6. HIDROQU´
IMICA ELEMENTAL E
ISOT ´
OPICA Y G ´
ENESIS DE TOBAS
debe olvidarse que el tipo de vegetaci´
on puede afectar a los procesos microbiol´
ogicos del suelo al
influir sobre el microambiente y la estructura ed´
afica y, sobre todo, en la cantidad y calidad de los
detritus suministrados (Raich and Tufekciogul, 2000; Gunn and Trudgill, 1982).
La composici´
on isot´
opica del carbono en los carbonatos del perfil ed´
afico (Cerling, 1984), se
relaciona con la proporci´
on del tipo de biomasa C4 presente en el suelo. En estudios realizados en
la Meseta del Tibet (Lu et al., 2004), la variabilidad de δ
13
C en suelos se explica en funci´
on de la
precipitaci´
on y la temperatura medias anuales, factores primordiales que controlan la distribuci´
on
de los tipos de vegetaci´
on en la composici´
on de is´
otopos de carbono de los suelos. Por tanto, los
valores del δ
13
C obtenidos en los carbonatos tob´
aceos, pueden ser un indicador paleoclim´
atico y
paleoecol´
ogico en los casos donde la alteraci´
on diagen´
etica no haya borrado su se˜
nal isot´
opica.
Como se ha dicho anteriormente, el CO
2
del suelo es la principal fuente de carbono inorg´
anico
disuelto en las aguas de los acu´ıferos. Algunos autores (Rightmire, 1978) han advertido importantes
variaciones estacionales en los contenidos de CO
2
y en el δ
13
C de los carbonatos del suelo; ello
implica que, en los estudios sobre la hidroqu´ımica de las aguas, se haga necesario conocer la estaci´
on
en la que se produce la recarga de los acu´ıferos.
En s´ıntesis se conoce que la informaci´
on paleoclim´
atica est´
a registrada en las tobas generadas
en ambientes fluviales, lacustres o palustres con mediaci´
on de aguas provenientes de manantiales
de origen c´
arstico (Andrews, 2006). As´ı mismo es conocida la fluctuaci´
on de los is´
otopos estables
en sistemas activos tob´
aceos. La oscilaci´
on de δ
18
O obedece, sobre todo, a los cambios ambientales
de la temperatura (latitud y altitud) y est´
a relacionada con la composici´
on isot´
opica del agua de
recarga. La variaci´
on en δ
13
C refleja principalmente la contribuci´
on relativa del CO
2
enriquecido
en is´
otopos ligeros procedente de la transformaci´
on de la materia org´
anica del suelo, as´ı como la
contribuci´
on de los carbonatos provenientes de la disoluci´
on de los roquedos del acu´ıfero k´
arstico,
generalmente enriquecidos en el is´
otopo pesado, cuando aquellos son de origen marino. Y modulada
en su composici´
on isot´
opica por el fraccionamiento agua – roca, la conexi´
on y reequilibrio con el
CO
2
atmosf´
erico (desgasificaci´
on) y con la precipitaci´
on de calcita en cualquier parte del sistema.
3.
HIDROQU´
IMICA ELEMENTAL E ISOT ´
OPICA DE LAS AGUAS DE
MANANTIALES Y SURGENCIAS DE AGUAS EN LAS QUE SE FOR-
MAN TOBAS CALC ´
AREAS
Hace a˜
nos Pentecost y Viles (1994) resumieron las caracter´ısticas generales de las aguas sur-
gentes (Meteogene Source Water s) capaces de generar tobas (Tabla 6.1). El pH var´ıa entre 7 y 8,
con valores medios de 7.43. Este par´
ametro condiciona que la fase estable m´
as abundante sea el
ani´
on bicarbonato HCO
3
1-
, cuyo valor medio es de 4,8 mmol/L. El calcio es el cati´
on principal
en las aguas no salinas que depositan tobas. La media de Ca
2+
es 3,07 mmol/L, valor bastante
mayor que la cantidad necesaria para equilibrar los iones bicarbonato, lo que implica la existencia
de otros tipos de aniones. Pero tambi´
en se interpretan las cantidades elevadas de Ca
2+
en las aguas
surgentes, como procedentes del lavado de formaciones geol´
ogicas de naturaleza yes´ıfera (anhidri-
ta), o dolom´ıtico – yes´ıfera. La velocidad de disoluci´
on del yeso es aproximadamente 15 veces m´
as
elevada que la de las calizas (Chardon, 1992); seg´
un este autor, no existe evidencia de que haya
una importante deposici´
on de tobas vinculada al “efecto i´
on com´
un”, producido por el exceso de
calcio vinculado a la disoluci´
on de sulfatos. No obstante, nosotros hemos defendido la hip´
otesis de
la importancia de este efecto en la g´
enesis de tobas, basada en modelizaci´
on hidroqu´ımica (Ord´
o˜
nez
y Felipe, 1988) y en observaciones sobre el terreno. M´
as adelante en este mismo cap´ıtulo se volver´
a
al an´
alisis del efecto ion com´
un.
Otro cati´
on presente en las aguas donde se precipitan tobas es el magnesio, casi siempre atri-
buible a la existencia en el acu´ıfero de estratos dolom´ıticos o de calizas con alto contenido en
magnesio. En ciertas regiones bien estudiadas, las aguas de los acu´ıferos incluyen aniones como el
SO
4
2-
y NO
3
1-
derivados de la contaminaci´
on atmosf´
erica (Pentecost, 1992), y en el caso de NO
3
1-
,
probablemente por la utilizaci´
on de nitratos como fertilizantes (contaminaci´
on difusa).
79