que valdría la pena desarrollar en toda
su extensión:
El otro rasgo capital de Sucre, que lo
iguala con los máximos venezolanos, es
la confianza absoluta en la educación
como meta y vía para la realización lati-
noamericana unitaria. El binomio de los
espíritus sin cuestión superiores, es pre-
cisamente el que Sucre podría haber to-
mado como divisa: Americanidad y Cul-
tura (Salcedo Bastardo, 1981:19).
1. Mensaje educativo de
Sucre
La condición de joven inteligente,
que se declara decidido defensor de la
educación, es un aspecto entre otros,
que no hemos destacado lo suficiente
en la vida del Gran Cumanés. El hablar
de un Sucre educador, parece para
muchos un remedo de arreglo históri-
co para dar al héroe, loas y alabanzas
que en verdad, no necesita. Nuestro
encuentro con el Sucre preocupado
por la educación, fue una agradable
sorpresa, que cada día se va acentuan-
do más por convicción que se justifica
con decretos y cartas, donde se evi-
dencia una verdadera y permanente
preocupación por la educación.
Sucre no llega a escribir páginas
teóricas sobre el método didáctico y su
aplicación, pero sí logra acompañar a su
maestro-libertador en el sembradío de
escuelas a través de la América Meridio-
nal. Un análisis de los decretos y cartas
del Gran Mariscal de Ayacucho nos lleva
al establecimiento de una secuencia
perfectamente bien delineada entre el
contenido pedagógico y moral del
Areópago, leído en Angostura y los de-
cretos del mismo Sucre sobre educa-
ción, tanto en Ecuador como en Perú y
Bolivia. Bolívar como paradigma, es una
experiencia completa para Sucre. Espe-
cíficamente en lo que a Educación se re-
fiere, no le tiembla la mano al firmar de-
cretos que refuerzan a la docencia
como estímulo prioritario.
El reclamo de nuestro héroe cuma-
nés al cabildo de Otavalo, Ecuador, el
cual traemos a colación más adelante en
el orden cronológico que le correspon-
de, no está escrito en el lenguaje del que
reclama algo que le ha sido encomenda-
do, sino con la vibrante molestia del que
ha sido desoído en algo que a él le im-
porta y por lo tanto enfada e impacienta
si no se cumple lo solicitado, en este
caso información sobre la educación.
Esta confianza absoluta en la edu-
cación será un convencimiento pleno
que sacudirá al Sucre pragmático. En
su mensaje educativo, Sucre cree más
en una estrategia permanente que en
una moda pasajera. Más directamente
relacionada con el Sucre Educador es
el párrafo siguiente: “Ecuador fue el
primer favorecido por el interés obse-
sivo y el esmero suyo por la enseñan-
za”. (Salcedo Bastardo, 1981:19). Se
necesita estar convencido de la labor
educativa de Antonio José de Sucre,
para hablar en tal forma, que se trans-
forma al soldado en educador.
En sus épocas infantil y juvenil, la
forma y contenido de la preparación es-
colar del futuro Mariscal, no sobresale
por encima de los niños y jóvenes de su
generación. Lo que sí sobresale es su in-
teligencia y aplicación. El hijo del Te-
niente Don Vicente de Sucre y Urbane-
ja y Doña María Manuela, se desarrolla
Revista Venezolana de Ciencias Sociales, UNERMB, Vol. 8 No. 2, 2004
242
Rafael Daniel Meza Cepeda yBeatriz M. Arrieta de Meza
en el mundo de la educación, según el
catedrático e historiador norteamerica-
no John P. Hoover en la secuencia si-
guiente:
Primero tuvo tutores particulares,
como era costumbre entonces, ya que
la educación pública sólo existía de
manera rudimentaria. (
) Para pro-
seguir estudios superiores, los jóvenes
tenían que asistir a la Universidad de
Caracas o la de Santo Domingo en la
isla de La Española, donde podían es-
tudiar derecho canónico, derecho civil
y teología escolástica. (
) El joven Su-
cre se inscribió más tarde en una Es-
cuela de Matemáticas privada y laica,
donde estudió álgebra y geometría,
estudios que lo separaron de la mayo-
ría de sus amigos (
) Los críticos de la
época no se cansaban de señalar que la
educación ofrecida en las colonias no
tenía nada que ver con las ciencias y ar-
tes útiles, no era práctica y no contri-
buía de ninguna manera al desarrollo
mental o moral del estudiante. La edu-
cación de tipo más práctico del joven
Antonio José ha podido haberlo pre-
parado para la nueva era que veían
acercarse los pensadores más avanza-
dos de Cumaná. Sin embargo, la es-
cuela era solamente una fuente de
aprendizaje; la vida en la capital de
provincia ha debido enseñarle más
(Hoover, 1975:21-22).
Como era costumbre, las primeras
letras, la iniciación a la cultura formal y a
los principios del reconocimiento del
propio ser como parte ciudadana, lo ha-
cen los jóvenes de esa época en los luga-
res de su nacimiento, para después pa-
sar a la ciudad capital.
Sobre lo que podríamos llamar la
segunda parte de la Educación del joven
Sucre, leemos: “A comienzos del año
de 1808, en su entera pubescencia, vino
a Caracas Antonio José de Sucre llama-
do por su ilustre tío el acaudalado Ca-
nónigo mercedario Don José Domingo
de Alcalá, para costear su educación y lo
inscribió en la Escuela de Matemáticas
que regentaba el Coronel de Ingenieros
Don Tomás Mires, de quien recibió cla-
ses de Aritmética, Álgebra, Topografía,
Dibujo Lineal, Geometría, nociones de
construcciones civiles y de táctica, por
el sistema del Arte Militar de Federico
II, que tenía por fundamento ser el más
fuerte en un punto determinado, atacar
el frente enemigo con el grueso ejérci-
to, sin apartarse del orden lineal” (Ve-
tancourt, 1955:13-14). Comenzaba así
la formación militar del futuro gran es-
tratega. La estructura curricular se pre-
sentaba casi como la manta académica
de un cadete y es indiscutible que la dis-
ciplina era el fundamento de la Acade-
mia de Don Tomás.
Un comentario interesante del
mismo Vetancourt es el siguiente: “La
cultura de Sucre era superior a su épo-
ca; se expresaba con soltura en inglés y
en francés, tenía algunas nociones de
Derecho y de Humanidades, tanto que
su pariente José Francisco Bermúdez lo
llamaba “Toño el filósofo”, según narra-
ba en las deleitables tertulias del vetera-
no Don Francisco Mejía, el dicaz Co-
mandante Don José Jesús Vallenilla”.
(Vetancourt, 1955:14). No hemos en-
contrado documentación sobre la base
lingüística aplicada que según el comen-
tario anterior era bastante sólida. Cre-
emos que según la costumbre de la
época, usó el método gramática-tra-
Revista Venezolana de Ciencias Sociales, UNERMB, Vol. 8 No. 2, 2004
Antonio José de Sucre ysu afán por la educación
"!