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Revista de Geografía Norte Grande, 56: 259-261 (2013)



Reseñas

Holger Pedersen. Road-map to the Indian´s 

Treasure. -On the Chilean meteorite Vaca 

Muerta and its early mistake for silver

Norderstedt: Book on Demand, 2012. 300 pp.

Raúl Soto Villafl or

1

1

El trabajo escrito en inglés del astrofísico 



danés Holger Pedersen resuelve la incógnita 

sobre la existencia del llamado “derrotero del 

chango Aracena” buscado por más de cien 

años a partir de la condena a muerte en Co-

piapó del minero Rafael Aracena en 1842. La 

exhaustiva investigación de Holger Pedersen 

agrega nuevos antecedentes de estudio geoló-

gico e histórico que le permiten concluir que 

el derrotero jamás existió y quienes declara-

ron haberlo descubierto en 1882, confundie-

ron el mineral de plata de Aracena con las 

rocas del meteorito caído en Vaca Muerta en 

el desierto de Atacama no más de 2.500 años 

atrás según arroja como resultado las pruebas 

de laboratorio hechas por el autor. 

El derrotero es un tesoro mineral cuya 

ubicación permanece desconocida luego de 

la muerte de su descubridor, generalmente un 

indígena, celoso de su riqueza. El derrotero 

del chango Aracena es el más famoso de los 

cerca de cien que identifi có Benjamín Vicuña 

Mackenna y cuyo enigma resuelve esta obra 

de Pedersen.

La prolija revisión de las fuentes históri-

cas consistentes en periódicos de la época y 

documentos judiciales habidos en el Archivo 

Nacional, junto a libros y cartas referidas a la 

materia de investigación permitieron al autor 

adentrarse en la polémica sobre el valor del 

supuesto mineral habida entre Máximo Villa-

fl or y Pedro Cargotich a fi nes del siglo XIX en 

pleno desierto de Atacama. La investigación 

Universidad Católica de Temuco (Chile) . 



 E-mail: 

rsotov@uct.cl

se completa con un estudio mineralógico de 

las muestras obtenidas en Vaca Muerta que se 

comparan con otras anteriores tomadas en el 

mismo lugar.

A principios del siglo XX, habiendo trans-

curridos cerca de ochenta años desde la 

muerte de Aracena sin haberse descubierto el 

derrotero, se creyó que la historia era propia 

de la imaginación folclórica de los mineros. 

Víctor Domingo Silva señalaba en El Mer-



curio en 1909 que había algo de fantasía y 

superstición en el asunto del derrotero de 

Aracena. El tema aún es tratado como parte 

de la imaginería colectiva. La persistente 

labor de Pedersen le permitió descubrir dos 

documentos inéditos de gran valor para su 

trabajo: El testamento de Aracena y una carta 

de Máximo Villafl or a Benjamín Vicuña Mac-

kenna desmintiendo el valor mineralógico 

del supuesto descubrimiento anunciado por 

Cargotich.

El hallazgo del testamento de Rafael 

Aracena en el Archivo Nacional que indivi-

dualiza la mina de plata, aporta un nuevo 

elemento a la investigación en terreno del 

autor. Aracena había indicado en su testa-

mento que la mina se ubicaba en la “Cierra 

del Salitral”, sin embargo este nombre es 

inexistente en la toponimia del desierto de 

Atacama. Agregó Aracena que la mina estaba 

en una quebrada en la cima de esa sierra, es 

decir un lugar arenoso y lleno de escombros, 

el autor observa que la denominación “sali-

tral” es coincidente con el abundante salitre 

habido en Vaca Muerta. Pedersen asevera que 

los infructuosos esfuerzos de muchos mineros 

por descubrir el derrotero del chango Ara-

cena se debió a que buscaban en lugares de 




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E V I S T A

 

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roca dura donde es habitual la concentración 



de vetas ricas en minerales. Sin embargo el 

testamento identificaba un lugar muy dife-

rente, más bien arenoso. Pedersen concluye 

que aquel lugar identifi cado por Aracena se 

trataba de Vaca Muerta donde había caído el 

meteorito.

No existieron coordenadas geográficas 

que identifi caran la caída del meteorito de 

Vaca Muerta, sino a partir de A. Villanueva 

(1878) y de Ludwig Brackebush (1885). An-

teriormente Rudolph Phillipi confeccionó un 

mapa de la zona en 1860 de sus observacio-

nes de 1853/54. El geólogo noruego Lorenzo 

Sundt en 1883 visitó el lugar para catalogar 

sus riquezas, describió dos lugares separados 

por algunos centenares de metros en que los 

mineros trabajaron sobre los restos del me-

teorito en la creencia que se trataba de plata. 

Parte de esos trabajos se habían realizado 

recién diez años antes de 1883. Domeyko su-

girió que los mineros habrían roto el meteori-

to en la búsqueda de plata. Son los primeros 

indicios que la mina de plata del chango 

Aracena en verdad era material cósmico de 

hierro pues como observa Pedersen; los afl o-

ramientos de mineral no aparecen en campos 

arenosos sino en roca dura.

La investigación del autor permitió recu-

perar información inédita sobre el derrotero 

hallada en la correspondencia entre Villafl or y 

Vicuña Mackenna, la que fue complementada 

a la que se extrajo del diario de Antofagasta 



El Industrial de 1882, en que Pedro Cargo-

tich declaró haber descubierto cuatro minas 

de plata en Vaca Muerta correspondientes al 

derrotero de Aracena. Posteriormente aban-

donó el país hacia el Callao expresando que 

lo hacía con el tesoro de plata encontrado en 

ese lugar.

Tanto Cargotich como un señor de ape-

llido Benneh, dijeron haber encontrado las 

riquezas de Aracena, pero Benjamín Vicuña 

Mackenna los desmintió basado en los datos 

de Máximo Villafl or, este último autor había 

desechado la importancia del supuesto des-

cubrimiento minero habiendo estudiado las 

piedras luego de hacer una prueba de crisol 

demostró que solo consistían en hierro y no 

en plata. Villafl or hizo además análisis quími-

cos sobre las muestras, pruebas que arrojaron 

por resultado que estas se componen de 

hierro y níquel. El resultado lo llevó a decir 

que Cargotich era estúpidamente ingenuo por 

creer que el mineral contenía plata. Cargotich 

se defendió en El Industrial de Antofagasta 

señalando que la muestra es de la mina La 

Carlota distante trece kilómetros al oeste de 

Vaca Muerta. Villaflor replica que veintiún 

años antes en 1861 Díaz Gana había identi-

fi cado el descubrimiento como un meteorito. 

No había más que una conclusión: Que el 

nuevo descubrimiento era cósmico. Por eso 

Villafl or señala que el descubrimiento de los 

materiales de Vaca Muerta causó alarma entre 

la comunidad minera hacia 1861, concluye 

Pedersen. 

¿Cómo el acero y el níquel de un meteori-

to pudieron ser confundidos por plata? El au-

tor cita casos históricos desde la antigüedad 

romana hasta el tiempo presente en que se 

confundió el material de los meteoritos con 

plata y otorga una explicación geológica a 

continuación.

Los análisis practicados por Pedersen so-

bre las muestras arrojaron que el meteorito 

de Vaca Muerta contiene 50% de hierro y 

níquel, resultando en promedio una den-

sidad promedio de 4.5-5 g cm -3. El metal 

se encuentra disperso en nódulos de varias 

medidas que han sido martilladas en frío o 

pulidas. Estas características son semejantes a 

las de la plata. También los meteoritos pedre-

gosos (condritas) han sido confundidos con 

plata. ¿Cómo es posible que el hierro fundi-

do se haya mezclado con los minerales de 

silicato en Vaca Muerta? esto se justifi ca  por 

la amplia diferencia de los puntos de fusión 

particularmente en la presencia del campo 

gravitacional. La técnica asume que ciertos 

radioisótopos creados por el fl ujo de rayos 

cósmicos, llegan a un nivel de equilibrio en 

el espacio interplanetario, mientras que des-

pués de la caída, la formación cesa, debido 

al efecto de apantallamiento de la atmósfera 

de la tierra. En este aspecto la investigación 

de Pedersen aporta antecedentes astrofísicos 

sobre el tema. Se usó trabajo de campo para 

la examinación de muestras sacadas de Vaca 

Muerta, el resultado concluyó que el meteo-

rito cayó no más allá de 2.500 años atrás, 

el autor alude a otros estudios que cifran en 

2.000 años la caída del meteorito. Se citan 

otros estudios de Hassanzadeh 1990, Bizza-

rro 2005 y Martínez-Frías 2003.




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Se descubrieron artículos de manufactura 

indígena a pocos metros de una de las mues-

tras más grandes tal vez fueron hechos con 

su material, lo que sin embargo no puede ser 

aseverado. La investigación de Pedersen con-

cluyó que la masa total del meteorito debió 

exceder de seis toneladas, mucho más de los 

3.782 kilos recuperados desde 1985 desde 

Vaca Muerta, el resto del material se encuen-

tra perdido. Las conclusiones se lograron por 

el análisis de los patrones de estriación obser-

vados en las muestras.

En conclusión el trabajo de Pedersen 

aporta desde el análisis de muestras de mate-

riales extraídos de Vaca Muerta una pertinen-

te recreación histórica del derrotero del chan-

go Aracena apoyado en documentación de 

época y de análisis anteriores, ofreciendo una 

respuesta histórico-geológica ante un enigma 

hasta el presente no resuelto. Con certeza el 

autor concluye que el supuesto mineral de 

plata buscado por los mineros en verdad se 

trataba del meteorito de Vaca Muerta.




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