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en los últimos cincuenta años. Cabría esperar, por tanto, la sucesión en estos cuarenta
años tanto de etapas de muy distinto signo en la evolución de las diferencias de renta
entre los hogares como diferentes ritmos en el proceso de convergencia con otros países
de nuestro entorno en términos de desigualdad y bienestar social.
A priori, no es arriesgado predecir que el drástico crecimiento del desempleo en
la crisis debería haber contribuido al aumento de la desigualdad. La pregunta clave es si
esos indicadores tan altos y si las distancias respecto a los países europeos de mayor
renta se explica solo por el mantenimiento durante muchos años de tasas de paro más
elevadas y si existe cierto automatismo entre la creación (destrucción) de empleo y la
reducción (aumento) de la desigualdad.
Trazar un retrato de las tendencias de la desigualdad en España en el largo plazo
es una tarea compleja, dada la carencia de fuentes homogéneas con información sobre la
renta y las condiciones de vida de los hogares. A diferencia de otros países, incluso con
niveles de riqueza significativamente inferiores a los españoles, los sistemas de
información para el análisis de la desigualdad en España presentan deficiencias muy
importantes. No existe una fuente que recoja con carácter anual y con información
comparable la evolución de las diferencias de renta entre los hogares durante las últimas
décadas. Por el contrario, en los últimos veinticinco años se han sucedido distintas bases
de datos, afectadas por rupturas metodológicas y por grandes diferencias en los tamaños
muestrales, la forma de recogida de los ingresos y la cobertura territorial.
Uno de los objetivos de este trabajo es la revisión de las principales bases de
datos para el estudio de la desigualdad en España y el análisis de su comparabilidad. Las
valoraciones que se hagan de los cambios de la desigualdad en el largo plazo pueden
estar afectadas por el uso de fuentes que no son estrictamente comparables. Tal como
confirmaron Atkinson y Brandolini (2001), la pretensión de extraer comportamientos
diferenciados de la desigualdad en distintas etapas o en diferentes países depende
crucialmente de la selección de la base de datos que se haga. La disponibilidad de
distintas fuentes de datos para el mismo período, como el Panel de Hogares de la Unión
Europea y la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares en los años noventa, o de la
Encuesta de Condiciones de Vida y la Encuesta de Presupuestos Familiares en el
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período más reciente, ofrecen la posibilidad de contrastar con cierta homogeneidad el
comportamiento de la distribución de la renta observable con cada fuente.
Un segundo objetivo es intentar describir a partir del conjunto de fuentes
disponibles la evolución seguida por la desigualdad durante las cuatro últimas décadas.
Extendiendo otros trabajos que han utilizado conjuntamente distintas fuentes para
períodos relativamente largos de análisis (Pijoan-Mas y Sánchez-Marcos, 2010, Adiego
y Ayala, 2013), en éste se utilizarán las bases de datos con información sobre las rentas
de los hogares para trazar un cuadro preciso del comportamiento de la desigualdad
desde comienzos de los años setenta.
El tercer objetivo es situar las tendencias de la desigualdad en España en el
contexto comparado. La citada persistencia de niveles de desigualdad muy superiores si
se comparan con los de la mayoría de países europeos abre numerosos interrogantes
sobre los límites y los logros en la convergencia en los niveles de desigualdad con la
Unión Europea. Durante las cuatro últimas décadas se han alternado etapas en las que se
fue cerrando la brecha con los indicadores de desigualdad medios europeos con otras,
como la más reciente, en la que la divergencia se ha ampliado considerablemente. El
uso de las fuentes citadas, especialmente las que se han incorporado a las bases de datos
internacionales, como las del Luxembourg Income Study o las de la OCDE, o las que
forman parte de proyectos europeos de armonización de encuestas de ingresos, como el
Panel de Hogares de la Unión Europea o la Encuesta de Condiciones de Vida de la
Unión Europea, puede permitir la identificación de las etapas de mayor acercamiento o
alejamiento de los indicadores básicos de desigualdad respecto al promedio europeo.
La estructura del trabajo trata de dar respuesta a los tres objetivos citados. En
primer lugar, se revisan las fuentes con las que es posible analizar los cambios en la
distribución de la renta en España durante las cuatro últimas décadas. En segundo lugar,
se analizan las principales etapas de cambio en la evolución de la desigualdad. En tercer
lugar, se examinan los avances o retrocesos en la convergencia con los países de la
Unión Europea en términos de desigualdad. El trabajo se cierra con una breve relación
de conclusiones.
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1. LAS FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA DESIGUALDAD EN ESPAÑA
La mayoría de los estudios sobre la desigualdad económica en los países ricos
toman como referencia la renta de los hogares. Aunque algunos trabajos enfatizan la
importancia del consumo como variable de referencia, el procedimiento más frecuente
en la medición de la desigualdad es considerar la renta disponible de los hogares
ajustada por algún tipo de escala de equivalencia que tenga en cuenta el tamaño y las
características de cada hogar
2
. Para explotar la información sobre esta variable, en la
mayoría de los países el estudio de la desigualdad ha descansado, fundamentalmente, en
el análisis de encuestas de ingresos de los hogares. Casi todos los que cuentan con series
largas de desigualdad utilizan encuestas, aunque éstas no siempre estén específicamente
dirigidas a recoger información sobre las fuentes de renta, que en muchos casos aparece
como información secundaria. En Estados Unidos, por ejemplo, la encuesta de
referencia para el estudio de las tendencias en la desigualdad y para la realización de
comparaciones con otros países son los datos de Marzo del Current Population Survey
(CPS)
3
.
Recientemente, se ha ido prestando una importancia creciente a los registros
administrativos, sobre todo los de origen tributario, para medir la desigualdad. Son la
principal fuente de información en los trabajos que analizan la evolución del porcentaje
de renta que concentran los hogares más ricos (Atkinson y Piketty, 2010). Los datos de
renta de origen fiscal presentan, sin embargo, varios problemas que desaconsejan su uso
como fuente exclusiva para el estudio de la desigualdad, como son, sobre todo, la
cobertura incompleta de los hogares con rentas por debajo del mínimo exento, las
dificultades para formar hogares y realizar los ajustes pertinentes a partir de las
unidades fiscales y la propensión a la infradeclaración de determinadas fuentes de renta
(Morelli et al., 2015). Las encuestas a los hogares no están exentas, en cualquier caso,
de tales problemas, a los que se une el más problemático de los posibles errores de
muestreo, que dependen del tamaño y la composición de la muestra, y de otro tipo de
errores, como la no-respuesta o la subestimación de las rentas de capital y otras rentas,
2
Como han confirmado varios autores, las diferencias en la desigualdad medida con datos de consumo en
lugar de los ingresos del hogar puede dar lugar a resultados diferentes. Ver, por ejemplo, Kruger y Perri
(2006), Fisher et al., (2013) y Meyer y Sullivan (2013), o para el caso español Cantó et al. (2008) y
Pijoan-Mas y Sánchez-Marcos (2010).
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Ver, por ejemplo, Gottschalk y Danziger (2005), DeNavas-Walt et al. (2012) y Thompson y Smeeding
(2013).
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