207
17
J. Quaegebeur, «The Egyptian clergy and the cult of the Ptolemaic dynasty», Ancient Society, 20
(1989), pp. 93-116; cf. R. S. Bagnall,
Reading Papyri, Writing Ancient History (Londres y Nueva
York, 1995), p. 54.
18
Habicht, Athens, pp. 92-93.
19
Es interesante que en 19. 90 Diodoro ofrezca un relato similar: Seleuco I en 312 refuerza la
resolución de su ejército veterano diciendo que Alejandro había profetizado que en el futuro él sería
rey.
20
Por ejemplo, Walbank, «Monarchies», p. 87.
21
Préaux, i, pp. 248-250.
22
Ibid. i, pp. 262-264; cf. ii, p. 643.
23
U. Wilcken, Urkunden der Ptolemáerzeit, ii (Berlín y Leipzig, 1957), p. 56; M. Launey, Recherches
sur les armées hellénistiques, ii (París, 1950), pp. 1.026-1.031.
24
Con P. Foucart, «Inscriptions de Béotie», BCH9 (1885), pp. 403-433, en p. 405, n° 16.
25
Habicht, Athens, pp. 103-104, 277-278, 303.
26
R. E. Wycherley, The Stories of Athens (Princeton, NJ, 1978), pp. 181-182.
27
S. M. Sherwin-White, Ancient Cos: An Historical Study from the Dorian Settlement to the Imperial
Period (Gotinga, 1978), pp. 341-344, 349-352.
28
E. J. Edelstein y L. Edelstein, Asclepius: A Collection and interpretation of the Testimonies
(Baltimore, MD, 1945), i, pp. 221-238 n° 423; IG iv2, 1, pp. 121-122.
29
. K. Davies, «Cultural, social and economic features of the hellenistic world», CAH2 vii, 1 (1984),
cap. 8 (pp. 257-320), en p. 316 y ii, 372.
30
No tenemos que llegar al extremo de Tarn, que desestima el aspecto médico del culto, junto con el
de Serapis, como el «submundo» de la práctica médica, racionalizando su popularidad con el
comentario de que «sin duda algunos pacientes fueron realmente curados por la sugestión» (Tarn y
Griffith, p. 307).
31
R. Ling, en CAH2 vii, 1, lámina n° 230 y comentario; cf. Davies, «Cultural, social and economic
features», p. 317.
32
Debo esta formulación a Fergus Millar.
33
Préaux, ii, pp. 639-640.
34
Amplio examen en P. M. Fraser, Ptolemaic Alexandria (Oxford, 1972), i, pp. 246-276; para fuentes
y bibliografía véase ibid. ii, pp. 397-432 (notas 443-716).
35
Préaux, ii, pp. 649-651; E. G. Turner, «A commander-in-chiefs order from Saqqara», JEA 60 (1974),
pp. 239-242. Este, el papiro griego más antiguo y único aviso público en papiro, es
probablemente una
orden del propio Peucestes, general de Alejandro.
36
Véase L. Robert, Hellenica: receuil d'épigraphie, de numismatique et d'antiquités grecs, xi-xii
(París, 1960), pp. 85-91.
37
Préaux, ii, pp. 653-654; Ling, CAH1 vii. 1, láminas, n° 221-222.
38
Préaux, ii, pp. 655-660, esp. pp. 656, 658, 659.
39
L. H. Martin, Hellenistic Religions (Nueva York y Oxford, 1987), pp. 81-82; véase ahora P. Bilde,
«Atargatis/Dea Syria: hellenization of her cult in the hellenistic-Roman period?», en Bilde,
Religión
(1990), pp. 151-187.
40
P. Bruneau, Recherches sur les curtes de Délos á l'époque hellénistique et á l'époque impériale
(París, 1970), pp. 457-466.
41
IG xi, 4, p. 1299, SEG xxiv, p. 1158. Véase H. Engelmann, The Delian Aretalogy of Sarapis
(Leiden, 1975), pp. 7-9.
42
Bruneau, Recherches, p. 459.
43
Ibid. pp. 466-473.
44
G. Siebert, «Sur l'histoire du sanctuaire des dieux syriens á Délos», BCH 92 (1968), pp. 359-374;
Bruneau,
Recherches, pp. 466-467.
45
Dioses de Ascalón: Bruneau, Recherches, p. 474. Kybele: ibid. pp. 431-435. Zeus Dusares: ibid. p.
244, cf. p. 476. Chauan: ibid. p. 449, cf. p. 478. «Other oriental sanctuaries»: ibid. pp. 474-480.
Sinagoga, judíos: ibid. pp. 480-493.
46
Préaux, ii, pp. 646-649.
47
R. M. Errington, A History of Macedonia (Berkeley, Los Ángeles y Londres, 1990), pp. 226 y 228-
229, exagera el elemento «extático» e infiere que había una tendencia macedonia al misticismo y a la
irracionalidad (!). Sobre el culto de los Kabeiroi en Tebas, véase Paus. 9. 25. 5-7.
48
Como hace Martin, Hellenistic Religions, p. 84.
208
49
Préaux, ii, pp. 640-641.
50
Préaux, i, p. 250: «un monde toujours en féte».
51
L. Moretti, Iscrizione agonistiche greche (Roma, 1953), n° 41.
52
IGv, 2, p. 118.
53
Véanse detalles en Habicht, Athens, pp. 333-334.
54
Etp px- 1886, 57, n.° 18. Cf. notas 56-57.
55
Petraco, Amphiareion, 36-47.
56
«El mismo huracán, soplando con igual violencia sobre los colosos de Eumenes y Átalo, que eran
llamados los Antonios, entre los demás, a ellos solos derribó» (Plutarco); «y sus imágenes, que los
atenienses habían colocado en la Acróplis y que tenían el favor de los dioses, fueron tiradas al teatro
por rayos de luz» (Casio Dión, 50. 15. 2); Habicht, Athens, 364. C. B. R. Pelling, en su Plutarch: Life
of Antony (Cambridge, 1988), pp. 265-266, sugiere que sólo las inscripciones, no las estatuas,
pudieron haber sido cambiadas, y que el relato de Dión es una versión confusa de Plut. Ant. 60. 4, «en
Atenas el Baco de la Gigantomaquia arrancado por el viento fue llevado hasta el teatro»; esta era al
parecer una de las figuras donadas por Átalo I (cf. Paus. 1. 25. 2). Cf. W. B. Dinsmoor, «The
monument of Agrippa at Athens» (resumen de conferencia), American Journal of Archaeology, 24
(1920), p. 83; IG ii2, p. 4.122; J. Travlos, Pictorial Dictionary of Ancient Athens (Atenas, 1971), pp.
483, 493, fig. 622; P. Graindor, Athénes sous Auguste (El Cairo, 1927), pp. 48-49. Al menos, las dos
dedicaciones del monumento están fuera de toda duda.
57
Nótese también IG ii2, p. 4.123, otro pedestal grabado de la misma zona, que omite «tri-cónsul» y
por tanto puede ser una prueba de una visita anterior de Agripa a Atenas.
58
Travlos, Pictorial Dictionary, p. 365.
59
P. Parker, Athenian Religión. A History (Oxford, 1996), pp. 264-265, quien posiblemente exagera
las pruebas de una despoblación a gran escala.
60
R Green, Alexander to Actium: The Hellenistic Age (Londres, 1990), p. 400.
61
Walbank, HW, pp. 219-220 (cita, p. 220); cf. id., introducción a la traducción de Penguin Classics,
pp. 27-30.
62
Martin, Hellenistic Religions, p. 84.
63
SGDiii, pp. 2.143 y 1854.
64
IG ii2, p. 2.499.
65
Cf. Préaux, ii, p. 642.
66
Mikalson, Religión in Hellenistic Athens, cap. 2 (pp. 46-74), esp. pp. 68-74, refuta la idea de que
Atenas a finales del siglo IV haya experimentado cualquier cambio significativo hacia el escepticismo
religioso.
67
Habicht, Athens, pp. 73-74.
68
Datos biográficos y bibliografías: CífCI, pp. 835-856.
69
A. A. Long, Hellenistic Philosophy: Stoics, Epicureans, Sceptics (Londres, 1974), p 622. Sobre la
cronología de Pirrón y los primeros escépticos véase E D. Caizzi, «Pirroniani ed Accademici nel III
secólo a.C», en O. Reverdin y B. Grange, eds., Aspects de la philosophie hellénistique (Vandoeuvres,
Ginebra, 1986), pp. 147-178.
70
El lugar del edificio del Liceo se ha excavado presuntamente en la zona centro-este de Atenas,
aunque la identificación es debatida. Véase E. Ligouri,
Archaeological Reports, 43 (1996-1997), pp.
8-10.
71
Long, Hellenistic Philosophy, p. 622, citando a Kahn.
72
Ibid. pp. 624-625.
73
Ibid. p. 99.
74
Sobre estos puntos véase ibid. pp. 15, 626; D. Clay, «Individual and community in the first
generation of the Epicurean school», en
studi sull'epicureismo greco e romano offerti a Marcello
Gigante (Nápoles, 1983), pp. 255-279; A. A. Long, «Hellenistic ethics and philosophical power», en
Green, HHC, pp. 138-156 (con «Response» [Réplica] de P. Woodruff, pp. 157-162); F. D. Caizzi,
«The porch and the garden: early hellenistic images of the philosophical life», en Bulloch, Images
(1993), pp. 303-329.
75
Walbank, HW, p. 180.
76
J. Blomqvist, «Alexandrian science: the case of Eratosthenes», en Bilde, Ethnicity (1992), pp. 53-
75, en pp. 58-59, sugiere que el científico Eratóstenes, y muchos otros filósofos helenísticos, eran
hombres de origen humilde. Sus argumentos, sin embargo, no son convincentes.