su organización, véase P. M.
Fraser, Ptolemaic Alexandria (Oxford, 1972), cap. 6 (vol. i, pp. 305-335).
12
Sobre la posible participación de Demetrio de Falero en el destino de las obras de Aristóteles, véase
S. Y. Tracy,
Athenian Democracy in Transition: Attic Letter-cutters of 340 to 290 BC (Berkeley, etc.,
1995), pp. 50-51.
13
Los acentos tonales habían sido reconocidos por Platón y otros, pero hasta esa fecha no se había
inventado un sistema escrito. Sobre su significación, véase W. S. Alien,
Vox Graeca: The
Pronunciation of Classical Greek (Cambridge 31987), cap. 6 (pp. 116-139), en pp. 116-130. El cambi
o a un acento de énfasis apareció a finales del período romano, al igual que la mayoría de cambios en
la pronunciación de vocales y consonantes.
14
Citado en E A Barber, «Alexandrian literatura», CAH1 vii (1928), cap 8 (pp 249-283), en p 252.
15
Los indicios de lectura silenciosa son examinados por A K Gavnlov, «Reading techniques in
classical antiquity», CQ 91 [nueva época 47] (1997), pp 54-73, M F Burnyeat, «Postscript on silent
reading», ibid pp 74-76.
16
Preaux, i, p 234, cf p 236. Incluso define a la filología helenística como una técnica racional con
una intención mística (i, p 238).
17
Cf M Beard y J Henderson, Classics A Very Short Introduction (Oxford y Nueva York, 1995), pp 1-
6, K Walsh,
The Representation of the Past Museums and Hentage in the Postmodern World (Londres
y Nueva York, 1992)
18
Agradezco a Lin Foxhall este comentario.
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19
Vidas de los diez oradores = Moralia, 832 b-852 e. R Thomas, Oral Tradition and Written Record
in Classical Athens (Cambridge, 1989), pp 48-49, quien, no obstante, señala que los actores no
aprendían entonces su parte de copias escritas, sino que hacían que se la leyera el secretario de la
polis. Sobre los aspectos orales de la cultura del siglo IV, véase ibid cap 2 (pp 95-154), cap 4 (pp 195-
237), pp 251-257, etc, id, «Orality», OCDI 1 072.
20
Tarn y Griffith, p 272.
21
Preaux, ii, p 675.
22
Ibid, ii, pp 675-676.
23
Bulloch, CHCL, pp 549-570, con bibliografía Fraser, Ptolemaic Alexandria, cap 11 (Vol i, pp 717-
793), es un estudio importante, aunque los principiantes pueden encontrarlo difícil.
24
Bulloch, CHCL, pp 552-553.
25
Ibid p 600.
26
Ibid p 603.
27
Ibid pp 604-605, Habicht, Athens, p 120.
28
Véase la sinopsis de Habicht, Athens, pp 119-120, 121.
29
H Lloyd-Jones y P Parsons, Supplementum hellenisticum (Berlín y Nueva York, 1983).
30
S West, Ptolemaic Papyri of Homer (Colonia, 1967)
31
A H R E Paap, De Herodoti reliquus in papyris et membranas Aegyptus servatis (Papyrologica
Lugduno-Batava, 4, Leiden, 1948), compila 21 papiros de Hdto que datan principalmente de los siglo
I y II d C (algunos del III y IV) y principalmente (12) hallados en Oxirrhinco. Casi la mitad son del
libro I (9 papiros), seguidos por libros 5 (4), 2 (3), 7 (2), 8 (2) y 3 (1) No hay ninguno de los libros 4,
6, o 9.
32
Bulloch, CHCL, pp 548-549.
33
Ibid.
34
Véase el amplio examen de P M Fraser, «Lycophron (2)», OCDI pp 895-897, S West, «Lycophron
italicised», JHS 104 (1984), pp 127-151.
35
Bulloch, CHCL, p 548.
36
Están preservadas en la Ant Pat 15 21-22, 24, 26-27, textos griegos en A S E Gow, Bucolici Graeci
(Oxford, 1952), pp 172-183, junto con el ultimo Altar atribuido a un tal Besantinos, las letras iniciales
aparentemente eran una dedicatoria al emperador Adriano (Ant Pal 15 25)
37
D R Shipley, A Commentary on Plutarchs Life of Agesdaos Response to Sources in the Presentation
of Character (Oxford, 1997), p 264.
38
Cf Alan Cameron, «Asclepiades' girl friends», en H P Foley, ed, Reflections of Women in Antiquity
(1981), pp 275-302, enp 296.
39
I C Cunningham, Herodas Mimiambi (Oxford, 1971)
40
Como supone Tarn, Tarn y Griffith, pp 278-279.
41
Bulloch, CHCL, p 612.
42
Sigo el orden de secciones dado por Stoneman, que mantiene la numeración antigua. Algunas partes
de los pasajes en verso se encuentran también en J Rusten et al (eds y trad) Theophrastus, Characters,
Herodas Mimes Cercidas and the Choliambic Poets (Loeb Classical Library, Cambridge, MA, y
Londres, 2 1993), pp 503-547.
43
R Stoneman (trad y ed 1991), The Greek Alexander Romance (Londres, 1991), pp 1-27
(«Introduction»), en pp 9-10.
44
Véase Bowman, Egypt, pp 31, 163-164. El oráculo del alfarero J Johnson, «The Demotic Chronicle
as an historical source»,
Enchorta, 4 (1974), pp 1-19. Ciclos de cuentos M Lichtheim,
Ancient
Egyptian Literature A Book of Readings, iii The Late Period (Berkeley, etc , 1980), pp 125 ss. Textos
de instrucción ibid pp 159 ss. Adaptación romana S West, «The Gre'ek versión of the legend of
Tefnut», JEA 5 5 (1969), pp 161-183.
45
Sobre los epigramas véase Bulloch, CHCL, pp 615-621, Fraser, Ptolemaic Alexandria, i pp 553-
617, examina toda la gama.
46
Bulloch, CHCL, pp 616-617.
47
Sobre los simposios véase O Murray, ed, Sympotica A Symposium on the Symposion (Oxford, 1990)
48
Véase Cameron, «Asclepiades' girl friends», sobre como los epigramas de Asclepiades manipulan
estereotipos de
hetairai (cortesanas y prostitutas) antes que documentar la realidad.
49
Véase ASE Gow y D L Page, The Greek Anthology Hellenistic Epigrams (Cambridge, 1965), ii, pp
191-192, sobre Calimaco, n ° xxxiv La versión de Cory dice «Me dieron a oír noticias amargas y a
llorar amargas lagrimas, yo llore mientras recordaba cuan a menudo tu y yo hablamos cansado al sol