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Los rodios también habían caído en desgracia, perdiendo no sólo territorios
sino la jefatura de la liga de los insulares. Su amistad con los romanos sólo fue
reparada parcialmente por un tratado en 164.
145
Roma permitió que algunos pueblos
carios escogieran adherirse a Rodas, pero en otras partes el poder de los rodios para
controlar la piratería fue desafiado con éxito por los cretenses (155-153). La
decadencia del poder militar de Rodas coincide con su auge como centro cultural con
una renombrada escuela filosófica.
146
El ascenso de Átalo II en 158 no produjo ningún cambio real; tuvo que ceder
ante los romanos, aun cuando había sido su candidato favorito. Un documento
extraordinario, y al parecer genuino, de su correspondencia privada, publicado en
piedra un siglo después, registra discusiones secretas de alto nivel, sobre un posible
ataque contra los galos. Es una carta a un sacerdote gálata:
El rey Átalo al sacerdote Atis, saludos ... Cuando vinimos a
Pérgamo reuní no sólo a Ateneo, Susandro y Menógenes, sino también a
muchos otros de mis «parientes», les plantee lo que habíamos hablado en
Apamea, y les dije lo que habíamos decidido. Siguió una discusión muy
complicada, y al comenzar todos estaban inclinados a la misma opinión
que nosotros; pero Cloro insistía mucho en recalcar el factor romano y
aconsejaba que de ningún modo hiciéramos nada sin consultarlos.
Primero pocos compartían su opinión, pero después de esto, a medida que
íbamos examinando la cuestión día a día, su consejo nos hizo una mayor
impresión, y continuar sin consultarlos parecía implicar un peligro
considerable...
(Austin 208, BD 42, Sherk 29, RC 61, OGIS 315 c vi)
Como señala Habicht, esto muestra claramente que los reyes de Pérgamo
creían que Roma no deseaba que tuvieran una política independiente.
Átalo pudo rechazar el ataque de Prusias en 156-154; el senado, no viendo
peligro para los intereses romanos, le dio respaldo. Por el contrario, o de modo
congruente, cuando Átalo, junto con Ariarates de Capadocia, ataca a la ciudad griega
de Priene que les había causado problemas, el senado otra vez impidió cualquier
cambio en el statu quo.
147
Sin embargo, Átalo pudo obviar el derrocamiento de
Prusias por su hijo Nicomedes en 149, y contener los estragos que los soldados
tracios infligían a las ciudades griegas en los años siguientes. Proporcionó tropas
para apoyar las guerras romanas contra Andrisco y contra los aqueos (Paus. 7. 16.
8).
148
El poder y la riqueza pergamenses eran todavía grandes. Átalo, además de las
nuevas construcciones en su ciudad, fundó o refundo ciudades en su territorio y dotó
a las ciudades de otras partes con espectaculares mercedes, la más famosa es la stoa
en el agora ateniense que lleva su nombre.
Lo que Ptolomeo IV fue respecto a Ptolomeo III, así aparece la fama de Átalo
III comparada con la de su padre. Las fuentes de su corto reinado oscurecen su
nombre, pero sus presuntos crímenes pueden ser invenciones. Al parecer, era en
verdad extraordinario en mostrar un interés genuino y activo en las artes y las
ciencias. Hay testimonios de que cumplió con las habituales tareas administrativas de
un rey (tales como la correspondencia sobre un sacerdocio en Austin 210 a-b, RC 66-
67, OGIS 331, ii-iv), pero puede haberlas delegado a los funcionarios, y esto no
prueba que fuera un gobernante competente. Su mala prensa puede reflejar (si bien
no puede ser justificada por) su inesperada decisión de dejar su reino a los romanos
330
en su testamento.
149
Las razones son desconocidas, pero puesto que murió
prematuramente y sin hijos, su testamento quizá no estaba concebido como solución
permanente, sino como, por ejemplo, un arreglo temporal para impedir que
Aristonico, su (supuesto) hermano ilegítimo, tuviese el papel de presunto heredero.
La muerte del rey tuvo consecuencias imprevistas en Roma, donde el tribuno Tiberio
Graco usó el legado para financiar su reforma agraria (véase Plut. Ti. Graco; Apiano,
Guerras civiles, libro 1). El decreto del senado romano reconociendo los actos de
Átalo, y, por tanto, su testamento, como válidos han quedado en una copia
fragmentaria de Pérgamo (Austin 214, Sherk 40, OGIS 435).
150
En Pérgamo, Aristónico se proclamó rey como Eumenes III (sabemos esto
sólo a partir de sus monedas).
151
Nuestras fuentes lo describen como una especie de
Espartaco griego que movilizó a los esclavos y labriegos pobres, pero probablemente
lo hizo como último recurso después de fracasar en atraer un apoyo más poderoso.
Poco después de la muerte de Átalo los ciudadanos de Pérgamo concedieron la
ciudadanía a varios grupos militares que residían en Pérgamo, pero excluyeron a las
personas que habían dejado, o podrían dejar, la ciudad y sus términos:
En el sacerdocio de Menéstrato, hijo de Apolodoro, el
decimonoveno de Eumeneo; el pueblo resuelve la moción de los
generales.
[Puesto] que el rey Átalo Filométor y Evergetes, habiendo
[partido] de entre los hombres, dejó nuestra [ciudad natal] libre,
habiéndole agregado también el territorio [cívico] que designó, y (puesto
que) es necesario que el testamento sea ratificado por los romanos, y es
[esencial] para la seguridad de todos que las clases (de hombres)
[mencionadas más abajo] participen en los derechos ciudadanos debido a
la [total] devoción que han mostrado hacia el pueblo; con buena [fortuna
sea resuelto por] el pueblo conceder los derechos ciudadanos a las [clases
mencionadas más abajo]...
(Austin 211, parte en Burstein 91, Sherk 39; OGIS 338)
Esto está presumiblemente relacionado con la revuelta de Aristónico; al
parecer la polis intentaba concitar el apoyo de los no ciudadanos. El decreto también
puede haber estado dirigido a impresionar a los romanos. También en este momento
Pérgamo o Elaia decidieron celebrar sus estrechas relaciones con Roma con un
festival que comprendía un sacrificio a la diosa Rhômê (Austin 213, Sherk 44, Syll2
694).
152
La dependencia del reino respecto a los romanos era evidente.
Una amplia coalición, formada por ciudades y reyes del Asia Menor así como
Roma, se enfrentó a Aristónico. Un cónsul romano y el rey de Capadocia perdieron
la vida, pero Aristónico fue derrotado en 130 y sus últimos seguidores en 129.
Enseguida una comisión senatorial creó la provincia romana de Asia a partir del
reino pergamense (que comprendía sólo una parte de Asia Menor; Estrabón, 14. 1. 38
[646], Austin 212). De ese modo se dio continuidad al proceso de deliberada
romanización mediante la acción directa. Después de 150 años de una independencia
de sólidas bases, Pérgamo halló imposible sobrevivir a la amistad, y a la
desconfianza, de los romanos. Su desaparición dejó al disminuido imperio seléucida
como el principal foco de la atención de Roma en el oriente. En la siguiente sección
se tratará de cómo Siria se desenvolvió frente al creciente poder romano durante y
después de mediados del siglo II.