4. PETROLOG´
IA, TEXTURAS Y MINERALOG´
IA
Figura 4.1: Fotomicrograf´ıas realizadas con el microscopio ´
optico de polarizaci´
on: A, C, D, E, F y G con n´ıcoles
cruzados y B con n´ıcoles paralelos. Ejemplos de texturas de calizas tob´
aces (fitohermos): A,C,D y E: tobas de
tallos mostrando tallos de diferente grosor con recubrimiento calc´ıtico. A: cemento sobre tallos y hojas (sparite and
micrite fringe) ¿Thypha?), Alic´
un, Almer´ıa. C: cemento (micrite fringe) y posterior crecimiento de cianobacterias,
barrera Lagunas de Ruidera, D y E recubrimientos tipo estromatol´ıtico, barreras Lagunas de Ruidera. F: Secci´
on
de char´
acea con encostramiento micr´ıtico y posterior desarrollo de estructura estromatolitica. Edificio R´ıo J´
ucar.
B: Encostramiento de hoja (filidio) de briofita, barrera laguna Tomilla, Ruidera. G: textura trombol´ıtica (colonias
de cianobacterias), Ruidera.
65
LAS TOBAS EN ESPA ˜
NA
Figura 4.2: Fotomicrograf´ıas realizadas con Microscopio Electr´
onico de Barrido en modo de electrones secunda-
rios. A y B: Toba de larvas (“¿quiron´
omidos?”) Ba˜
nos de Mula (Murcia). C y D: Estructuras generadas por
encostramiento de filamentos de cianobacterias, Lagunas de Ruidera. E y F: Superficies externas de formaciones
actuales: E biofilm de la superficie de un estromatolito con cristales de calcita, diatomeas y EPS, Ruidera; y F
hoja de musgo parcialmente recubierta por calcita, Ba˜
nos de Mula.
Las distintas caracter´ısticas de estos cementos que constituyen el encostrado (fringe) de los
vegetales se han explicado como consecuencia del diferente lugar relativo de precipitaci´
on de los
carbonatos: dentro o fuera de los EPS. Este hecho parece que guarda relaci´
on con la din´
amica del
medio y as´ı en aguas con mayor agitaci´
on -como en las cascadas- imperan los encostramientos es-
par´ıticos y en aguas menos agitadas, predominan los micr´ıticos (Pedley, 2013). La presencia de estas
morfolog´ıas, frecuente ya en el Cenozoico, ha sido estudiada experimentalmente comprob´
andose su
relaci´
on con biofilms (Arenas Abad et al., 2010b).
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4. PETROLOG´
IA, TEXTURAS Y MINERALOG´
IA
Frecuentemente se forman cristales de esparita sobre los ped´
unculos (stalks) de diatomeas (Frey-
tet and Verrecchia, 1998). La asociaci´
on de cianobacterias y diatomeas es muy com´
un en medios
actuales con precipitaci´
on de tobas, tal y como hemos podido comprobar en la Pen´ınsula Ib´
erica
(Fig. 4.2E) y como ponen de manifiesto Golubi´
c et al., (2008) que hacen especial hincapi´
e en el
papel que representan como epifitas sobre musgos.
5.
LA PETROGRAF´
IA DE TOBAS A LA LUZ DEL MICROSCOPIO
ELECTR ´
ONICO DE BARRIDO
El microscopio electr´
onico de barrido (MEB o SEM seg´
un sus siglas en Ingl´
es: Scanning Elec-
tron Microscopy), suministra datos que ayudan a visualizar y, por tanto, a comprender el papel
desempe˜
nado por los distintos tipos de procesos en la g´
enesis de los minerales que constituyen la
toba. Inicialmente, se trataba de microscopios electr´
onicos de alto vac´ıo que precisaban recubrir
la muestra de una capa conductora (Au, Au-Pd o C) para observar su morfolog´ıa superficial, con
sensores de electrones secundarios (SEM-se) (Fig. 4.2), y sus diferencias de composici´
on qu´ımica
con sensores de electrones retrodispersados (SEM-bse).
El MEB con sensor de electrones secundarios permite realizar observaciones morfol´
ogicas de
detalle como las que se muestran en la Fig. 4.2A y 4.2B correspondientes a las “tobas de larvas” y
4.2C y 4.2D correspondientes a morfolog´ıas creadas por carbonataci´
on en relaci´
on con cianobacte-
rias; as´ı como la mineralizaci´
on que est´
a teniendo lugar en la superficie de un estromatolito y sobre
la superficie de una hoja de musgo (Fig. 4.2E y 4.2F respectivamente).
Pero la microscopia electr´
onica ha ido evolucionado y los microscopios electr´
onicos de alto vac´ıo
dieron paso, entre otros, a los de presi´
on variable (VPSEM), que pueden trabajar a alto y bajo
vac´ıo que se han utilizado preferentemente para trabajar a bajo vac´ıo, con sensores de electrones
retrodispersados, y sin recubrir la muestra. Esta t´
ecnica se ha optimizado y microscopios m´
as
modernos pueden trabajar a bajo vac´ıo tanto con detectores de electrones reprodispersados como
con detectores de electrones secundarios sin necesidad de recubrir ni mover la muestra objeto
de observaci´
on, o bien recubriendo la muestra y alcanzando entonces magnificaciones mayores,
permitiendo pasar de observaciones a escala de micras (1
µm = 0,001 mm) a otras a escala de
nan´
ometros (1 nm = 0,001
µm) (FESEM).
Esta metodolog´ıa a´
un no se ha extendido suficientemente como para dar lugar a una sistem´
atica
de tobas lo cual no es descartable a medio plazo.
6.
MINERALOG´
IA
En las tobas fluviolacustres predomina la calcita de bajo contenido en magnesio (Low Magne-
sium Calcite - LMC). Adem´
as, son habituales contenidos del orden de 5 % de cuarzo procedente
principalmente de fr´
ustulas de diatomeas y aportes detr´ıticos y, con car´
acter muy accesorio y local
(vinculados a la geolog´ıa del entorno), otros componentes correspondientes a la fracci´
on detr´ıtica
como feldespatos, dolom´ıas y filosilicatos (Gonz´
alez Mart´ın et al., 2000a).
La presencia de aragonito se considera m´
as relacionada con aguas calientes (Juli´
a, 1983); no
obstante, tambi´
en se ha identificado, ocasionalmente, en algunas tobas fluviales como las del rio
Arquillo en Albacete (Garc´ıa del Cura et al., 1997c).
CONSIDERACIONES FINALES
Las tobas carbon´
aticas son rocas continentales constituidas principalmente por calcita, con
unas caracter´ısticas petrogr´
aficas concretas, relacionadas fundamentalmente con el encostramiento
de vegetales que aparecen asociados a facies m´
as espec´ıficas de diferentes medios continentales en
funci´
on de las circunstancias geomorfol´
ogicas y clim´
aticas del lugar donde se han desarrollado.
La existencia o ausencia de biofilms recubriendo el sustrato y las plantas superiores presentes,
as´ı como la tipolog´ıa de los microorganismos incluidos en dichos biofilms son los factores m´
as
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