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niveles salariales muy bajos. Durante esa década, al hilo del intenso proceso de
desarrollo económico, aumentó el interés por el conocimiento tanto de cómo se había
repartido ese acelerado crecimiento como por los efectos que habían tenido los grandes
cambios sociales asociados a la modernización económica sobre los distintos grupos de
renta. En 1967 se publicó el primer Informe FOESSA, que a partir de una encuesta
propia encontró que el 20% de los hogares con rentas más bajas sólo percibía el 5% de
la renta, concentrando el 20% más rico un 46% del total.
En el terreno estadístico, el INE comenzó a publicar desde 1964 una serie de
informes anuales con el título La renta nacional y su distribución, utilizando datos de
las estadísticas salariales y de la Contabilidad Nacional. A partir de ese año empezaron
a realizarse las primeras Encuestas de Presupuestos Familiares, precedentes de las ya
comentadas, que permitieron a algunos investigadores enlazar indicadores
correspondientes a diferentes años (1964/65, 1966/67, y 1969/70). Es el caso de los
conocidos trabajos de Ángel y Julio Alcaide (1974, 1977 y 1983), que durante muchos
años fueron casi la única referencia en el estudio de la distribución personal de la renta.
La citada publicación de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 1973/74 y,
sobre todo, la de 1980/81, supuso un salto importante en el estudio de la desigualdad en
España. Por primera vez se contaba con una fuente con un amplio tamaño muestral que
podía ser enlazada con olas posteriores y con la posibilidad de ofrecer comparaciones
con países con fuentes de información similares
10
. Un gran revulsivo en la explotación
de las EPFs fueron los trabajos de Ruiz-Castillo (1987), al aplicar por primera vez una
amplia gama de opciones metodológicas y un conjunto diverso de indicadores a
microdatos de ingresos de hogares españoles de la EPF de 1980/81, y de Bosch et al.
(1989), al utilizar esa encuesta y la de 1973 para realizar una comparación de la
desigualdad en el tiempo utilizando esas mismas opciones. En esa misma fecha, el
Equipo de Economía Cuantitativa del Bienestar de la Universidad de Málaga (E.C.B.,
1989) amplió el campo de análisis extendiendo esas mismas líneas de trabajo al ámbito
territorial.
10
Es el caso del citado estudio de Sawyer (1976). Dicho estudio, sin embargo, utilizó los primeros datos
publicados y no los correspondientes a la posterior revisión que hizo el INE de la EPF de 1973/74. Con
los nuevos datos, España pasaba a tener una posición en el contexto comparado claramente más
desfavorable.
20
A principios de los años noventa, dos circunstancias supusieron un importante
revulsivo para un mejor conocimiento de la evolución de la desigualdad en el largo
plazo. El primero fue la publicación, al comienzo de la década, de una nueva EPF
(1990/91). El segundo fue el patrocinio de diferentes simposios sobre igualdad y
distribución de la renta y la riqueza por parte de la Fundación Argentaria, que
contribuyó a ampliar el estudio de la desigualdad a ámbitos poco conocidos hasta
entonces. Los trabajos de Ayala et al. (1993) con los microdatos de la nueva EPF y del
Luxembourg Income Study confirmaron tanto los mayores niveles de desigualdad en
España en el contexto comparado como la reducción registrada durante los años ochenta
mientras que en varios países ya se apreciaba una clara tendencia al alza.
La creciente disponibilidad de datos para trazar el comportamiento de la
distribución de la renta en el largo plazo se quebró cuando, como se ha mencionado, se
dejó de elaborar la EPF decenal. Aunque otras fuentes cubren los años posteriores, el
vacío registrado entre la publicación de la EPF de 1990/91 y la aparición de una nueva
encuesta con más de veinte mil hogares hace muy difícil la reconstrucción en el largo
plazo de los cambios en la distribución de la renta en España. Hay, en cualquier caso,
distintas alternativas para hacerlo.
Gráfico 1. Evolución del porcentaje de renta recibida por los percentiles más ricos
Fuente: The World Top Incomes Database.
0
5
10
15
20
25
30
35
40
1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
% renta del 10% más rico
% renta del 5% más rico
% renta del 1% más rico
21
Una de ellas es recurrir a los datos fiscales disponibles en las bases de datos
citadas. Se trata, por tanto, de información referida a rentas brutas, a diferencia del resto
de fuentes que se citarán posteriormente, que utilizan datos de ingresos de los hogares
después de impuestos y transferencias. Alvaredo y Saez (2009) incorporaron los datos
españoles a la base The World Top Incomes Database. Se trata de las rentas declaradas
en el IRPF excluyendo los incrementos patrimoniales. En el trabajo de estos autores, se
estimaban los porcentajes correspondientes a los percentiles más altos de renta desde
1933, encontrando una caída continua del porcentaje correspondiente al 1% más rico
desde esa fecha hasta los años cincuenta, un aumento y posterior caída en esa década,
cierta estabilización hasta los años setenta, con un movimiento en los años ochenta muy
similar al relatado para la década de los cincuenta y con una clara tendencia al alza
desde mediados de los años noventa.
La explotación directa de la base de datos, sólo posible desde 1981, muestra una
ganancia continua de la decila de mayor renta sobre el total desde comienzos de los
años ochenta hasta el cambio de década, una posterior caída hasta el primer tercio de la
década siguiente, seguida de cierta estabilidad hasta la crisis y la reducción de este
porcentaje desde entonces (Gráfico 1). Estos resultados, como se verá, difieren
notablemente de los que se deducen de las encuestas de ingresos. Hay que tener en
cuenta en su interpretación, además del propio hecho de que la atención se fije
únicamente en las rentas más altas y no en toda la distribución, que este tipo de
aproximaciones está sujeta a muchos límites, como la consideración únicamente de
datos individuales y no de hogares, la dependencia de las rentas declaradas de los
cambios en la normativa del impuesto y los problemas de representatividad de las rentas
en los extremos de la distribución.
Otra alternativa es seguir las pautas de algunos investigadores para reconstruir
series de desigualdad en el largo plazo cuando no hay indicadores directos de los
cambios en la distribución de la renta. Algunos autores han tratado de cubrir este hueco
mediante el desarrollo de indicadores alternativos a partir de fuentes de información
secundarias, como algunas series de la Contabilidad Nacional, la distribución funcional
de la renta, encuestas salariales, los citados registros administrativos y otras fuentes.
Prados de la Escosura (2008) utilizó para España, a través de distintos supuestos, la
brecha en las rentas medias de los propietarios del capital y los asalariados junto a la
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