son imaginarias y podrían haberse puesto en cualquier punto después de
intervalos suficientemente largos para permitir la acumulación de una
considerable variación divergente.
Como todos los descendientes modificados de una especie común y
muy difundida perteneciente a un género grande, tenderán a participar
de las mismas ventajas que hicieron a sus padres triunfar en la vida, con-
tinuarán generalmente multiplicándose en número, así como también di-
vergiendo en caracteres: esto está representado en el cuadro por las var-
ias ramas divergentes que parten de A. La descendencia modificada de
las ramas más modernas y más perfeccionadas de las líneas de descen-
dencia probablemente ocuparán con frecuencia el lugar de las ramas más
antiguas y menos perfeccionadas, destruyéndolas así, lo que está repre-
sentado en el cuadro por alguna de las ramas inferiores que no alcanza a
las líneas horizontales superiores. En algunos casos, indudablemente, el
proceso de modificación estará limitado a una sola línea de descendenc-
ia, y el número de descendientes modificados no aumentará, aunque
puede haber aumentado la divergencia de la modificación. Este caso es-
taría representado en el diagrama si todas las líneas que parten de A fue-
sen suprimidas, excepto la que va desde a1 hasta al a10. De este modo, el
caballo de carreras inglés y el pointer inglés han ido evidentemente di-
vergiendo poco a poco en sus caracteres de los troncos primitivos, sin
que hayan dado ninguna nueva rama o raza.
Se supone que, después de diez mil generaciones, la especie A ha pro-
ducido tres formas -a10, f10 y m10- que, por haber divergido en los ca-
racteres durante las generaciones sucesivas, habrán llegado a diferir mu-
cho, aunque quizá desigualmente, unas de otras y de su tronco común. Si
suponemos que el cambio entre dos líneas horizontales de nuestro cua-
dro es pequeñísimo, estas tres formas podrían ser todavía sólo varieda-
des bien señaladas; pero no tenemos más que suponer que los pasos en
el proceso de modificación son más numerosos o mayores para que estas
tres formas se conviertan en especies dudosas o, por lo menos, en varie-
dades bien definidas. De este modo, el cuadro muestra los grados por los
que las diferencias pequeñas que distinguen las variedades crecen hasta
convertirse en las diferencias mayores que distinguen las especies. Conti-
nuando el mismo proceso durante un gran número de generaciones -co-
mo, muestra el cuadro de un modo condensado y simplificado-, obtene-
mos ocho especies, señaladas por las letras a14 a m14, descendientes to-
das de A. De este modo, creo yo, se multiplican las especies y se forman
los géneros.
100
En un género grande es probable que más de una especie tenga que
variar. En el cuadro he supuesto que otra especie I ha producido por eta-
pas análogas, después de diez mil generaciones, dos variedades bien
caracterizadas -w1O y z1O-, o dos especies, según la intensidad del cam-
bio que se suponga representada entre las líneas horizontales. Después
de catorce mil generaciones, se supone que se han producido seis espec-
ies nuevas, señaladas por las letras n14 a z14. En todo género, las espec-
ies que sean ya muy diferentes entre sí tenderán en general a producir el
mayor número de descendientes modificados, pues son las que tendrán
más probabilidad de ocupar puestos nuevos y muy diferentes en la eco-
nomía de la naturaleza; por esto, en el cuadro he escogido la especie ex-
trema A y la especie casi extrema I, como las que han variado más y han
dado origen a nuevas variedades y especies. Las otras nueve especies -
señaladas por letras mayúsculas- de nuestro género primitivo pueden
continuar dando durante períodos largos, aunque desiguales, descend-
ientes no modificados, lo que se representa en el cuadro por las líneas de
puntos que se prolongan desigualmente hacia arriba.
Pero durante el proceso de modificación representado en el cuadro,
otro de nuestros principios, el de la extinción, habrá representado un pa-
pel importante. Como en cada país completamente poblado la selección
natural necesariamente obra porque la forma seleccionada tiene alguna
ventaja en la lucha por la vida sobre otras formas, habrá una tendencia
constante en los descendientes perfeccionados de una especie cualquiera
a suplantar y exterminar en cada generación a sus precursores y a su
tronco primitivo. Para esto hay que recordar que la lucha será, en gene-
ral, más rigurosa entre las formas que estén más relacionadas entre sí en
costumbres, constitución y estructura. De aquí que todas las formas in-
termedias entre el estado primitivo y los más recientes, esto es, entre los
estados menos perfeccionados y los más perfeccionados de la misma es-
pecie, así como también la especie madre primitiva misma, tenderán, en
general, a extinguirse. Así ocurrirá probablemente con muchas ramas co-
laterales, que serán vencidas por ramas más modernas mejoradas. Sin
embargo, si los descendientes mejorados de una especie penetran en un
país distinto o se adaptan rápidamente a una estación nueva por comple-
to, en la cual la descendencia y el tipo primitivo no entren en competenc-
ia, pueden ambos continuar viviendo.
Si se admite, pues, que nuestro cuadro representa una cantidad consi-
derable de modificación, la especie A y todas las variedades primitivas
se habrán extinguido, estando reemplazadas por ocho especies nuevas-
101