LAS TOBAS EN ESPA ˜
NA
1.
EXIGENCIAS GEOAMBIENTALES EN LA G´
ENESIS Y DESARRO-
LLO DE LAS ACUMULACIONES TOB ´
ACEAS: FACTORES CLIM ´
ATI-
COS Y BIOGEOGR ´
AFICOS
Apuntados en el primer cap´ıtulo los condicionantes geol´
ogicos y geomorfol´
ogicos as´ı como la
procedencia casi siempre k´
arstica de los flujos subt´
erraneos, se examinar´
an el papel desempe˜
nado
que los factores clim´
aticos y biogeogr´
aficos ejercen en el origen y desarrollo de las acumulaciones
tob´
aceas.
1.1.
FACTORES CLIM ´
ATICOS Y REGULARIDAD DE LOS FLUJOS DE
AGUA
Un determinado tipo de escenario clim´
atico parece id´
oneo para favorecer la aparici´
on y progreso
de los dispositivos tob´
aceos, siendo el rol jugado por las precipitaciones uno de los m´
as ponderados
en opini´
on de muchos expertos. En efecto, su volumen y r´
egimen deben ser suficientes para asegu-
rar la eficacia de los procesos de karstificaci´
on en los roquedos calizos as´ı como para mantener los
caudales de los flujos subterr´
aneos con aguas cargadas de carbonatos; pero sobre todo, para conso-
lidar la continuidad de las corrientes superficiales capaces de engendrar numerosas acumulaciones
tob´
aceas y posibilitar el desarrollo de elementos higr´
ofilos y tapices alg´
aceos, por otra parte incom-
patibles en flujos que registren fuertes y/o frecuentes riadas. Adem´
as, el papel de las precipitaciones
se manifiesta tambi´
en de modo trascendente en las cubiertas vegetales que, a su vez, desempe˜
nan
otras dos funciones fundamentales: por un lado, incrementan las bajas concentraciones del CO
2
atmosf´
erico que suelen llevar disueltas las aguas mete´
oricas y por otro, favorecen la fitoestabilidad
de las vertientes de los valles, al impedir la llegada de terr´ıgenos abrasivos a los cauces.
En climas con cierta sequedad, y por tanto inicialmente no propicios para el desarrollo de las
acumulaciones tob´
aceas, el d´
eficit pluviom´
etrico puede ser contrarrestado por los efectos reguladores
que pueden desempe˜
nar acu´ıferos especialmente inerciales. Este es el caso de muchas regiones
mediterr´
aneas con prolongada estaci´
on seca o sometidas cada cierto tiempo a las pertinaces sequ´ıas
plurianuales (Fig. 3.1). En ellas, la persistencia de los caudales durante los momentos cr´ıticos
est´
a controlada por la labor regularizadora de los acu´ıferos k´
arsticos adyacentes que mantienen la
continuidad de los flujos (Fig. 3.2). Del mismo modo, estos acu´ıferos pueden tambi´
en proteger a las
acumulaciones tob´
aceas instaladas en los fondos de los valles durante los eventos con precipitaciones
de gran intensidad, moderando el volumen de agua circulante. No obstante, no faltan excepciones
donde flujos espor´
adicos, vinculados a prolongadas precipitaciones, muy discontinuos de agua, o
s´
olo funcionales durante algunos meses, pueden precipitar importantes cantidades de carbonatos al
coincidir con la salida de corrientes subterr´
aneas muy saturadas debido a su larga permanencia en
el interior de los acu´ıferos.
El factor temperatura ha sido invocado con diversos matices como un elemento a considerar
en la formaci´
on de las tobas, especialmente en las regiones semi-´
aridas; en ellas, unos elevados
registros intensifican la eficacia de la precipitaci´
on de carbonatos al incrementar los efectos de la
biomediaci´
on a la vez que la evaporaci´
on decrece la solubilidad de la calcita incrementando as´ı
su saturaci´
on (Pedley et al., 1996). De igual modo, la insolaci´
on y la temperatura, aunque muy
condicionadas por la din´
amica h´ıdrica (Zechmeister and Mucina, 1994; Merz-Preiß and Riding, 1999;
Pentecost and Zhaohui, 2002 y 2006. . . ..), determinan la diversidad de las especies en los grupos
taxon´
omicos alojados en el agua y que tanta trascendencia tiene en la sedimentaci´
on carbonatada,
as´ı como en la estructura de las diferentes facies tob´
aceas.
Las peculiaridades hidroqu´ımicas de las corrientes de agua, especialmente el valor del pH y su
carga i´
onica, constituyen otros elementos condicionantes del desarrollo de los dispositivos tob´
aceos.
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3. LAS ACUMULACIONES TOB ´
ACEAS: EXIGENCIAS GEOAMBIENTALES Y
DISTRIBUCI ´
ON ESPACIO-TEMPORAL
Figura 3.1: Laguna Redondilla (Ruidera) evidenciando, a pesar de la regulaci´
on ejercida por el acu´ıfero del Campo
de Montiel, grandes contrastes en su vaso. Arriba, totalmente seca tras la pertinaz sequ´ıa de principios de los a˜
nos
90 con efectos incrementados por la sobre-explotaci´
on del acu´ıfero. Abajo, completamente llena durante el evento
de riada de 1997.
Figura 3.2: Surgencia en el fondo de una de las Lagunas de Ruidera. El aporte de sus aguas, durante los meses de
verano, mantiene la altura de su l´
amina de agua durante esta adversa estaci´
on, e incluso durante a˜
nos con sequ´ıa.
Fuente: Grupo Gemosclera.
41
LAS TOBAS EN ESPA ˜
NA
1.2.
LAS CUBIERTAS VEGETALES Y SU ESTRUCTURA
Los estrechos v´ınculos que unen, por lo general a las formaciones tob´
aceas con los climas biost´
asi-
cos, capaces de desarrollar sendas cubiertas vegetal y ed´
afica (Fig. 3.3) son bien conocidos desde
hace ya cierto tiempo. A exceptuar aquellos escenarios donde se han identificado ciertas acumulacio-
nes carbon´
aticas, en ´
ambitos donde la vegetaci´
on es rara o est´
a ausente, frecuentemente asociados
al dominio de alta monta˜
na
1
.
Figura 3.3: Fiitoestabilidad en las vertientes (A) y en las orillas del cauce (B) del Alto Tajo donde progresan
acumulaciones tob´
aceas (aguas arriba del Puente de San Pedro.- Guadalajara).
La cobertera vegetal y los suelos desempe˜
nan un importante papel en el desarrollo de los disposi-
tivos tob´
aceos. Por un lado, suministran abundante CO
2
a las aguas lo que posibilita un incremento
de su carga i´
onica en carbonatos. Por otro, fitoestabilizan las vertientes y orillas de r´ıos y humeda-
les. Con ello paralizan la puesta en marcha de terr´ıgenos en su superficie y su posterior llegada a
los fondos de valle, donde pueden disminuir las tasas precipitaci´
on al enturbiar las aguas (Fig. 3.4)
que disminuyen la eficacia de los procesos fotosint´
eticos y/o abrasionar los tapices algo-bacterianos
y organismos higr´
ofilos.
Figura 3.4: Organismos acu´
aticos y precipitaci´
on de carbonatos a distintas profundidades bajo l´
aminas de agua
caracterizadas por la ausencia de terr´ıgenos en suspensi´
on. Lagunas de Ruidera. Fuente: Grupo Gemosclera.
1
Ver subapartado 3.4 al final de este cap´ıtulo, dedicado a las tobas en el dominio de la monta˜
na.
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