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aún impregnada de la inercia mecanicista de la segunda internacio-
nal, y el tinte pseudo-racionalista de sus estrategias de propaganda,
la convirtieron, finalmente, en cómplice del ascenso del nazismo:
“en la medida en que la
propaganda marxista carece de todo
territorio
opuesto al mito, de toda transformación de comienzos míticos en
reales, de sueños dionisíacos en revolucionarios, un elemento de
culpa se hace evidente en el surgimiento del nacionalsocialismo,
esto es, una culpa de parte del demasiado vulgar marxismo”.
20
De-
limitar esos
territorios opuestos al mito, diseñar dispositivos de trans-
formación
de sueños dionisiacos en revolucionarios es la tarea que Bloch
asume con su concepto de
Ungleichzeitigkeit, el concepto de una
temporalidad estratificada elogiado por Benjamin.
De este modo, y desde una revisión de los postulados de la crí-
tica de las ideologías marxista tradicional, Bloch se toma en serio la
idea marxiana de una asincronía en el desarrollo de las superestruc-
turas, que le lleva a plantear la legitimidad –
indirecta, “dialéctica”– de
esas fuerzas, la necesidad de aprovechar esos elementos asincrónicos
en una dirección anticapitalista. Benjamin había planteado un mo-
vimiento análogo en su dialéctica de sueño y despertar: “el aprove-
chamiento de los elementos oníricos en el despertar es el ejemplo
clásico del pensamiento dialéctico”.
21
Puede sugerirse entonces que
la tarea, para ambos autores, no es la de una crítica ideológica
que descarte o menosprecie esos contenidos subterráneos, oníricos
o dionisiacos como engañosa mitología, mera irracionalidad, etcé-
tera. De lo que se trataría, más bien, sería de una crítica singular,
“crítica salvadora” en el sentido preciso de
crítica ensambladora,
re-
ttende en el preciso sentido de
montierende Kritik; una crítica que
sepa operar un montaje temporal entre las contradicciones no con-
temporáneas y la contradicción contemporánea, activando lo que
Bloch denomina una “dialéctica multi-estratificada”, es decir, una
dialéctica que sepa manejar la compleja variedad de estratos tempo-
rales activos en una actualidad, una actualidad que nunca coincide
consigo misma como pretenden los pseudo-ilustrados, marxistas
o socialdemócratas. Sobre el final de la sección celebrada por Ben-
jamin, Bloch distingue la dialéctica hegeliana de su propia concep-
ción de una dialéctica
No contemplativa, que posee la riqueza de la sustancia no en pasa-
dos dorados sino en la herencia actual de su fin en el Ahora, dicho
brevemente, que gana
fuerza revolucionaria adicional precisamente de la
riqueza
incompleta del pasado, y no de su “superación” en la etapa final.
Recién entonces este no-pasado, en tanto nunca totalmente devenido,
y por tanto los persistentes contenidos subversivos y utópicos […] son
aprovechados. Una dialéctica expandida [mehrräumige] se prueba sobre
todo en la dialectización de contenidos aún “irracionales”.
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La no-sincronicidad involucra un concepto estratificado de la
temporalidad, una condensación de pasado, presente y futuro en el
ahora, y una lectura política de esa concentración temporal. Con
ello buscaba Bloch hacerse cargo de un legado radical que la iz-
quierda, bajo prejuicios pseudo-iluministas, abandonó a la derecha.
En estrecha relación a estos planteos podemos comprender y des-
plegar no sólo la noción benjaminiana de
Jetztzeit, sino también la
famosa consigna que Benjamin trata en su ensayo sobre el surrealis-
mo de 1929: “ganar las fuerzas de la embriaguez para el servicio de
la revolución”.
23
La proximidad entre ambos proyectos es evidente.
20. Ernst Bloch, Erbschaft dieser Zeit, op. cit., p. 66; Ernst Bloch, Heritage of Our
Times, op. cit., p. 60.
21. Walter Benjamin, Libro
de los pasajes, op. cit., p. 49.
22. Ernst Bloch, Erbschaft dieser Zeit, op. cit., pp. 125-126; Ernst Bloch, Heritage of
Our Times, op. cit., p. 116.
23. Walter Benjamin, Obras, libro ii, vol. 1, op. cit., p. 313.
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