EstratEgia NacioNal y PlaN dE accióN Para la coNsErvacióN dE la BiodivErsidad dEl Paraguay 2015-2020
EstratEgia NacioNal y PlaN dE accióN Para la coNsErvacióN dE la BiodivErsidad dEl Paraguay 2015-2020
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nazadas (NT) y 17 figuran en la categoría de vulnerables (VU). Dentro del
Threatened Waterfowl Specialist
Group (TWSG), figuran tres especies, una con categoría de estado crítico de extinción (CR) y dos con
categoría de casi amenazadas (NT).
En la Convention of Migratory Species (CMS) 60 especies de aves están
incluidas, 51 de ellas dentro del Apéndice II (Especies migratorias en estado de conservación desfavorable
que necesitan estar sujetas a acuerdos internacionales) y nueve se hallan dentro de los Apéndices I (Especies
migratorias en peligro) y II al mismo tiempo (Yanosky, 2009).
Paraguay cuenta con un total de 41 especies migratorias Neárticas bien documentadas, de los cuales la
mayoría son aves playeras (N° 23) de las familias Charadriidae y Scolopacidae. La migración austral es un
sistema de migración poco investigado y poco entendido por ser más complicado que la migración Neár-
tica. Especialmente en el Paraguay la migración austral es complicada por su ubicación en el centro de Sur
América, que resulta en varias formas de migración que incluye: Especies que sólo están en el país durante
el invierno (AV: visitantes invernales), Especies que nidifican en Paraguay, y luego migran al Norte (AN: nidi-
ficante migratoria al norte), y Especies que nidifican en Paraguay que son más abundante durante el invierno
(AS: nidificante migratoria al sur). Hasta la fecha se ha identificado un total de 101 especies para Paraguay que
se consideran migratorias australes. Sin embargo, se supone que este número será más alto con el aumento
gradual del conocimiento, según la tendencia observada a la fecha. La familia Tyrannidae representa el grupo
con más especies, con un total de 37 especies.
Guyra Paraguay lideró un trabajo a nivel hemisférico sobre Aves Acuáticas y en Paraguay en particular pudo
estimar la población para 120 aves acuáticas. El informe de Paraguay fue parte de un informe publicado a
nivel internacional y a éste (Zarza y Morales 2006) se le adicionaron los precios de dichas aves, según infor-
maciones proveidas por el mercado. Morales y Zarza (2007) realizan la primera valoración socio-económica
y ambiental de las aves en el Paraguay, y si bien describen detalladamente el valor en términos consuntivos
y no consuntivos de la ornitofauna, no se dan a conocer valores específicos ni métodos (Yanosky, 2009).
Existen en el Paraguay, 79 especies restrictas al Bosque Atlántico Alto Paraná, 18 para el Chaco, 11 para el
Cerrado, 4 para los pastizales del sur y 2 para el pantanal (Yanosky, 2009.)
El
loro ñanday es otra especie de ave de valor comercial. La densidad poblacional en el Bajo Chaco fue
estimada fue de 1,2 individuos/ha; no se detectaron diferencias significativas en el tamaño poblacional entre
los periodos productivo y reproductivo (Morales, 1996). Esta especie tiene un precio en el mercado de
aproximadamente Gs. 5.000 (US$ 1) (Morales, com. pers.). El
loro hablador es otra de las especies de aves
común de encontrar en el mercado nacional e internacional, Vitale (1997) dio estimados de densidad en tres
épocas diferentes del año para zonas poco alteradas con 0,53, 2,6 y 1,97 ind/ha (promedio 1,7 ind/ha) y para
la zona alterada de 0,4, 0,7 y 0,3 ind/ha (0,46) para los tres periodos del año. Por ello, el loro hablador debe
considerarse abundante en el Chaco Seco Poco Alterada y común en el Alterado. En términos de densidad
poblacional, no existen estudios detallados para el Paraguay; sin embargo, Mercolli y Yanosky (2001) estima-
ron para el Chaco Húmedo de Argentina en zona limítrofe con Paraguay, una densidad promedio de 4,42
ñandúes por km² (Yanosky, 2009).
MAMÍFEROS
Se han registrado oficialmente 194 especies de mamíferos para el Paraguay, de las cuales 65 son de interés
especial o económico (amenazadas a nivel global, casi amenazadas, de comercio controlado, de interés ci-
negético o gastronómico). Quince de ellas se encuentran en el Apéndice II de CITES y 14 en el Apéndice
I. En La Lista Roja de especies Amenazadas de la UICN hay 27 especies incluidas, cuatro en la categoría en
peligro (EN), 15 con el estatus de casi amenazadas (NT), cuatro como vulnerables (VU) y cuatro con datos
insuficientes (DD). En la
Convention of Migratory Species (CMS) solo una especie aparece en el Apéndice
I, (Yanosky, 2009).
Cartes (2007) compila exhaustivamente el uso de los mamíferos en el territorio nacional, aportando impor-
tantes cifras sobre cosechas, hace referencia a la cacería Aché (Tabla 8), como uno de los pocos estudios
bien documentados sobre consumo de alimentación sobre la biodiversidad, como así también al Club de
Caza y Pesca de Caazapá (Tabla 9). En este último estudio se pudo ver que un grupo de unas 20 personas
en unas 15.000 hectáreas consumieron entre 1996 y 2000 un promedio de 1.308,9 kg de carne silvestre (en
unos 80 individuos) por año en base a seis especies. Hill y Padwe (2000) dieron a conocer datos documen-
tados de uso de fauna por los Aché entre 1980 y 1996, lo que Cartes (2007) además procede a analizar en
un contexto más amplio de valoración de recursos naturales. En 16 años, se cazaron al menos 10 especies
que aportaron 15.453 kg de carne silvestre en un total de 3208 individuos. Diferentes autores (Cartes, 2001;
Hill y Padwe, 2000 y Ojasti, 1993, citados por Yanosky 2009) han coincidido que el consumo de chanchos
silvestres, armadillos, agutíes y venados conforman casi el 90% del consumo proteico en Latinoamérica, y así
mismo en Paraguay. Este trabajo se centra en dichas especies con datos disponibles a la fecha.
La filosofía del uso sostenible se basa en que los programas de aprovechamiento deben estar diseñados en
forma tal a asegurar que el ingreso por la utilización de la fauna sea reinvertido en la protección de áreas,
fiscalización de la caza y desarrollo de investigaciones. Entre los años 2000 y 2002, la Secretaría del Ambien-
te ha ingresado en promedio US$ 57.141,4 anuales en concepto de cánones por expedición de permisos de
exportación, guías de traslado e inscripciones, representando el 26% del presupuesto del 2002 y el 16, 5% de
las ganancias para el sector comercial. El uso de la vida silvestre ha movido US$ 861.847,4 USD en 3 años
(2000 al 2002) y, sin embargo, hasta hoy no existen resultados tangibles de conservación. En el año 2003
Paraguay entra en una moratoria voluntaria con respecto a la exportación de animales y plantas listados en
los apéndices de CITES por lo cual estos son los últimos datos con los que se cuenta.
Una forma adicional de valorar la vida silvestre del Paraguay, puede basarse en los costos de los impuestos
que se pagan por especies para el año 2009, entendiendo que dichos impuestos normalmente se calculan
en base a un valor que va del 5 al 10% del valor de las especies (Morales, C. comunicación personal 2012).
OTORGAMIENTO DE REGISTROS Y LICENCIAS DE VIDA SILVESTRE
La Dirección de Vida Silvestre de la Secretaria del Ambiente dentro del manejo administrativo de los pro-
gramas de uso sostenido y de las funciones propias de la institución lleva las estadísticas de la misma que
muestran el movimiento de la actividad. Los datos proveídos por la Dirección de Vida Silvestre muestran
que los usuarios de vida silvestre registrados en distintas categorías son propietarios de mascotas, cazador
deportivo, investigador, propietario de vivero o finca cinegética, en esa dependencia hasta el año 2010 fue
de un total de 698 (Tabla 10).
El otorgamiento de los registros de vida silvestre no faculta a realizar ninguna actividad con la vida silvestre
por lo que es necesario posteriormente obtener las habilitaciones correspondientes. Las habilitaciones
otorgadas entre 2011 y 2014 fueron para: colecciones científicas, centro de acopio, criadero, zoológico,
unidad de manejo con un total de 56 habilitaciones. (Tabla 11).
SECTOR FORESTAL
REGIóN ORIENTAL
La Región Oriental cuenta con 14 departamentos y 210 municipios, ocupa el 39% del territorio nacional
y alberga al 97 % de la población. Abarca un territorio de 15.982.700 ha. En el año 1940, el 55% de esta
superficie se encontraba cubierto de bosques densos y contínuos. Sin embargo, desde la época colonial la
expansión de los asentamientos humanos y de la frontera agropecuaria se ha verificado a expensas de las
tierras con campos naturales y luego a expensas de las tierras con masas boscosas, avance que fue intensi-
ficándose con el desarrollo de los procesos de colonización, Facetti
et al. (2003).
Facetti
et al. (2003) describen los procesos de conversión de las masas boscosas a sistemas implantados
especialmente para usos agropecuarios han sido procesos violentos de destrucción y de quema de la masa