Aunque los rayos ionizantes son más peligrosos, los que no son ionizantes tam-
bién pueden causar daños cuando son intensos, porque pueden calentar los tejidos
vivos, y quemarlos, o colocarlos fuera del rango de temperatura vital.
Dentro de las radiaciones no ionizantes, o sea las de frecuencia menor que
600.000 GHz, se distinguen las de muy baja, baja, media, alta y muy alta fre-
cuencia, cuyos efectos son diferentes. Las de muy alta frecuencia tienen escasa pe-
netración en los tejidos; las de muy baja frecuencia los penetran, pero el cuer-po
no las absorbe y las ondas siguen de largo. Las ondas de ciertas frecuencias inter-
medias ingresan al cuerpo humano, éste las absorbe, y los tejidos aumentan su
temperatura. En este caso interesa la energía disipada en cierta masa del cuerpo,
y en un cierto tiempo. En cambio, las ondas de frecuencia baja generan muy poco
calor, y lo que interesa para la salud es, entonces, algún otro posible o hipotético
efecto perjudicial que no sea el térmico; por eso se fijan otros parámetros como lí-
mite; por ejemplo la intensidad del campo eléctrico, o la del magnético, ya men-
cionadas en los capítulos 3 y 10.
La tabla 20.1 resume las frecuencias y longitudes de onda de las radiaciones
electromagnéticas más comunes en la industria y la medicina.
4
El tipo de daños que produce una radiación se relaciona con su longitud de
onda. Una onda del tamaño de una molécula puede desarmar una molécula, por
ejemplo las del núcleo de una célula; una onda del tamaño de un átomo, desar-
ma (o ioniza) un átomo; y para desintegrar el núcleo de un átomo, hace falta una
onda de longitud diez mil veces menor, como el de ese núcleo, de unos 10
–14
m.
Los valores indicados en la tabla corresponden a los órdenes de magnitud, y no
son exactos. Por ejemplo, la longitud de las microondas de un horno que opera con
2.450 MHz, es de 122 milímetros, y no de un metro como figura en la tabla 20.1;
E l e c t r i c i d a d y e l e c t r ó n i c a
246
Interferencia de un
transmisor de radio
de un coche, en la
TV. A veces se oye
también el sonido.
Suele ocurrir cuando
la antena está muy
baja.
l
Medición de la fre-
cuencia de un horno
de microondas, con
una barra de choco-
late fija, que no gire
con el plato. Cuando
aparecen zonas fun-
didas, se apaga el
horno. Esas zonas son
los vientres de la onda
estacionaria que se
forma, y la distancia
entre ellas equivale a
media longitud de
onda. Las microondas
se comportan como
las ondas de sonido
en una cavidad, y re-
suenan; esto es, in-
terfieren con sus
reflejos en las pare-
des. A partir de la lon-
gitud de onda, se
calcula la frecuencia,
con la fórmula de la
nota al pie de esta pá-
gina. También se pue-
den manifestar sub-
múltiplos, como indica
la figura.
l
F
RECUENCIA
Hz
10
2
10
4
10
6
10
8
10
10
10
12
10
14
10
15
10
18
10
20
10
22
E
FECTOS EN EL CUERPO
Corriente débil
Corriente mayor
Térmico débil
Térmico mayor
Fotoquímicos
Altera células piel
Daño celular
Daño celular
Daño celular
Daño celular
Daño celular
L
ONG
.
ONDA
m
10
6
10
4
10
2
1
10
–2
10
–4
10
–6
10
–8
10
–10
10
–12
10
–12
I
ONIZANTE
No
No
No
No
No
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
U
SO
Distribución de energía
Radio AM
Radio FM, TV
Horno de microondas
Mando infrarrojo
Cama ultravioleta
Radiografías
Radioterapia
Radioterapia
Radioterapia
Radioterapia
4
La frecuencia se relaciona con la longitud de onda mediante
= c/, donde (nu) es la frecuencia, en hertz, o 1/s; c
es la velocidad de la luz, 288.792.458 metros por segundo; y
(lambda), la longitud de onda, en metros.
T
ABLA
20.1
Cap 20:Maquetación 1 06/10/2010 03:51 a.m. Página 246
pero un metro es un valor más aproximado que los cien metros, o que el centíme-
tro, de los renglones contiguos.
Los hornos de microondas emiten una radiación
que, si incidiera en el cuerpo, causaría quemaduras in-
ternas. Se recomienda operarlos con la puerta cerrada,
por si fallaren los interruptores de seguridad que in-
terrumpen el funcionamiento en ese caso. Las ondas,
de 2.450 MHz, las genera el magnetrón, un aparato
con un filamento que emite electrones, acelerados con un electrodo de alta tensión
positiva. En su trayecto, unos imanes hacen que los electrones se muevan en espiral,
y al estar acelerados, emiten ondas electromagnéticas, que resuenan en cavidades,
y salen por un orificio.
Tasa específica de absorción (SAR)
SAR significa specific absorption rate, y se define como el cociente entre la po-
tencia que recibe un órgano, y su masa. Se mide, por ejemplo, en miliwatt por
gramo, en watt por kilogramo; o, lo que es lo mismo, en joules por kilogramo y
por segundo. Esta magnitud se refiere a la energía recibida por un dado volumen
de tejido, y en un cierto tiempo. Los organismos internacionales de salud estable-
cen un límite higiénico para la SAR de radiaciones no ionizantes.
La SAR admitida depende de cada país y ámbito, y cambia con el tiempo, a
medida que crecen los conocimientos, y mejora la tecnología. En caso de dudas,
conviene respetar el criterio más exigente, que es seguramente el que entrará en
vigencia en un futuro cercano.
2 4 7
E l e c t r ó n i c a y m e d i o a m b i e n t e
Los portadores de mar-
capasos se deben cui-
dar de las radiaciones
apenas un poco más
que el público común,
porque los aparatos
actuales están bien
protegidos contra in-
terferencias electro-
magnéticas, especial-
mente los que sumi-
nistran un ritmo fijo de
estímulos cardíacos. Y
los equipos más avan-
zados (cuyo ritmo res-
ponde a la demanda
del organismo) operan
momentáneamente
con un ritmo fijo, en
caso de anormalida-
des de funcionamien-
to, hasta que se supe-
re la emergencia. Toda
la precaución del por-
tador se reduce a la de
no apoyarse contra un
horno de microondas,
y guardar, preferible-
mente, unos centíme-
tros de distancia al ar-
tefacto.
l
Para la artritis y otras
dolencias, los médicos
pueden aplicar poten-
cias electromagnéti-
cas de 1 kW/kg, du-
rante breve lapso.
Arriba, equipo de on -
da corta Radarmed
2.500 CP, de 5 MHz, mil
veces más potente
que un celular.
l
l
Las cocinas de inducción desarrollan una potencia aproximada
de 1 kW, que repartida en un área de 400 cm
2
, representa una
densidad de potencia de 2.500 mW/cm
2
. Pero, como operan con
20 ó 30 kHz, sólo calientan los metales, pero no el cuerpo humano,
ni otros cuerpos poco conductores, aunque induzcan corrientes
de unos pocos microamperes. En cambio, sólo 5 mW/cm
2
de un
horno de microondas, que funciona con dos o tres gigahertz,
puede tener efectos de riesgo en el cuerpo humano. En la foto,
sólo se fríe la parte del huevo que está apoyada sobre el metal.
Las cocinas de inducción no agreden el medio ambiente.
E
E
H
Drossel
h
a
s
Cap 20:Maquetación 1 06/10/2010 03:52 a.m. Página 247
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