115
conjunto, si es que no eran sólo terratenientes en ese momento) que eran
temporalmente incapaces de financiar el estilo de vida a que estaban habituados. Sus
donaciones de trigo pueden no ser indicio de una hambruna o de un problema general
de abastecimiento de grano. Las grandes crisis afligieron a Grecia durante los años
331-324, cuando la ciudad de Cirene compensó casi sin ayuda el déficit de unas
cincuenta ciudades griegas; una inscripción de Cirene (BD 3, Harding 116, SEG ix.
2, Tod 196) registra sus numerosas donaciones, incluida la más grande, de 100.000
medimnoi a Atenas.
102
Las ciudades generalmente rendían honores a los extranjeros
por un trato justo en los tiempos de escasez; alrededor del 300 a.C. los éfesos
concedieron la ciudadanía a un importador rodio (Austin 112, Syll3 354), y otro rodio
fue homenajeado por los ciudadanos de Histea en Eubea a finales del siglo III
(Austin 115, Choix 50).
Es más probable que Bulágoras haya estado negociando con una escasez
temporal de trigo, que los ciudadanos acomodados (o quizá, todos los ciudadanos)
preferían al alimento común, la cebada.
103
Podría haber estado tratando de preservar
el estilo de vida de sus colegas de la élite, no de reducir la tensión social. Las
numerosas referencias a un sitônés (comprador de trigo) en los documentos oficiales
pueden ser indicios de euergesia antes que de crisis económica (aunque hubo crisis,
particularmente en época de guerra). Bajo esta luz deberíamos ver, por ejemplo, los
honores délicos a los sitônés que les envió Demetrio (Austin 114, Choix 48) y la
famosa ley samiana del grano de c. 206 (Austin 116, BD 63, Syll3 976).
104
La riqueza de Bulágoras y de hombres como él puede haber procedido del
tráfico marítimo, que floreció en el mundo mediterráneo oriental después de
Alejandro, o de la creciente explotación de aquellas personas, libres o no libres, que
no poseían tierra. Muchas ciudades tenían una clase de personas no libres, tal vez
distintas étnicamente; Priene tenía sus pedieis («hombres simples») que causaron
agitación en este período, mientra los anaiitai de Samos, que vivían en Anaya,
pueden haber sido un grupo semejante. Si, además, la tierra de los hombres libres
estaba pasando a manos de los grandes terratenientes, uno puede fácilmente imaginar
de qué modo los ricos se hacían más ricos constantemente.
La euergesia, fuera local o regia, permitió a las ciudades disfrutar de una
gama más amplia de servicios públicos. Algunas ciudades nombraron a un médico
público, pagado de los fondos públicos —aunque podía haber seguido cobrando una
tarifa. Esto se vio con frecuencia en tiempos difíciles, como cuando la ciudad
cretense de Cnossos honró a un médico de Cos:
Los kosmoi y la ciudad de Cnosos al consejo y al pueblo de Cos,
saludos. Puesto que cuando el pueblo de Gortin envió una embajada a
vosotros con respecto a un doctor, y vosotros respondisteis con celosa
voluntad enviándoles a Hermias un doctor, y cuando hubo una revolución
en Gortin, y llegamos conforme con nuestra alianza a la batalla [que tuvo
lugar en Gortin] en la [ciudad], y ocurrió que muchos ciudadanos ...
fueron heridos y que muchos [cayeron] gravemente enfermos por [sus]
heridas, Hermias siendo un buen hombre mostro entonces todo su celo
por nosotros y los salvó [de] grandes peligros, y en todos los casos
constantemente dio su ayuda sin flaquear a aquellos que [lo] requerían...
(Austin 124, Syll3 528)
105
116
En otro documento el
demos de Samos honra al doctor público Diodoro, hijo
de Dioscórides, que ayudó a los ciudadanos durante el sitio de la ciudad por Filipo V,
y «por muchos años en el período anterior con sus conocimientos y atenciones cuidó
y curó a muchos de los ciudadanos y de los otros en la ciudad que habían caído
gravemente enfermos», distribuyendo sus servicios «equitativamente a todos»
después de una serie de terremotos (Austin 125).
106
Una vez más, no debemos aplicar
nociones del moderno sistema de salud pública, gratuito en cuanto al servicio.
107
Diodoro aparece también en la lista de contribuyentes a la ley samiana del grano, lo
que sugiere que su profesión era lucrativa.
La euergesia era una manera en que los ciudadanos de los estados griegos (la
mayoría de los cuales ya no sacaban provecho de hacerse la guerra uno al otro o a los
no griegos, como habían hecho antes) trataban de mantener los privilegios asociados
con la ciudadanía. Era también una manera en que los miembros de la élite adquirían
crédito público y mejoraban su posición cívica y política. La elaboración y la
diseminación de esta práctica ha sido a veces tomada como un signo de decadencia
de las instituciones de la polis, pero esto parece un error. Por una parte, la euergesia
puede representar un reemplazo del sistema de «liturgia» (leitourgia) de la ciudad
clásica, por el cual era obligatorio que los ciudadanos ricos financiaran los festivales,
los barcos de guerra, etcétera, por turno; por otra parte, no sabemos si este sistema se
difundió más allá de la Atenas clásica, ni si este nivel de financiación fue
ampliamente accesible fuera de aquellas ciudades clásicas con grandes flotas. Debe
haber otra explicación, además de que la euergesia se generó simplemente a partir de
las liturgias.
Se acepta generalmente que estaba ampliándose la brecha en términos de
riqueza entre los ciudadanos normales y los muy ricos; probablemente las rentas del
comercio que entraban en las poleis, particularmente en las antiguas, estaban
acumulándose en manos de hombres como Bulágoras. La euergesia podía ser un
signo de éxito continuado (aunque desigualmente distribuido), no de crisis. Las
donaciones más grandes de Bulágoras, no eran regalos, sino préstamos o adelantos
que no fueron pagados; no hay razón para pensar que estaba usando su riqueza para
hacer de todo el demos su cliente o para construir una base de poder corrupta.
108
Desde luego, podría haber previsto conseguir un estatus oficial o quizá obtener un
oficio público, pero en la democracia griega era un derecho del pueblo no concederle
honores y no elegirlo. Era también posible que los honores fueran demorados hasta el
final de una distinguida carrera de servicio público, como a veces ocurría en
Atenas.
109
Los honores que se votaron para él fueron modestos; sus actos se adecúan
exactamente al ideal de participación ciudadana enunciado por Jenofonte 150 años
antes.
Gauthier distingue entre el período helenístico inicial y el posterior. Durante
el siglo II a.C, bajo la influencia del creciente poderío de los romanos, de la
restricción de la democracia participativa que paso a paso consiguieron y de la
protección a las élites que simpatizaban con ellos, la euergesia comenzó a asociarse
con la dominación política sobre los conciudadanos de uno; de modo que los
benefactores comenzaron a parecer alejados del demos. Muchas donaciones se
efectuaron sin tener un cargo público, con frecuencia para beneficio de toda la
población, no sólo para los ciudadanos. La euergesia perdió su carácter estrictamente
ciudadano.
110
No obstante, el proceso distó de ser uniforme o completo. Incluso a
finales del siglo II, Esmirna honró a un ciudadano por sus buenas obras, muy