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Con la llegada del siglo XXI, la importancia del papel de la ciencia y la tecnología será mayor
que nunca. Para poder enfrentarnos a los retos que surgen y aprovechar las oportunidades que
se nos brindarán en el nuevo milenio, es indispensable que Europa aproveche al máximo todo
su potencial de investigación. Sin embargo, hay una cuestión clave que sigue limitándolo: la
infrarrepresentación de las mujeres en los ámbitos de la ciencia, la investigación y el desarrollo.
Como Comisario de Investigación, me preocupa especialmente la falta de científicas dedicadas
a la investigación en Europa. Es importante que se conceda a esta cuestión una gran prioridad
en el debate sobre la futura política científica y que se tomen medidas para intentar corregir el
desequilibrio entre investigadores e investigadoras. Una mayor presencia de mujeres en la
investigación mejoraría la utilización de los recursos humanos y, al mismo tiempo, enriquecería
la actividad científica al aportar nuevos temas y perspectivas.
En este contexto, me complace presentar el informe sobre las mujeres y la ciencia que ha
elaborado la Red Europea de Evaluación de Tecnología, titulado "Política científica de la
Unión Europea: Promover la excelencia mediante la integración de la igualdad entre géneros".
Este estudio se centra con gran perspicacia en la infrarrepresentación femenina en el ámbito
de la investigación y abre el camino a las diversas acciones que se podrían adoptar a diferentes
escalas: regional, nacional y europea. Los esfuerzos realizados en este sentido constituirán un
componente importante en la creación de un verdadero espacio europeo de investigación, que
considero indispensable.
Acojo con satisfacción este informe y confío en que su aportación al debate será considerable.
PHILIPPE BUSQUIN,
Comisario de Investigación
Prólogo
x


En 1998, la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea (antes conocida
como DGXII) creó un Grupo de expertas sobre mujeres en la ciencia, y encargó a sus
miembros la tarea de redactar un informe sobre la política científica y las mujeres en la Unión
Europea. Es creciente la preocupación que han expresado tanto los científicos profesionales
como los responsables de establecer la política científica por la falta de mujeres en este ámbito.
El término "ciencia" se usa aquí en sentido amplio, e incluye las ciencias sociales, la ingeniería,
la tecnología y la informática. Este informe es el resultado del trabajo del Grupo de expertas.
Esperamos que contribuya al debate que se desarrolla a escala institucional, nacional y
comunitaria, así como a otros niveles.
El informe va dirigido a todos aquéllos cuyo trabajo está relacionado con la formación, la
contratación y la promoción de científicos, con la elaboración de la imagen de la ciencia y los
científicos, el estudio de trabajos científicos, la financiación de la ciencia, la explotación de los
resultados de la investigación científica y la definición de la agenda científica. La
discriminación por razón de género, tanto directa como indirecta, no debería tener cabida en
la estructuración de la ciencia ni influir en el desarrollo de la comunidad científica.
Las recomendaciones se dirigen a tres grupos de destinatarios: la UE y sus instituciones, los
Estados miembros y las instituciones nacionales que emplean a científicos, y los propios
científicos de ambos géneros.Tanto el actual Comisario de Investigación, Philippe Busquin,
como su predecesora en el cargo, Édith Cresson, se han comprometido fuertemente con la
igualdad entre géneros. La Comisión y el Parlamento Europeo que entraron en funciones en
1999 han insistido también en la necesidad de incluir a más mujeres en todos los niveles de la
ciencia y de la toma de decisiones. Por lo tanto, nos hallamos en un momento especialmente
adecuado para impulsar el programa sobre mujeres y ciencia tanto a nivel europeo como en
los distintos Estados miembros. En interés de la justicia social y ante la necesidad de fomentar
la excelencia en el esfuerzo científico de la Unión Europea, invitamos a todas las partes
interesadas a responder a nuestras recomendaciones no sólo con palabras, sino también con
acciones que corrijan el desequilibrio entre géneros en la esfera científica.
xi
Prefacio



Se ha definido la ciencia como un medio de satisfacer la curiosidad, encontrar soluciones a los
problemas cotidianos, mejorar la calidad de vida, entender cómo funcionan las cosas y estimular
la economía. La riqueza y la calidad de vida de los ciudadanos de la Unión Europea (UE)
dependen en gran medida del adecuado desarrollo de la excelencia científica. Europa cuenta
con una buena tradición de invención y descubrimientos en sus universidades, centros de
investigación, academias y empresas; también ha habido mucha creatividad en la aplicación de la
ciencia a la creación y el mantenimiento de empresas que, a su vez, crean empleo y generan
ingresos. Sin embargo, este panorama queda desfigurado por el papel desproporcionado que
desempeña el género en la probabilidad de que una persona ingrese en la comunidad científica,
permanezca en ella y vea su trabajo reconocido. Aunque la presencia de la mujer en el mundo
científico ha aumentado, muy pocas han gozado de igualdad de oportunidades para aportar su
contribución y disfrutar de los beneficios de una carrera científica. Eso es a la vez injusto y poco
práctico. Este informe señala que, tanto históricamente como en la actualidad, el papel de las
mujeres en la toma de decisiones y el establecimiento de prioridades relacionadas con la ciencia
es de segundo orden, y que el número de las que siguen carreras científicas es relativamente
pequeño.Y ello es así pese +a que la población femenina constituye más de la mitad de la
comunitaria, a que las mujeres aportan una contribución considerable a los impuestos que
financian el desarrollo de la ciencia y la tecnología y a que se sitúan en el extremo receptor de
los resultados derivados de la política científica. Las mujeres deben tener los mismos derechos
que los hombres a disfrutar de las ventajas que puede ofrecerles una carrera científica y a
participar en el proceso de toma de decisiones sobre las prioridades de la investigación. De
hecho, su contribución resulta vital para el futuro desarrollo de la ciencia en Europa, pues para
desarrollar la ciencia y sus aplicaciones hasta los niveles más elevados necesitamos los mejores
recursos humanos que hay a nuestra disposición, tanto masculinos como femeninos.
¿Cómo se puede potenciar el papel de la mujer en
la política y la práctica comunitarias en materia de
ciencia, ingeniería y tecnología?
Este informe intenta dar respuesta a esa pregunta. Más concretamente, presenta datos reveladores
del papel injustificado y anticuado que en algunos casos sigue desempeñando el género en la
asignación de cargos y recursos en el ámbito científico y tecnológico. Denuncia la
discriminación de la mujer en las políticas y prácticas de nuestras instituciones científicas, que
priman el género sobre la excelencia de una persona (si bien en ocasiones de forma
inadvertida). Ni siquiera el tan respetado sistema de evaluación por pares, piedra angular de la
evaluación científica, funciona siempre como debería (véase el capítulo 4). Pero en la ciencia no
hay lugar para la discriminación, ni directa ni indirecta. Es esencial que estas formas
institucionalizadas de exclusión se identifiquen y se corrijan en aras de la ciencia y la tecnología,
y en nombre de la justicia social. El presente informe intenta contribuir a este empeño
1
1
Introducción
El 73% de las patentes
industriales se basaban en
resultados obtenidos en
investigaciones básicas
financiadas por agencias
gubernamentales u otras
organizaciones sin ánimo de
lucro.
Narin, Hamilton y Olivastro (1997)
Research Policy, nº 26, pp. 317-330
El 62% de los artículos
científicos que resultaban
esenciales para avanzar en los
estudios y las curas de las
enfermedades cardiovasculares
y pulmonares partían de
investigaciones básicas.
Comroe y Dripps (1976) Science, nº
192, pp. 105-111
"El nivel de los recursos
naturales de un país no importa;
en última instancia, su desarrollo
depende de los conocimientos,
las habilidades y las capacidades
de todos sus habitantes."
Shirley Malcom, de la Asociación
Americana para el Progreso de la
Ciencia, en la Conferencia Mundial
sobre Ciencia del CIUC/UNESCO,
Budapest 1999, citado en Loder, N.
(1999)


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