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tierra dada antes a Aristodícides, da instrucciones de medir y asignarle de
ella 2.000 plethra y permitidle adscribirla a cualquier ciudad que desee en
el país (chora) y la alianza. Si las personas reales (basilikoi laoi) de la
región de Petra desearan vivir en Petra por razones de seguridad, hemos
dado instrucciones a Aristodícides de permitirles residir allí. Adiós.
(Austin 180, BD 18, Burstein 21, RC 13, OGIS221)
La tercera carta responde a una aparente queja de Aristodícides por una
demora subsiguiente, y confirma las instrucciones anteriores. Una vez más, los
supuestos tras estos textos son por lo menos tan reveladores como los detalles de la
transacción. El rey decide, al parecer unilateralmente, reasignar la tierra
anteriormente concedida a un griego o a un macedonio (no al sátrapa), a un
ciudadano de Aso, que además tiene el derecho de «adscribir» la tierra a una polis
cercana; la medida equivale a una donación a la ciudad así como al individuo (cf. n.
5 de Austin). Además se mencionan «pueblos», laoi, que pertenecen al rey; puede
tratarse de habitantes no griegos de condición casi servil que estaban adscritos a la
tierra, como los pedieis de Priene.
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En 254/253, Antíoco II transfirió las propiedades de su ex esposa Laodicea.
También eran comprados y vendidos los pueblos campesinos y sus rentas (Austin
185, BD 25, Burstein 24, RC 18-20, partes en OGIS 225). Un caso similar está
documentado en una inscripción de Sardes, pormenorizando la merced de una
propiedad que comprende una serie de aldeas nativas a un tal Mnesimachos, que
también recibe un préstamo del templo de Artemisa en Sardes (Austin 181, c. 200
a.C.).
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También en otro caso de Asia Menor occidental, una polis griega expresa su
agradecimiento a los funcionarios seléucidas después de haberse asegurado las rentas
de aldeas «sagradas» que son posesión de la ciudad (Austin 187, fecha incierta).
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Para los dos tercios orientales del imperio no hay testimonios griegos sobre la
tenencia de la tierra, pero parece probable que la tierra estuviera bajo una mezcla de
propiedad y posesión defacto mediante el uso. Además de la «tierra real», había
tierra que había sido concedida a los templos o a otras comunidades griegas y no
griegas, muchas veces según acuerdos ancestrales,
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a individuos o a katoikiai
militares y a ciudades griegas.
La preocupación del rey por la recaudación de rentas podía incluso implicar
euergesia real tal como un documento de Licia demuestra. El rey implicado es
Eumenes II de Pérgamo, pero puede suponerse que cosas similares ocurrieron en los
dominios seléucidas:
El rey Eumenes a Artemidoro. He leído los comentarios que
agregasteis a la petición enviada por los colonos de la aldea de Cardaces.
Ya que después de investigar averiguasteis que sus negocios particulares
están en mala situación, pues los árboles no dan mucho fruto y la tierra es
pobre; dad instrucciones que puedan preservar la parcela de tierra que
compraron a Ptolemaios [no el rey probablemente] y el precio que no
pagaron porque la mayoría no tenúi ya recursos, y dad instrucciones de
no exigirles el dinero; y puesto que deben pagar por cada persona adulta
la capitación de cuatro dracmas rodios y un óbolo, pero la situación
precaria de sus negocios la convierte en una carga para ellos, (dad
instrucciones) de exceptuarlos de los atrasos del año décimo sexto
[182/181] y de 1 dracma rodio y 1 óbolo del año décimo séptimo ... y que
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puedan reparar el fuerte que antes tenían ... aunque yo mismo pagaré a un
artesano diestro. Año 17, 4° día del fin del mes de Dión.
(Austin 202)
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Es raro que los historiadores vean los efectos de los actos de los soberanos
sobre los plebeyos, y más raro que los reyes muestren preocupación y compasión;
nos beneficiamos la confianza gubernamental en las comunicaciones documentales.
La imagen y el ideal
Así como en la esfera fiscal, en el ámbito de la imagen y la ideología real, los
Seléucidas en buena parte asumieron los elementos tradicionales. Al igual que los
Aqueménidas, cooperaron con los sacerdotes de Babilonia, realizando incluso nuevas
construcciones. Para legitimar su posición como señores de Asia, los reyes a partir de
Antíoco dieron pasos para promover el culto del soberano. Antíoco III fue el primero
de la familia real en organizar un culto real del soberano (el término es utilizado por
Sherwin-White y Kuhrt), pero Antíoco I había establecido el culto del difunto
Seleuco I,
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sin la organización central que implicaban las últimas medidas (véase el
capítulo 3 sobre los honores divinos y la deificación de los reyes). El estatus de
Seleuco y sus herederos, favorecido por los dioses y finalmente divino, fue
subrayado por las historias que pronto aparecieron haciendo de Seleuco un
descendiente o incluso hijo de un dios. Un decreto de Ilion en honor de Antíoco I de
inicios de su reinado declara que los sacerdotes y las sacerdotisas de la ciudad
deberán sacrificar «a Apolo, el antecesor de su familia» (Austin 139, BD 16,
Burstein 15, OGIS 219). En la década de 240, Seleuco II, agradeciendo al pueblo de
Mileto los honores, se refiere a las ofrendas de sus antecesores y su padre (Antíoco
II), «debido a los oráculos dados allí por el santuario de Apolo Didimeo» (de
Didima, el santuario cerca de Mileto) y «por el parentesco con el mismo dios»
(Austin 186, RC 22, OGIS 227).
Como los anteriores soberanos de la región, los Seléucidas aprovecharon el
lenguaje visual de la realeza. Comenzando por Antíoco I, el retrato del rey reinante
aparecía en las monedas; el rey probablemente aprobaba sus retratos, aunque esto no
nos permite considerarlos semejantes a su modelo.
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Curiosamente, no hay ninguna
imagen esculpida de un Seléucida identificada con seguridad.
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Las historias de
amor que rodean la entrega de Estratonice por Seleuco I a su hijo quizá reflejan un
intento, sea directamente patrocinado por los reyes o no, de hacer circular versiones
favorables sobre ellos. Una serie de anécdotas sobre Seleuco I aparece en Apiano:
Sus grandes victorias en la guerra le ganaron el apellido de
Nicátor [«Vencedor»] ... Era alto y de complexión fornida; un día en que
un toro salvaje fue llevado a Alejandro para el sacrificio y rompió sus
ligaduras, él [Seleuco] solo lo contuvo y lo controló con las manos
desnudas. Esta es la razón porque las estatuas lo representan con
cuernos...
Dicen que cuando estaba realizando la fundación de las dos
Seleucias, la de Seleucia del Mar fue precedida por una tormenta de
truenos...