223
Los problemas de la dinastía, 217-230 a.C.
Gran parte de la historia consignada de Egipto consiste en repetitivos
escándalos dinásticos y revueltas, y necesita ser equilibrada con los testimonios
documentales de inscripciones y papiros. Dicha presentación en las fuentes literarias
al menos ilustra, entre otras cosas, el poder de los acontecimientos externos para
trastornar Egipto.
Incluso si Rafia no llevó de inmediato a una agitación descontrolada en
Egipto, parece que la generación que siguió al ascenso de Filopátor al trono
contempló el comienzo de la desestabilización. Aunque la primera revuelta, al inicio
del reinado de Evergetes I, no generó una permanente disrupción visible para
nosotros, los anachoresis nativos comenzaron ahora a hacerse cada vez más
frecuentes, y hubo secesiones en el Alto Egipto y Cirene, y disputas entre los
pretendientes rivales al trono. En 205, a finales del reinado de Filopátor, un jefe
egipcio cuyo nombre probablemente es transliterado como Haronnophris fue
coronado faraón en Tebas en la tercera revuelta consignada.
45
Ptolomeo IV fue asesinado por Sosibio y Agatocles, quienes trataron de
retener el poder bajo el joven Ptolomeo I Epífanes («el [dios] manifiesto», r. 205-
180), y procuraron el asesinato de la reina madre, Arsínoe III (Polib. 15. 25. 3-18,
Austin 226). Sosibio, sin embargo, parece haber muerto poco después que Arsínoe,
mientras Agatocles y su madre Oinante fueron linchados por el pueblo de Alejandría,
donde Arsínoe había sido popular. Polibio, mientras que profesaba, sin duda
justamente, evitar los extremos de sensacionalismo, describe la sangrienta escena
vividamente y con prolongada exaltación (15. 23-36); su conclusión sugiere que dista
de carecer de prejuicios sobre Egipto, sea griego o nativo:
El primero que llegó, no mucho después, fue Agatocles,
maniatado. Algunos corrieron hacia él y lo atravesaron con sus venablos,
con lo cual le hicieron un favor y no un daño, pues así lograron que no
recibiera lo que merecía como castigo. A continuación fueron trasladados
allí Nicón [un pariente], Agatoclea [hermana de Agatocles, amante de
Ptolomeo], desnuda, y sus hermanas, seguidos del resto de la familia; la
última fue Enante que arrancaron del Temosforio; también a ésta la
desnudaron y la condujeron a lomos de un caballo. Todos [Agatocles y
sus parientes] fueron puestos a discreción de la turbamulta: unos les
mordían, otros les pinchaban, otros les sacaron los ojos, al que se caía le
dislocaban los miembros hasta que se los quebraban todos. Cuando están
enfurecidos la crueldad de los egipcios es terrible.
(Polibio, 15. 33. 6-10)
La parte inicial del reinado de Epífanes continuó siendo agitada. La mayoría
de las posesiones del Egeo y del Asia Menor fueron inmediatamente perdidas a raíz
de la agresión seléucida y macedonia. Posiblemente bajo los términos de un pacto
secreto que, se dice, hizo con Filipo V (Polib. 15.20, Austin 152), Antíoco III se
apoderó de Celesiria en 201-200 en la quinta guerra siria.
46
Epífanes, asesorado por
su consejero Aristómenes, cedió el territorio y en 193 casó con Cleopatra I, hija de
Antíoco.
47
Maduró hasta convertirse en un soberano eficaz, reprimiendo
sublevaciones nativas y una rebelión en el Alto Egipto. Este acontecimiento (o serie
de acontecimientos), la cuarta de las revueltas conocidas en el Egipto ptolemaico, se
224
extendió quizá desde 197 hasta 185 y comprendió un sitio del rey a la ciudad de
Licópolis en el delta. En el Alto Egipto, Haronnophris fue sucedido por Caonnophris,
quien no fue derrotado hasta 186.
48
Por esta época, los rodios comenzaron a suplantar a Egipto como la principal
potencia naval en el Egeo y el Mediterráneo oriental. Bajo los términos de la paz de
Apamea (188) que dio fin a la guerra de Roma contra Antíoco III, se les garantizó el
control sobre partes de Asia Menor y un efectivo poder en el mar.
El hijo de Ptolomeo V, Ptolomeo VI Filométor («el que ama a su madre», r.
180-145) trató de reconquistar Celesiria con un notable ataque a finales de 170 o
inicios de 169, provocando una reacción espectacular de su tío Antíoco IV, quien
invadió Egipto en la sexta guerra siria y ganó una batalla decisiva en Pelusion,
apoderándose de Chipre y de todo Egipto excepto Alejandría. Los estudiosos
discrepan si Antíoco fue entonces coronado faraón o sólo instituyó un protectorado
en nombre de su sobrino con él mismo como tutor.
49
En 168 Antíoco se lanzó otra
vez a sitiar Alejandría, pero en julio el comandante romano Gayo Popilio Laenas lo
compelió a abandonar la invasión y a ceder Chipre. La fecha de su partida es
conocida a partir de dos ostraca demóticos en el llamado archivo de Hor. El primero
lleva una «profecía» de la partida del rey (escrita después del acontecimiento); en la
primera sección Hor se dirige a Filométor directamente:
De Hor el escriba, un hombre del pueblo de Isis, señora de la
caverna, la gran diosa, en el nomo de Sebennitos. El sueño que me habló
de la seguridad de Alejandría (y) los viajes de 3tyks [Antíoco], a saber
que vendría por mar de Egipto para el año 2, Paoni, último día [30 de
julio de 168]. Informé de la susodicha cuestión (a) Hrynys [¿Helenio o
Eirenaiol], que era stratégos, (en el) año 2, Paoni, día 11. Gryn3 [Cleón],
el delegado de 3tkys, no había dejado aún Menfis. (Pero) las dichas
cuestiones fueron reveladas de inmediato. No habló más de ellas, (pero)
envió al cabo de una hora una carta. Se la di a los faraones en el gran
Serapeo que está en Alejandría, en el año 2, Epeiph, último día [29 de
agosto de 168]. Para cada asunto que se refiera a esto era compensación
para ti (en) el momento en cuestión (por) la que me concierne, a saber, la
grandeza de lo que concierne a los dioses (en) tu corazón. He traído esto
ante ti, pues vine a Alejandría con Tytts [¿Diodoto?] el estratego, a
saber...
(Austin 165)
50
(Los caracteres 3 y 3 en los nombres transcritos representan una interrupción
glotal en egipcio). El segundo ostraca proclama que Antíoco saldrá en el día previsto.
Pese a que la invasión de Antíoco podía implicar que Egipto no podía ya
autogobernarse, la parte final del reinado de Filométor fue una época en que el poder
ultramarino egipcio fue reafirmándose. Un signo de esto es el restablecimiento de
una guarnición ptolemaica en Itanos en Creta en 163 o posteriormente.
51
En esta
fecha los romanos no buscaban neutralizar a Egipto sino mantenerlo como un
contrapeso frente a Siria.
En la época de la invasión, la realeza estaba compartida entre los tres hijos de
Ptolomeo V: Ptolomeo VI Filométor, ya rey desde 180, su hermano el longevo
Ptolomeo VIII Evergetes II (r. 170-163, 145-116; apodado Fiscon, véase más
adelante); y su hermana Cleopatra II (r. 170-145).
52
Los dos hermanos eran