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suplantó como capital (16. 1. 5 [738], Austin 188). Fue creada en parte por razones
politicas, como lo sugiere el hecho de que los magos se opusieran al plan, puesto
«que no deseaban que una fortaleza tal (epiteichisma) llegara a existir en su
detrimento» (Apian. Syria 50).
14
La seda asiria de la época de Plinio el Viejo podría
haberse desarrollado a partir de los Seléucidas, pero su papiro babilonio (13.73)
habría sido un legado helenístico; es particularmente lamentable que las condiciones
del suelo no hayan permitido su conservación.
Sherwin-White y Kuhrt sostienen que el núcleo del imperio estaba allí. El
área había sido urbanizada desde el tercer milenio a.C. y fue el escenario de los
imperios anteriores a los persas, como el babilónico y el neoasirio. Babilonia, a
orillas del Eufrates, tenía un sistema sumamente desarrollado de leyes, comercio y
burocracia; los sacerdotes de la ciudad, a partir de una larga experiencia, habían
creado incluso ceremonias para dar la bienvenida a nuevos conquistadores.
15
Las
montañas del norte de Mesopotamia producían madera, piedra de construcción y
minerales, pero las planicies fluviales del sur tenían la concentración más rica de
tierra agrícola.
Siria y Líbano brindaban suministros de madera y brea, esenciales para el
poderío militar; Diodoro (19. 58. 2-5) describe que Antígono hizo que se construyera
una flota con madera del Líbano e instaló astilleros en los puertos de Fenicia y otras
partes.
16
Siria tenía relativamente grandes extensiones de buena tierra cultivable.
17
Estrabón describe recursos adicionales en las vegas del río Orantes:
Y aquí Seleuco Nicátor mantuvo sus quinientos elefantes y la
mayor parte de su ejército, como hicieron aquellos que reinaron después.
Y fue una vez llamada Pela por los macedonios, porque la mayoría de
macedonios que sirvieron en el ejército se establecieron aquí, y Pela, la
patria de Filipo y Alejandro, se ha convertido en una metrópolis (ciudad
madre) para los macedonios. Y aquí estaba la oficina de superintendencia
militar y la cuadra, con más de treinta mil yeguas reales y trescientos
sementales. Y aquí los domadores de potros, los entrenadores de hoplitas
y todos los educadores en cuestiones militares ganaban su salario.
(Estrabón, 16.2. 10 [752])
Dafne, el suburbio-jardín de la nueva fundación de Antioquía (Antiocheia, en
griego) tenía bosquecillos y Damasco estaba bien irrigada. Siria también era un país
clave de tránsito: permitía acortar el camino desde el Mediterráneo al interior de
Asia, llegando al medio Eufrates a través de la planicie baja de Aleppo (antigua
Berrhoia o Berea).
18
Las ciudades costeras independientes se habían enriquecido con
el comercio en la antigua época griega, y el mar de Tiro producía una renta de la
púrpura. Es comprensible que Alejandro y sus sucesores se esforzaran por mantener
su fidelidad; de aquí la recurrente disputa entre los Ptolomeos y los Seléucidas por el
control de esta zona. Los Ptolomeos, de hecho, dominaron Fenicia buena parte del
tiempo.
19
Antes del reinado de Seleuco los principales asentamientos eran la Arado
fenicia y Antigonia, una polis griega inconclusa (destruida por Seleuco);
probablemente, algunos de los nombres de lugares macedonios listados por Estrabón
también habían sido asignados antes de Seleuco,
20
aunque éste era activo fundando
ciudades que lograron gran prosperidad.
295
El Asia Menor oriental y Siria. (Adaptado de J. B. Salomón, en Talbert,
Atlas, p. 74.)
Adyacente a Siria, al norte, estaba Cilicia Lea (Cilicia plana; también llamada
«Cilicia Pedias», la planicie de Cilicia), bien irrigada desde el monte Tauro; en la
época romana se cultivaba lino para los tejedores de Tarso (Dión Crisóstomo,
Oración, 34. 21-23). Al sur, Palestina (Palaistina) tenía tierra cultivable, buenos
pastos, a veces sustentados por la irrigación. Las palmas datileras y los árboles de
bálsamo florecían en los valles interiores del bajo Jordán (Diod. 19. 98); se recogía
asfalto de las costas del mar Muerto para ser usado en Egipto en la momificación.
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La Transjordania era fértil, con el suelo parcialmente volcánico; la zona de Gilead
tenía abundantes fuentes, bosques de árboles de hoja caduca y pastos. Algunos de los
países adyacentes al Creciente Fértil no podían ser dominados con facilidad
directamente, y se mantuvieron las relaciones tradicionales de intercambio de dones
con los árabes seminómadas del desierto de Siria y el norte de Arabia.
22
296
La Anatolia oriental, las sierras septentrionales y el interior de
Irán
Esta región topográfica es una cadena de cordilleras montañosas que se
extiende desde Cilicia Tráquea (Cilicia escarpada), Licaonia y Comagene, pasando
por el Ponto y la antigua Armenia (la actual Armenia y el noroeste de Turquía) y
Atropatene (Azerbaján) hasta Irán (que no es un nombre antiguo). Comprende la
cordillera del Zagros y las partes integrantes del interior de Irán: Media, Susiana,
Persis (sur del Zagros, la patria de los persas), Carmania y Paretaquene (en otras
palabra, el actual Irán aproximadamente sin su parte oriental más elevada).
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Forma
una barrera física entre los países vinculados al Mediterráneo y aquellos que miran al
oriente, hacia la India y China, y aquellos que miran al noreste hacia las grandes
planicies de las repúblicas centroasiáticas de Turkmenistán, Uzbekistán, Quirgizia y
Kazajstán. El mismo Irán es una meseta o cuenca (básicamente de 500 a 1.500 m
sobre el nivel del mar) rodeada por montañas; la cara más escarpada del Zagros la
domina desde el este y el suroeste, los montes Elburz (o Alburz) y Kopet Dag están
pegados a ella por el norte, y al este y al sur están las prolongaciones occidentales de
la cadena del Himalaya-Kara Koram. Irán tiene también dos costas: el mar Caspio y
el golfo Pérsico.
Estrabón describe Comagene como «un país bastante pequeño», con su
antigua residencia real (i.e. seléucida) en Samosata, una ciudad con un «pequeño
territorio muy fértil que la rodea» (Estrabón 16. 2. 3 [749]; también 12. 2. 1. 1 [535],
implicando que estaba extensamente sembrada de árboles frutales); pero no puede
haber sido puesta bajo el directo dominio satrápico antes de las campañas de Antíoco
III. Una gran parte de Comagene eran estepas, y el lago Tatta era salado.
24
Estrabón
conocía Capadocia por sus huertos (en una comarca, Militene, al menos: 12. 2. 1
[535]). Las minas de plata eran conocidas desde épocas antiguas y posteriores al
igual que una fuente de almagre (u ocre rojo) (12. 2. 10 [540]). El Ponto en el norte
de Asia Menor tenía recursos madereros; entre sus comarcas fértiles estaba Amasea,
la patria de Estrabón (12. 3. 15 [547]). Los árboles frutales florecían; en el noreste
del Ponto y otras áreas de Asia Menor septentrional se extraían plata, hierro y varios
minerales (12. 3. 40 [562]). Las ciudades costeras explotaban las zonas pesqueras del
mar Negro.
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Armenia, conquistada posiblemente por Alejandro, «abunda en frutos y
árboles cultivados y plantas de hoja perenne, e incluso se da el olivo» (Estrabón, 11.
14. 4 [528]), este último presumiblemente en los valles. Se extraían la plata y el
hierro, y era famosa por sus caballos para la caballería; pero sus montañas se
elevaban hasta 5.200 metros en el macizo Ararat y a diferencia del Zagros formaban
un importante obstáculo. Sus duros inviernos aislaban aún más a Armenia:
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Chorzena y Cambisene eran los distritos más septentrionales y
los más expuestos a las nevadas, tocaban a la cordillera del Caúcaso, a la
Iberia y la Cólquida. Allí, se dice, en los desfiladeros de las montañas
suele ocurrir que la nieve, que de hecho cae abundantemente en estos
parajes, tape por completo a las caravanas. Para sobrellevar tales peligros
los viajeros se procuran cayados que empujan hasta la superficie de la
nieve, para poder respirar y al mismo tiempo señalar su presencia a los
que vengan después de ellos, esperando así que los socorran cavando en
la nieve para salvarlos.