401
No obstante, Pausanias señala que los derechos de la federación fueron
posteriormente restablecidos, y que algunas indemnizaciones impuestas por Mumio
fueron canceladas (7. 16. 10).
Una vez más Atenas, como amiga del pueblo romano y potencia no militar, se
benefició de la generosidad del senado al acabar el conflicto. Aunque Oropo puede
haber sido entregada a Eritrea, Atenas pudo recibir algunas de las islas Esporadas a
cambio. Aunque pocos testimonios epigráficos de los sacrificios oficiales al pueblo
romano anteceden a 146, es improbable que éstos se hayan interrumpido. Los
documentos del último cuarto de siglo se refieren a los romanos como a «los
benefactores comunes», esto es, como benefactores de todos los griegos, y las
relaciones romano-atenienses nunca fueron más cálidas.
52
El comercio con Roma
puede haber sido la esfera implicada en un decreto que procede de aproximadamente
112/111, que no sólo unifica las unidades de venta en los mercados áticos (como lo
muestra este extracto):
Aquellos que venden frutos secos persas (nueces), almendras
secas, avellanas de Heraclea, piñones, castañas, alubias egipcias, dátiles y
todos los otros frutos secos que son vendidos con estos, y altramuces,
aceitunas y piñones se venderán con una media de capacidad de tres
medios choinikes de grano al ras, vendiéndolos con este choinix colmado,
con una profundidad de cinco dedos y un dedo ancho en el borde...
sino que introduce una nueva mina (una sexagésima de un talento) para cierto tipo de
transacciones:
La mina comercial ha de pesar 138 [dracmas de guirnalda (i.e.
nuevo estilo) de plata] de acuerdo con los pesos monetarios establecidos,
y un contrapeso de 12 dracmas de guirnalda (de plata), y todos han de
vender todos los demás bienes con esta mina excepto aquellos
expresamente especificados para ser vendidos según la plata (patrón de la
moneda), y colocarán el nivel del astil de las balanzas a un peso de 150
dracmas (de plata) que lleven [guirnalda]...
(Austin lll, IG ii2 1013)
La interpretación del documento ha sido muy discutida. La dificultad surgiría
de una combinación de dos medidas separadas en un decreto: una simple puesta al
día de las regulaciones mercantiles (como en el primer extracto) junto con una
corrección de la unidad estándar de peso. Una mina de 150 dracmas (c. 646 gramos)
pesaría casi exactamente dos libri romanos (c. 655 gramos). El primer extracto
también puede manifestar la intención de poner el choinix ático a la par con las
unidades romanas de sólidos. Es posible, por tanto, que el propósito sea facilitar el
intercambio entre mercancías atenienses e itálicas.
53
Una vez más, sin embargo, debemos considerar la posibilidad de que tal
medida pueda haber servido a los intereses de un sector de la sociedad, y que había
una variedad de opiniones sobre Roma (como la había presumiblemente entre los
ciudadanos de otras poleis), aunque por el momento algunas voces eran acalladas.
402
MITRÍDATES
El surgimiento del Ponto y la primera guerra mitridática (113-84 a.
C.)
No fue hasta unos cuantos años después, en 133, cuando Pérgamo, todavía un
reino próspero y una vez aliado de Roma, sucumbió al poder romano; la muerte
fortuita de Átalo III dejó a Roma en condiciones de organizar la administración del
Asia Menor occidental. Ya hemos visto (en el capítulo 6) que la influencia sobre
Egipto creció durante el siglo II, hasta que en 96, Ptolomeo Apión dejó el reino al
pueblo romano; de ahí en adelante los romanos desempeñaron un papel de gran
autoridad en varias ocasiones en Alejandría, hasta que las guerras civiles
determinaron la anexión de Egipto como provincia. Finalmente, con los Seléucidas
también, Roma ejerció una enorme influencia a mediados del siglo II, pero los
principales beneficiarios fueron los partos y otros vecinos orientales, que redujeron el
reino a una fracción de su anterior tamaño, un residuo en Siria y Cilicia (capítulo 8).
Sin embargo, la conquista romana del oriente no avanzó sin complicaciones,
y hubo ocasiones en que el poder romano pareció vulnerable. La resistencia provino
de los reyezuelos de Asia Menor.
Al inicio de su largo reinado, Mitrídates Eupátor («el Grande») del Ponto (c.
113-65) edificó un imperio del mar Negro. Después expulsó a los romanos de Asia
por un tiempo. Su carrera nos lleva de la caída de un Pérgamo independiente hasta la
última fase de las guerras civiles, e ilustra tanto la laxitud del dominio romano en
este momento, como los abrumadores recursos militares que, al final, determinaron
el triunfo de Roma.
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Las fuentes sobre su vida son razonablemente completas,
incluidas las
Guerras de Mitrídates de Apiano,
las vidas de Sila y Lúculo de
Plutarco, unos cuantos pasajes de Justino (especialmente los libros 37 y 38), y los
discursos políticos del orador romano Cicerón (Pro Flaco, Pro Murena, Pro lege
Manilla).
Los antecesores de Mitrídates fueron los dinastas locales iraníes que
gobernaron parte del Asia Menor noroccidental a mediados del siglo IV. Mitrídates
Ctises («el Fundador») expulsado por Antígono Monoftalmo en 302, parece haber
establecido un nuevo reino en el Ponto en el noreste de Asia Menor alredor de 297.
Él y sus sucesores gradualmente ganaron más influencia y a veces territorios de
Paflagonia, Bitinia, Capadocia, Galacia y Frigia. Hablando con precisión, su
territorio fértil y bien irrigado fue llamado «Capadocia, junto al Ponto Euxino»
(Polib. 5. 43. 1) o «del Ponto» (Euxinos y Ponto eran los antiguos nombres del mar
Negro: Estrabón, 12. 1.4 [534]). Culturalmente era una combinación de ciudades
griegas con tradiciones políticas distintivas y una sociedad de base aldeana con
centros religiosos, señoreada por una arraigada aristocracia irania.
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Los reyes, con
todo, no eran sólo de ascendencia irania sino que estaban estrechamente vinculados
con la familia real seléucida mediante alianzas matrimoniales. La identidad de los
miembros de la dinastía no es segura en todos los casos, pero una notable expansión
ocurrió bajo Fraates (r. c. 189-c. 159), que fue obligado a ceder territorio por los
romanos pero obtuvo Sinope y el señorío de Armenia. Como otros reinos orientales,