Reconfiguración de los grupos económicos durante el periodo neoliberal



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RECONFIGURACIÓN DE LOS GRUPOS ECONÓMICOS EN MÉXICO: Efectos de la Crisis Económica y la Nacionalización Bancaria de 1982


Humberto Morales

y

Miguel Santiago Reyes1

Febrero 1, 2010

RECONFIGURACIÓN DE LOS GRUPOS ECONÓMICOS EN MÉXICO: Efectos de la Crisis Económica y la Nacionalización Bancaria de 1982

Humberto Morales y Miguel S. Reyes

Resumen

A partir de 1982, con el ascenso de Miguel de la Madrid Hurtado a la Presidencia de la República, se inaugura en México un nuevo proyecto de nación, de libre mercado o también llamado neoliberal, en donde el gobierno delimitaba sus responsabilidades al frente de la economía. México vivía en esos momentos la crisis de la deuda, provocada por un incremento inflacionario del gasto público a partir de la emisión monetaria y de deuda externa llevada a cabo durante los gobiernos populistas de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo. Esta nueva política económica -que propició un acelerado proceso de acumulación y por lo tanto de concentración y centralización de capital-, aunada a la nacionalización de la banca, favoreció el nacimiento de un nuevo grupo empresarial poderoso con Carlos Slim a la cabeza y causó la debacle de otro grupo empresarial encabezado por Manuel Espinosa Yglesias, que, antes de la nacionalización tenía una fuerte influencia en la vida económica del país.



Palabras clave: Desregulación, privatización, nacionalización, grupos empresariales.
Clasificación JEL: E02, E52, E58, N16, P48.


  1. Antecedentes.

Después de un gran periodo de crecimiento económico sin inflación que comenzó en la década de los cuarenta con la política de sustitución de importaciones y que se tradujo en estabilidad en el tipo de cambio durante 22 años, desde la década de los cincuenta, con la puesta en marcha del modelo de desarrollo estabilizador, México sucumbía con la crisis económica de 1976 primero y 1982 después.
La crisis económica tuvo su antecedente más inmediato el periodo de industrialización que inició a partir de 1940. Ya durante el periodo de 1950 a 1962, la economía crecía a una tasa histórica muy superior a los que ha tenido México en otros momentos históricos. El PIB real crecía a una tasa promedio anual de 6% sin inflación y con un déficit público moderado y manejable2.
Durante el proceso de industrialización, y con la ayuda de las autoridades, se formó un gobierno corporativo fuerte y protegido de la competencia internacional, lo que haría que en el transcurso del tiempo México perdiera productividad en relación con otros países. Además, un error básico de este periodo de industrialización, a parte del excesivo proteccionismo, fue la dependencia de bienes de capital, pues la industrialización sólo consistía en construir una planta productiva de bienes de consumo y no una planta productiva creadora de medios de producción.
Durante la segunda etapa de industrialización, que va de 1963 a 1971, la economía crecía a una tasa promedio anual de 7.1%, mientras que la inflación crecía sólo 2.8% (Cárdenas. 1996). Sin embargo para algunos autores, aquí es donde comienzan las debilidades estructurales que llevarán a México a sufrir la crisis de 1976 primero y después la crisis de 1982, más profunda y severa. Entre estas debilidades se encuentra la descapitalización del campo, el aumento acelerado de la población, la ausencia de una reforma fiscal que permitiera al gobierno incrementar sus ingresos, una política proteccionista más allá de lo necesario, hasta hacerse un verdadero obstáculo para el incremento de la productividad.

A finales de este segundo periodo de industrialización, las leyes inobjetables del capital se hicieron evidentes con la creación y fortalecimiento de grupos empresariales poderosos frente a una población mayoritariamente empobrecida. Es decir, si bien hubo un crecimiento importante de la economía, también se incrementa la desigualdad social producto de la mala distribución del ingreso. Durante ese periodo surgieron unos pocos ricos frente a una abrumadora mayoría de la población en pobreza. La siguiente tabla muestra la desigualdad existente en México durante este periodo y será uno de los motivos de los crecientes problemas sociales de la época, como el movimiento de los médicos y el conflicto estudiantil que acabó en la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.



Tabla 1

Para 1970, al inicio del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, la clase empresarial se había fortalecido, unas cuantas empresas poderosas dominaban el poder económico y sus relaciones con el poder político les permitieron vivir de privilegios.

El gobierno corporativo que se formó en México tenía como eje central el papel de los bancos, éstos fueron siendo más influyentes en los consejos de las empresas industriales principalmente. Se destaca de manera muy particular, la fuerte conexión existente entre banqueros, empresas industriales y los grupos políticos. Los bancos jugaron un rol muy importante en las interconexiones, redes y cruzamiento de consejeros entre las diferentes firmas.

El siguiente diagrama representa la interconexión existente en México a finales del sexenio de Luis Echeverría Álvarez entre bancos y empresas. En ella se muestran las empresas más importantes del periodo y el cruzamiento de consejeros que mide el grado de desarrollo del gobierno corporativo en México. En la figura se muestra el papel relevante de los bancos en las conexiones con las demás empresas y el lugar estratégico que ocupa en la red de negocios de la época. La red se construyó con 146 empresas y bancos más importante de la época, con 3016 actores y una existencia de 63, 266 vínculos entre ellos. La red muestra poca densidad, de 1.39% que revela la existencia de un gobierno corporativo subdesarrollado, al haber más conexiones familiares ante un sistema que ofrece poca protección jurídica a los inversionistas.


Diagrama 1: Red relevante de empresas, 1976


E
Tabla 2
n la siguiente tabla se muestra de manera clara, los grupos económicos que fueron producto de la época de oro de la economía mexicana y da una idea de la gran concentración y centralización de capital que significó este periodo de industrialización.
Los grupos corporativos que se crearon en este periodo tenían como característica una gran participación en las acciones de las empresas más importantes de la época, además de que la densidad de las redes que los vinculaba entre si eran menores en comparación con el gobierno corporativo de otras naciones.
A diferencia de países como Brasil, el gobierno corporativo en México se vio muy vinculado al poder público y ello hizo posible que unos cuantos amasaran enormes fortunas al amparo del poder. Los empresarios y banqueros más prominentes y su frecuencia en los consejos de administración de las principales empresas del país se muestran en la siguiente tabla:


Tabla 3

Nombre

Freq.

Freq%

ESPINOSA YGLESIAS, MANUEL

30

0.78%

COPPEL GUILLERMO

27

0.71%

HERRERA VICTOR

26

0.68%

ORCI PESQUEIRA RAUL

23

0.60%

ALONSO JOSE

22

0.57%

CASTILLA IGNACIO

19

0.50%

CASAS ALATRISTE, ROGERIO

10

0.26%

ZUINAGA BASAURI, ROGERIO

10

0.26%

RUIZ GALINDO, ANTONIO

9

0.24%

VEGA INIGUEZ, ROLANDO

9

0.24%

Como se puede observar, uno de los banqueros más influyentes de la época es Manuel Espinosa Yglesias el cual tenía conexión con las empresas a través de los consejos de administración de los Sistemas de Bancos de Comercio. Como se ha señalado anteriormente, los bancos son el principal mecanismo de financiamiento de las empresas, los empresarios se encontraban muy restringidos para tener acceso a otro tipo de fondos diferente a la de los bancos. Las redes entre bancos y empresas permitieron a los banqueros monitorear las actividades empresariales y eso mismo les permitía tener una gran influencia en el desarrollo de los negocios en México. Por ello se dice que el poder de los banqueros fue y es aun muy importante, pues su buen funcionamiento permite acceder al crédito para los proyectos de expansión o de reemplazo de las empresas industriales. Ellos tendrían un papel crucial en el advenimiento de la crisis y la devaluación en 1976.

Dada la existencia de los grupos empresariales y sus redes antes de la crisis y de la nacionalización bancaria, entraremos a un periodo de aguda crisis económica que obligará al gobierno a la nacionalización bancaria y una posterior reconfiguración de la élite empresarial. Para ello, se muestra la evolución de la economía mexicana a partir de 1976 hasta la nacionalización.

1.1 Economía y crisis.

En 1970, al inicio del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, la política de desarrollo estabilizador daba muestras de franco agotamiento3, pero iba a ser hasta 1971 que la economía mostró entrar un una recesión importante, dado que el PIB registró el nivel más bajo desde 1959, (4.2% y 0.8% per cápita). La reacción del sector privado ante la recesión fue de desconfianza y la inversión privada tendió a decrecer en términos reales, ante tal reacción del sector privado, el gobierno guió el crecimiento a través del excesivo gasto público, que empezó a manifestarse a partir de 1972.4 Para incrementar el gasto público, el gobierno recurrió al Banco de México para aplicar una política monetaria expansiva y dada la baja inversión interna de la iniciativa privada, tuvo que recurrir al endeudamiento externo. El siguiente gráfico muestra como el déficit público se fue incrementando alarmantemente durante el sexenio de Echeverría Álvarez.



Gráfica 1

Déficit del Sector Público (millones de pesos de 1993)

El resultado de este crecimiento del gasto público fue evidente. Para 1973, el PIB creció 8.4%. Este crecimiento no se le debe a un aumento en la intensidad de inversión del sector privado, al contrario, éste se mostraba cauteloso y reacio a las medidas gubernamentales, de hecho, durante todo el periodo de Luis Echeverría Álvarez, se mantuvo un conflicto constante de éste con el sector privado, la justificación de ese conflicto por parte del sector privado eran las medidas presuntamente “izquierdistas” de la política del desarrollo compartido. Entonces, tan alto crecimiento debido al exceso de gasto público implicó un aliento al crecimiento de la inflación. Ante la falta de respuesta del sector privado y para combatir la creciente inflación, el gobierno optó por disminuir el incremento del gasto para el próximo año y así se tiene que para 1974, el PIB sólo creció 6.1% y un año más tarde cayó al 5.6% mientras que la inflación se incrementaba 10%.


Mientras tanto, durante el periodo de cuatro años, de 1971 a 1975, el endeudamiento público con el exterior se incrementó a más del doble, la inflación durante el mismo periodo se había incrementado a 76.4% dando lugar a la sobrevaluación del peso. Ante tal panorama desolador, la fuga de capitales no se hizo esperar aun a pesar de los intentos del gobierno por incentivar la inversión privada, lo que culmino con la devaluación de la moneda en 1976. La devaluación provocó mayor inflación, mayor fuga de capitales, y una caída estrepitosa de 6.7% de la actividad industrial reduciéndose la tasa de crecimiento a 4.2%. Para hacer frente a la crisis, el gobierno tuvo que firmar la primera carta de intención con el Fondo Monetario Internacional durante el final del mandato de Luis Echeverría. José López Portillo, al inicio de su gestión, reafirmó la carta de intención que consistía en reducir el gasto público y aplicar las medidas sugeridas por el organismo extranjero. Para 1977 el PIB disminuyó aun más al crecer a una tasa de 3.4%.
Ante tal panorama más desolador, ¿cómo reactivar la actividad económica ante un grupo empresarial desconfiado de las políticas públicas y reacio a invertir en la economía nacional? El descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en 1977 y el alza del combustible a nivel internacional daría la respuesta. De esa manera, sin necesidad de impulsar una profunda reforma fiscal para incrementar la recaudación tributaria y haciendo a un lado el compromiso con el FMI, el gobierno se dispuso a utilizar los grandes ingresos derivados del petróleo para financiar el crecimiento de la economía y hacer frente a la crisis económica. De esa manera durante el sexenio de López Portillo, se petrolizó la economía, se le conoce así porque fueron los ingresos derivados del petróleo lo que permitió financiar el creciente gasto público y fue el descubrimientos de grandes yacimientos de petróleo que México pudo dar garantía para tener acceso a un incremento del crédito externo.
La coyuntura de los altos precios del petróleo, permitió al gobierno hacer a un lado los problemas estructurales de la economía, pues logró financiar pasajeramente el crecimiento de la economía y la iniciativa privada también participó de las altas ganancias derivadas del petróleo. La siguiente gráfica muestra el proceso de crecimiento de los precios petroleros del periodo referido.

Gráfica 2

Precios Internacionales del Petróleo (1975-1984)

De esa manera, gracias a la exportación del petróleo, el crecimiento económico promedio entre los años de 1977 a 1981 fue de 7.8% y la inflación de 24.2%. El fuerte crecimiento se debió a un incremento en la inversión pública y al incremento del gasto corriente y, el uso indiscriminado del crédito externo. Tal incremento del gasto público tuvo, gracias al efecto multiplicador, un gran efecto en la demanda agregada, el petróleo no sólo hizo posible que se incrementara la inversión pública, sino que la iniciativa privada, que había hecho las pases con el gobierno de López Portillo, también se aprovechó de los recursos petroleros para incrementar su acumulación y por ende, la concentración y centralización del capital.5 Como se muestra en la gráfica, los años de 1978, 1979 y 1980, los altos precios del petróleo permitía tener recursos frescos para inyectarlos a la economía, sin embargo, a partir de 1981, los precios internacionales del crudo comienzan y por ende, los recursos del gobierno. Para este año, dada la caída del precio del petróleo, los ingresos públicos se vinieron abajo, ello en un periodo de elevada inflación y del deterioro de las finanzas de las empresas privadas que, para poder protegerse de los cambios externos, cambiaron pesos por dólares ante la sobrevaluación de la moneda nacional. La fuga de capitales ocasionó una drástica caída de las reservas internacionales. El tipo de cambio, sobrevaluado, sufrió nuevamente un fuerte golpe al devaluarse drásticamente la moneda. Con la reciente devaluación y con la crisis de 1982, la economía mostraba su verdadera vulnerabilidad y el fin de un largo periodo de estabilización macroeconómica. En el siguiente esquema se muestra el tipo de cambio desde 1950 mostrando una estabilidad cambiaria y el deterioro de esta a partir de 1976 hasta 1982.



Gráfica 3

México. Tipo de cambio peso/dólar 1950-1982

Dada la enorme volatilidad mostrada por la economía y la fuga de capitales, durante su último informe de gobierno, José López Portillo, decretó la nacionalización de la banca como medida para evitar que el peso se colapsara.



  1. La nacionalización bancaria y continuación de la crisis.

La nacionalización de la banca decretada por López Portillo en su último informe de gobierno, representaba un golpe para la elite empresarial mexicana, no para la burguesía en general, pues no fue un acto de tipo socialista, sino para un grupo económico en específico. El sistema corporativo en México se desarrollaba de tal manera que los bancos era el principal eje concentrador de grandes empresas en diferentes industrias en México. Las redes empresariales tenían como vinculación principal a los bancos con Manuel Espinosa Yglesias como banquero principal y más influyente de la época a parte de otros banqueros como Pablo Deutz, José María Basagoiti y Agustín F. Legorreta en menor medida. Si bien los grupos industriales en su mayoría permanecieron intactos, una nueva generación de empresarios prominentes tendría su nacimiento a partir de la nacionalización primero y la desregulación y privatización después.
La nacionalización bancaria no representó un cambio de régimen en los derechos de propiedad, sino el respeto irrestricto de tales derechos para un sistema en crisis y bancarrota, representó una salida a la crisis, el control de cambios por parte del gobierno, la obtención de recursos frescos ante el incremento del déficit público aunque ello revivió la pugna entre gobierno y grupo empresarial por un lado y dentro del gobierno y del partido de estado se diferenció claramente la pugna entre los partidarios del nacionalismo revolucionario y del neoliberalismo.
En términos políticos representó la posibilidad de reconfigurar los grupos corporativos en México, haciendo a un lado a los que se consideraban no aptos para seguir la nueva estrategia que se iniciaría con la nueva administración de Miguel de la Madrid.

Sin embargo, la nacionalización bancaria fue insuficiente para salir de la crisis, ésta, en lugar de superarla, se profundizó en los próximos años. La banca nacionalizada no fue más eficiente que antes, sin embargo, servirá para la nueva generación de políticos que llegaban al poder en 1982, para reconfigurar los grupos económicos.


En el gobierno de José López Portillo se engendró esta nueva casta de políticos preparados en el extranjero que se les conoció como “tecnócratas”, en los que figuraban Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Pedro Aspe, Miguel Mancera, Guillermo Ortiz y otros. Estos manejaron los hilos para cambiar de política económica y lo consiguieron a partir de conseguir que uno de ellos, Miguel de la Madrid resultara el tapado para suceder a López Portillo en el poder.Con Miguel de la Madrid comienza el inicio de la aplicación de una nueva política económica, los tecnócratas no estuvieron de acuerdo con la nacionalización bancaria, pero ante la imposibilidad de hacer algo al respecto, aprovecharon la medida para crear una nueva elite empresarial y reconfigurar el gobierno corporativo existente en México.
El nuevo gobierno, en su afán de liberalizar la economía y adelgazar la participación del gobierno en la economía, diseña un mecanismo para salvar a la élite empresarial en peligro de quiebra llamado Fideicomiso de Cobertura para el Riesgo Cambiario (FICORCA), con el cual se pretende fortalecer a los grupos industriales que no habían podido salir de la crisis económica desatada en 1982. Además en su gobierno, además de entrar al GATT, inicia un periodo de privatización de empresas públicas y con esa medida, a la vez que se aplican las medidas recomendadas por los organismos internacionales, inicia el fortalecimiento de los grupos económicos que hoy por hoy dominan en México.
El cambio de política económica con Miguel de la Madrid no significó una salida rápida a la crisis, al contrario, durante su gobierno, la crisis de la deuda se profundizó.

Gráfica 4

México. Deuda externa total 1970-1991 (Millones de dólares)

La gráfica anterior muestra el incremento de la deuda externa de México, durante el periodo de Miguel de la Madrid, a pesar del cambio de política económica, la deuda se incrementó y para 1987 esta deuda representaba el 94% del PIB de la economía, es decir, que se debía casi la totalidad de lo que se producía en un año (Cárdenas, Enrique. 1996).

Aunado a este incremento de la deuda, las altas tasas de inflación llegaron a más del 400% en ese mismo año (Ibídem). Como se muestra en la gráfica, México estaba a punto de entrar a una hiperinflación ante la imposibilidad de poder controlarla. Por otro lado, el tipo de cambio seguía deteriorándose.

Gráfica 5

México. Tasa de Inflación 1950-1982


Gráfica 6

México. Evolución del tipo de cambio, 1983-1988

En términos generales la gráfica siguiente muestra la evolución de la economía mexicana desde el desarrollo estabilizador hasta 1988 y muestra la deplorable caída de la economía mexicana a partir de 1976.



Gráfica 7

México: PIB per cápita real

(Precios constantes en unidades PPP, 2000)

Sin embargo, pese a esta caída de la economía, las medidas impulsadas por el gobierno, como la desregulación, la liberación y la privatización sirvieron para dar aliento para la reconfiguración de los grupos económicos. Se sabe que ni Miguel de la Madrid, ni los llamados “tecnócratas” estuvieron de acuerdo con la nacionalización bancaria, es más, un años más tarde de la nacionalización, devolvieron algunos activos a sus propietarios originales, pero tanto Miguel de la Madrid primero, como Salinas de Gortari después, obstruyeron el paso para que los banqueros afectados por la nacionalización, recuperaran los activos de sus antiguas empresas. De esa manera Manuel Espinosa Yglesias desapareció totalmente de los negocios bancarios y no volvió a fungir como consejero de algunas de las principales empresas privatizadas, sin embargo, surgirán nuevos magnates como el segundo hombre más rico del planeta Carlos Slim y otros personajes como Roberto Hernández, Salinas Pliego quienes se beneficiaron de la privatización de las empresas paraestatales.



2.1 Reforma: Liberalización, Privatización y Desregulación.

Como se ha mencionado anteriormente, con la llegada de los tecnócratas al poder, se inaugura una nueva política económica, cuyo objetivo será la liberación, la privatización y la desregulación. En 1985, México ingresa al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y comercio (GATT) bajo la condición de disminuir los aranceles comerciales, eliminar los precios oficiales de referencia en un 50% (Clavijo, Fernando. 2000). Para 1993 se promulgó la Ley del Comercio Exterior, para adecuar la desregulación con la normatividad.



Durante el proceso de desregulación, en 1985 se creó el Programa de Importación Temporal para Producir Artículos de Exportación ((PITEX), el objetivo de este programa era que las empresas pudieran importar temporalmente sin aranceles materias primas, maquinaria y equipo para producir bienes de exportación (Ibídem). Dado que el proceso de desregulación no había podido detener las altas tasas de inflación, el gobierno puso en marcha el Pacto de Solidaridad Económica en su lucha por combatir la inflación que mostraba muestras de rápido crecimiento. Ya durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, este programa cambia al Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE), cuyo objetivo no era sólo detener la inflación sino iniciar un periodo de crecimiento económico.
Entre 1986 y 1994 se profundiza la liberalización de la economía y se combaten barreras al libre comercio, entre los convenios que se firman se encuentra “el firmado en 1986 con la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI); en 1988, con la Cuenca del Pacífico; en 1989, el ingreso al esquema de Cooperación Económica del Pacífico Asiático (APEC); y en 1990, la creación del Grupo de los Tres por México, Colombia y Venezuela. Adicionalmente, México ha suscrito tratados de libre comercio con Chile (1991), Estados Unidos y Canadá (1993), Costa Rica (1995), Colombia y Venezuela (1995), Bolivia (1995) y Nicaragua (1998).” (Ibídem).
En cuanto al sector financiero destaca la liberalización de las tasas de interés y la racionalidad del encaje legal lo que llevó a que los bancos comerciales expandieran el volumen de préstamo al sector privado y se tomaron medidas como la privatización bancaria, la autonomía del Banco de México, y crédito dirigido a impulsar el crecimiento económico.
En cuanto al proceso de privatización, durante el periodo de Miguel de la Madrid y de Salinas de Gortari se inicia la privatización de empresas públicas. En 1983, el estado administraba 1155 empresas que participaban en 63 de las 73 ramas existentes en México (Clavijo, Fernando. 2000). Para 1994 el estado administraba poco más de 200.
Con respecto a la desregulación, se trataba de establecer una menor participación del Estado en la economía por lo que durante este periodo se vivió una serie de reformas jurídicas que permitiera al gobierno tener el papel de supervisor de la actuación de los agentes económicos pero sin intervenir en el aparato productivo. Entre la nueva reglamentación existente se aprobó en 1989 el Reglamento de Autotransporte Federal de Carga para transportar con libertad mercancías de todo tipo (Clavijo, Fernando. 2000).
En 1991 se publicó el Reglamento para el Servicio de Maniobras en Zonas Federales de los Puertos (RSMP), en el mismo año se modificó la Ley de Navegación y Comercio Marítimo para autorizar la construcción y explotación de terminales a particulares. En 1993 se publicó la Ley Federal de Puertos para hacer entrar la inversión privada. También se modificaron las tarifas del servicio ferroviario. En 1990 se reglamentó el Servicio de Maniobras en Zonas Federales Terrestres, se desreguló el uso de la zona marítimo terrestre con la reforma al Reglamento para el Uso y Aprovechamiento del Mar Territorial, vías Navegables, Playas, Zona Federal Marítimo Terrestre y Terrenos Ganados al Mar en 1991 y con la reforma a la Ley de los Bienes Nacionales en 1992, para fomentar el turismo.
Se publicó el Reglamento de Telecomunicaciones en 1990 para que la inversión privada ofreciera este servicio, y una serie de leyes que permitieron al gobernó fungir sólo como supervisor de las actividades económicas.


  1. Reconfiguración de los grupos económicos.

Inmediatamente después de la nacionalización de la banca, en 1984, comienza a surgir una nueva configuración de los grupos económicos, la siguiente tabla da muestra de ello:

Tabla 4

Nombre

Freq.

Freq%

SANTAMARINA VAZQUEZ, AGUSTIN

22

0.74%

RUIZ GALINDO, ANTONIO JR

10

0.33%

PETRICIOLI ITURBIDE, GUSTAVO

9

0.30%

BALLESTEROS FRANCO, JOSE LUIS

7

0.23%

GONZALEZ BALBOA, WILFRIDO

7

0.23%

GONZALEZ LAPORTE, CLAUDIO X

7

0.23%

GUTIERRES TRUJILLO, JULIO

7

0.23%

LABASTIDA OCHOA, FRANCISCO

7

0.23%

MADERO BRACHO, ANTONIO

7

0.23%

MANCERA AGUAYO, GABRIEL

7

0.23%

Por otra parte cabe hacer mención el sistema de gobierno corporativo no sufrió cambios sustanciales en su estructura, sino que más bien fue la recomposición y el surgimiento de nuevos empresarios y los vínculos que los unen entre sí. Sólo que en lugar de ser la banca el eje central de financiamiento de las empresas, al nacionalizarse ésta, pasa a ocupar su lugar la bolsa de valores hasta antes de la privatización. Con la privatización de los bancos, estos vuelven a ser los principales vínculos de financiamiento para las empresas.


El siguiente diagrama sugiere cómo se ha desarrollado la vinculación de las principales empresas en México a dos años de la nacionalización bancaria. El diagrama muestra que el número de empresas más importantes para ese año es de 144, dos empresas menos que en 1976, existe un total de 2093 nombres de consejeros y un total de 62, 271 vínculos o conexiones entre ellas. El número de consejeros disminuyó como efecto de la nacionalización pero la densidad de la red aumentó a un 2.84%, que sigue siendo muy inferior a países altamente desarrollados, lo que permite sugerir un sistema de gobierno corporativo subdesarrollado, con una intensidad de lazos familiares en los consejos, uno de sus causas es la ausencia de una normatividad que defienda los intereses de los inversionistas.

Diagrama 2: Red relevante de empresas, 1984

Durante el proceso de privatización, una nueva generación de empresarios poderosos hace su aparición. “Entre las cabezas de los grupos económicos “emergentes” posterior a la crisis de 1982 y la nacionalización bancaria, podemos encontrar desde presuntos delincuentes como Jorge Lankenau, Carlos Cabal Peniche, Ángel Isidoro Rodríguez alias “El Divino”, hasta ahora los hombres más ricos actualmente no sólo de México sino del mundo: Grupo Carso (Carlos Slim), Grupo Banacci (Roberto Hernández y Harp Helú), Grupo SIDEC (Jorge Martínez Güitrón), Grupo Sinkro (Crescencio Ballesteros, Claudio X. González, Agustín Legorreta y Antonio Ruiz Galindo).” (Carlos Encinas et al. 2009).


El periodo después de la nacionalización significó, una permanencia y reagrupación, (Moreira 1998). Permanecieron los principales grupos industriales y surgieron otros nuevos, mientras que los que tenían una participación mayoritaria en los bancos desaparecieron o se reagruparon en bancos de menor importancia de los que perdieron.
Los bancos vuelven a ser la principal fuente de financiamiento de las empresas, sin embargo, quebraron con la crisis de 1994, en lugar de proceder a su nacionalización, el gobierno de Ernesto Zedillo, a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro creado en 1990, propuso convertir la deuda privada en deuda pública. Con ese salvamento bancario, la élite empresarial salió avante de la crisis, no se procedió a una nueva reconfiguración de los grupos económicos, sino salvar a los banqueros quebrados- Lo anterior, muestra evidencia de la existencia de un fuerte vínculo entre los empresarios y el poder político, que desde tiempo de Porfirio Díaz existía.
Con el salvamento de la banca en 1998, la concentración y centralización de capital se aceleraba, ante un estancamiento en el crecimiento económico, surgieron los hombres más ricos de México como los siguientes:

  1. Carlos Slim Helú, magnate mexicano propietario de las principales empresas mexicanas que cotizan en bolsa. Su fortuna es de 35 mil millones de USD, para el 2009 y ocupa el tercer lugar entre los hombres más ricos del planeta según Forbes. Antes de la nacionalización, no figuraba en ningún consejo de las empresas más importantes, pero con la privatización se hizo el accionista mayoritario de Telmex. Hoy es el empresario más influyente de México y el más rico de América Latina.

  2. Alberto Bailleres. Gran empresario que permaneció de los grupos poderosos antes de la nacionalización, en el 2009 posee una fortuna de 5.7 mil millones de dólares, dueño de una de las empresas mineras más importantes de México: Industrias Peñoles y otras empresas como El Palacio de Hierro, Grupo Nacional Provincial, Grupo Profuturo, Medica Movil, Medica Integral y ValMex. Se le considera el segundo hombre más rico de México después de Carlos Slim.

  3. Ricardo Salinas Pliego, un empresario producto del periodo de privatización, ocupa la posición 124 a nivel mundial y principal accionista de TV Azteca, Elektra e Iusacell. Su fortuna asciende a 4.2 mil millones de dólares para 2009.

  4. Jerónimo Arango, cofundador de las tiendas de Aurrera que en 10997 vendió la mayoría de las acciones a Wal Mart. Su fortuna asciende a 3.2 mil millones de dólares y ocupa el lugar 178 a nivel mundial en 2009.

  5. Germán Larrea Mota Velasco, propietario de Grupo México su principal mina en México.

Entre otros acaudalados magnates en México, producto de la reconfiguración de los grupos económicos después de la nacionalización bancaria se encuentra Roberto Hernández Ramírez, Joaquín Guzmán Loera (el chapo Guzmán) cuya fortuna estima Forbes asciende a mil millones de dólares y ocupa la posición 701 a nivel mundial, Emilio Azcarraga y Alfredo Harp.
De esa manera, se ha visto que el gobierno jugó un papel fundamental de la reconfiguración de los grupos económicos con la justificación de hacer frente a la competencia internacional ante la liberalización de la economía. Carlos Salinas de Gortari así lo señala de la siguiente manera: “Cuando la economía mexicana era cerrada, si nosotros hubiéramos promovido la creación de grandes grupos el riesgo hubiera sido prácticas monopólicas...” ”Pero en el momento que decidimos abrir la economía mexicana a la competencia del exterior, sabemos que de fuera vienen a competir aquí grandes grupos. Por eso en México también debemos de construirlos, de tenerlos, y de esa manera poder competir mejor con los grandes grupos de fuera..” …”Así que, si, la realidad del mundo de hoy es de grandes grupos, pero en una economía abierta ellos compiten entre sí, nosotros en México los hemos alentado precisamente por esas nuevas realidades de la competencia…” (Cordera, Rolando y Rocha Ricardo, 1994, p.17).


  1. Conclusiones

En México, el gobierno corporativo no ha cambiado en esencia, las empresas controladoras son grandes empresas cuyos consejos son frecuentemente familiares y no técnicos o expertos en la materia, la densidad de las redes no se ha modificado sustancialmente y no existe una reglamentación para defender los derechos de los pequeños propietarios. Lo que sí ha existido es una reconfiguración de los principales grupos económicos como consecuencia de la crisis económica y el papel del gobierno quien ha apoyado y dejado de apoyar a ciertos grupos para el ascenso de otros.
La nacionalización de la banca, debido a la crisis de 1982, no fue una resolución para reconfigurar los grupos económicos, sino que fue su consecuencia post nacionalización.

La crisis económica, la de 1976 primero y la de 1982 después se debió al exceso del gasto público por parte del gobierno pero las consecuencias de la crisis se debe a las debilidades estructurales de la economía debido a una mala distribución del ingreso durante el periodo de fuerte crecimiento sin inflación, a un aumento acelerado de la población y a una reforma fiscal que permita expandir el número de contribuyentes en lugar de incrementar las tarifas impositivas o atenerse a la dependencia del sector externo o a los ingresos provenientes del petróleo.



Bibliografía

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1 Humberto Morales es profesor-investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y profesor del Departamento de Economía y Negocios de la Universidad Iberoamericana Puebla (UIA-P) y Miguel Santiago Reyes es Director y profesor de tiempo completo del Departamento de Economía y Negocios de la Universidad Iberoamericana Puebla (UIA-P). Los autores agradecen el invaluable apoyo y asistencia en la investigación de Juan Carlos Domínguez Vergara.

2 “De hecho, entre 1950 y 1960, los déficit fiscales acumulados de todo el decenio alcanzaron solamente 0.3% del PIB o 0.03% en promedio cada año, lo que significaba que el gasto público se financiara con recursos propios” (Cárdenas, Enrique. 1996).

3 “En ese año, el PIB creció 6.9% en términos reales y la inflación había aumentado 6%” (Cárdenas, Enrique. 1996).

4 “En términos reales, el gasto del sector público aumentó 21.2% en 1972 cuando los ingresos apenas lo hicieron en 10.4%”. (Íbidem).

5 La inversión pública se incrementó en este periodo a una tasa promedio anual de 21.8%, mientras que la inversión privada lo hizo en 13%. (Íbidem).




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