2. DEP ´
OSITOS TOB ´
ACEOS: PRINCIPALES MORFOTIPOS
Figura 2.16: Replanos estromatol´ıticos emergidos
en la orilla oriental de la Laguna de La Lengua
(Ruidera).
y construyendo una serie de viseras que dan una notoria personalidad morfol´
ogica a esta variedad
tob´
acea. Una descripci´
on m´
as detallada puede proseguirse en Ord´
o˜
nez et al., (1986a) y Pedley et
al., (1996) as´ı como en el apartado 2.2 del Cap´ıtulo 17 correspondiente a los conjuntos tob´
aceos del
Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera.
M´
as enigm´
aticos, por lo poco que se conocen, son los dispositivos m´
etricos (Fig. 2.17-A) que
jalonan las orillas sumergidas de algunos trechos fluviales bien insolados con aguas ralentizadas y
suficiente profundidad en cauces que discurren por valles muy bien fitoestabilizados. Con semejante
inter´
es, aunque menor entidad y ahora colonizando de modo disperso, los fondos de ciertos cauces,
apuntar la presencia de otros conjuntos menores (Fig. 2.17-B). No han sido estudiados y all´ı donde
han sido advertidos ofrecen envueltas externas construidas por tapices alg´
aceos en v´ıas de estudio.
Figura 2.17: Construcciones carbon´
aticas desarrolladas en las m´
argenes (A) y en el fondo de cauces (B) en el valle
del Alto Tajo y en uno de sus tributarios.
CONSIDERACIONES FINALES
Las acumulaciones tob´
aceas incluyen una amplia gama de facies desarrolladas en diferentes
geotopos deposicionales, conformados espec´ıficamente por la convergencia de m´
ultiples factores
ambientales como son: el emplazamiento geomorfol´
ogico, los tipos de vegetaci´
on, el car´
acter cana-
lizado o difuso de los flujos, sus caudales, el espesor de la l´
amina de agua, su grado de saturaci´
on,
etc. Debido a esta complejidad han surgido clasificaciones muy dispares elaboradas desde distintas
´
opticas metodol´
ogicas donde, a veces, se constata la existencia de aproximaciones muy focalizadas
a la vez que se echa de menos una perspectiva m´
as integradora.
Desde una ´
optica geomorfol´
ogica, los morfotipos tob´
aceos ofrecen, inicialmente, una mayor sen-
37
LAS TOBAS EN ESPA ˜
NA
cillez siempre y cuando no se atienda con suficiente sistematizaci´
on a sus diferentes y complejas
caracter´ısticas sedimentol´
ogicas y petrol´
ogicas de cada uno de ellos. En este cap´ıtulo, la exigen-
cia de una breve s´ıntesis, ha obligado a dar preferencia a determinados aspectos morfol´
ogicos en
detrimento de los elementos constitutivos que arman las estructuras y facies de sus carbonatos.
Afortunadamente, desde hace alg´
un tiempo, casi todos los estudios aplicados a estos dep´
ositos in-
corporan los an´
alisis macro y micromorfol´
ogico con un zoom en el que todav´ıa puede apreciarse,
a veces, c´
omo no se ha logrado una perfecta compenetraci´
on de estas dos escalas metodol´
ogicas
extremas.
Atendiendo a la morfolog´ıa se han considerado dos grandes conjuntos. Uno de ellos tiene su
sede en el ´
ambito fontanar de las vertientes y se emplaza en las proximidades de surgencias con
mayor o menor caudal y regularidad en sus flujos. El otro se desarrolla en el fondo de depresiones
y valles ofreciendo una mayor complejidad que se manifiesta tanto en sus ambientes gen´
eticos
-fluviales, palustres y lacustres- como por la reiterativa y enmara˜
nada presencia de materiales
detr´ıticos (aluviales y coluvionares) y carbonatos tob´
aceos. Los dispositivos m´
as espectaculares y
frecuentes en los corredores fluviales suelen ser las barreras tob´
aceas que despliegan todo tipo de
dimensiones. Junto a ellas coexisten otras variedades: peque˜
nos fitohermos de retenci´
on de aguas y
con mayor o menor capacidad de progradaci´
on hacia aguas abajo; conjuntos vinculados a cascadas
emplazadas en importantes rupturas m´
etricas del perfil longitudinal de los lechos, rampas tob´
aceas
y dispositivos aterrazados. La ´
ultima variedad coincide con los conjuntos en manto que bordean,
en ocasiones, con especial magnitud las vertientes de ciertos macizos k´
arsticos.
Las tobas desarrolladas en ambientes palustres y lacustres ofrecen un inusitado inter´
es petrol´
ogi-
co y segmentol´
ogico aunque no conforman morfolog´ıas espec´ıficas salvo los denominados replanos
estromatoliticos que orlan las orillas de algunos humedales.
38
3.
LAS ACUMULACIONES TOB ´
ACEAS:
EXIGENCIAS GEOAMBIENTALES Y DIS-
TRIBUCI ´
ON ESPACIO-TEMPORAL
J. A. Gonz´
alez Mart´ın1 y C. Fidalgo1
1. Departamento de Geograf´ıa, Universidad Aut´
onoma de Madrid, Francisco Tomas y Valiente 1, 28049 Madrid.
juanantonio.gonzalez@uam.es concepcion.fidalgo@uam.es
INTRODUCCI ´
ON
Mientras que en los travertinos termales la procedencia profunda de las aguas, su CO
2
as´ı como
unas elevadas cargas hidroqu´ımicas, permiten el progreso de los carbonatos en entornos adversos,
las acumulaciones tob´
aceas exigen la concurrencia de una serie de factores de tipo ambiental que,
directa e indirectamente, favorecen su desarrollo y expansi´
on por los dominios k´
arsticos. As´ı acon-
tece para estos dep´
ositos vinculados a aguas mete´
oricas que, salvo raras excepciones (localizadas
en regiones con climas fr´ıos y rigurosos), exigen para su origen y crecimiento un marco f´ısico donde
se verifiquen y combinen una serie de condiciones ambientales.
Esta convergencia fue advertida de un modo reiterado en las acumulaciones tob´
aceas europeas
estudiadas por numeros´ısimos expertos durante el ´
ultimo tercio del siglo XX. Ello motiv´
o que la
mayor parte de los dispositivos f´
osiles fueran correlacionados con las ´
epocas interglaciares (o inter-
estadiales), al ser contempladas sus condiciones c´
alidas y h´
umedas muy propicias para la g´
enesis de
este tipo de formaciones. De modo inverso, su desaparici´
on en los escenarios k´
arsticos se vincul´
o a
degradaciones ambientales del medio natural, asociadas a empeoramientos clim´
aticos y/o a pertur-
baciones humanas, siendo consideradas el origen de la inhibici´
on de los procesos de precipitaci´
on
de carbonatos al conllevar el progresivo avance de la sedimentaci´
on detr´ıtica. Coet´
aneamente, la
aplicaci´
on generalizada de m´
etodos de cronolog´ıa absoluta y su integraci´
on en el ´
ambito cronol´
ogico
cuaternario y global de los Estadios Isot´
opicos del Ox´ıgeno –MIS- (Shackleton and Opdyke, 1973),
confirm´
o aquella hip´
otesis hasta entonces sostenida: los dep´
ositos tob´
aceos prosperaron en aquellas
´
epocas presididas por unas circunstancias clim´
aticas benignas y que, indirectamente, posibilitaron
el avance de las cubiertas vegetales por extensos territorios. En ese car´
acter benigno se ha invocado
la existencia de temperaturas templadas o c´
alidas, sin periodos fr´ıos y con una cierta humedad
(Cappezzuoli et al., 2008).
En este cap´ıtulo se abordan brevemente, y en primer lugar, las caracter´ısticas y exigencias am-
bientales que suelen reunir los paisajes que amparan a las formaciones tob´
aceas, en lo que respecta
a los factores clim´
aticos as´ı como a las cubiertas vegetales que escoltaron su g´
enesis; en segundo
lugar, se analiza tanto su distribuci´
on espacial como su ubicaci´
on temporal, correlacion´
andose las
etapas constructivas de sus grandes edificios cuaternarios con los ´
ultimos Estadios Isot´
opicos del
Ox´ıgeno.
39