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En este sentido, la lectura de la Tesis B permite postular lo
siguiente: en el armazón benjaminiano la redención –la entrada del
Mesías– aparece vinculada a una experiencia singular con el pasa-
do –la rememoración– y no a una provisión del tiempo futuro. La
rememoración es un ejercicio que suspende el tiempo, interrum-
piendo su linealidad para dar lugar al advenimiento de un pasado
no conocido hasta entonces, como expresa Benjamin en su obra de
los
Pasajes:
El giro copernicano en la visión histórica es éste: se tomó por punto
fijo
lo que ha sido, se vio el presente esforzándose tentativamente por
dirigir el conocimiento hasta ese punto estable. Pero ahora debe inver-
tirse esa relación […] La política obtiene el primado sobre la historia.
Los hechos pasan a ser lo que ahora mismo nos sobrevino, constatarlos
es la tarea del recuerdo […] Hay un saber-aún-no-consciente de lo que
ha sido, y su afloramiento tiene la estructura del despertar […] Pues
despertar
es el giro dialectico, copernicano, de la rememoración.
25
Cabe resaltar aquí la condición de traslación que caracteriza
al pasado incumplido, en detrimento de su inmovilidad: el pasado
puede advenir en el presente. Esto no sólo se deduce de la ya citada
Tesis B; también lo hallamos en la Tesis ii, en la que Benjamin pos-
tula que ese pasado trunco reclama derecho: “el pasado lleva con-
sigo un secreto índice, por el cual es remitido a la redención […]
Entonces hemos sido esperados en la tierra. Entonces nos ha sido
dada, tal como a cada generación que nos precedió, una
débil fuerza
mesiánica, sobre la cual el pasado reclama derecho”.
26
A partir de
esta cifra, Erdmut Wizisla señala que “el pensamiento de Benjamin,
en una medida creciente, era escéptico, sobrio. Esto no significa la
renuncia a la radicalidad y la esperanza […] [pero sí] una honda
resistencia contra la promesa de salvación”.
27
Una reflexión emerge con claridad: Benjamin nos propone
una idea de salvación que deviene del pasado y no del futuro. Em-
pero, como apunta Wizisla, esto no significa un no-lugar al futuro
ni a la esperanza, ya que el “secreto índice” del pasado abrirá un
nuevo presente, ergo otro futuro, distinto del que se derivaría del
presente vigente. Esto aparece muy claramente en la tesis descu-
bierta por Giorgio Agamben en la Biblioteca Nacional de París,
en la que Benjamin define a la acción política como mesiánica, en
tanto interrumpe el tiempo en virtud de la apertura del pasado:
Para el pensador revolucionario, la chance revolucionaria peculiar de
cada instante histórico resulta de una situación política dada. Pero no
resulta menos para él en virtud del poder que este instante tiene como
clave para abrir un
recinto del pretérito completamente determinado y clausu-
rado hasta entonces. El ingreso en este recinto coincide estrictamente con
la
acción política; y es a través de él que ésta, por aniquiladora que sea, se
da
a conocer como mesiánica.
28
La acción política se ilumina como mesiánica cuando “salva”
el sentido olvidado del pasado, cuando interrumpe el tiempo y cesa
la injusticia vigente.
29
Una interrupción revolucionaria tal tuvo lu-
25. Walter Benjamin, Libro de los pasajes, Madrid, Akal, 2005, p. 394. (Las cursivas
son del autor).
26. Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, en op. cit., p. 39. (Las cursivas
son del autor).
27. Erdmut Wizisla, “¿Renuncia a la producción onírica? Mesianismo político en
Benjamin y Brecht”, en Miguel Vedda (comp.)
Walter Benjamin, constelaciones
dialécticas, Buenos Aires, Herramienta, 2008, p. 153.
28. Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, en op. cit., p. 52. (Las cursivas
son propias).
29. Vale recordar aquí el ensayo sobre el surrealismo en el que Benjamin se resiste
a calificar dicho movimiento como meramente artístico y prefiere atender a su
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