Comisión sobre la Declaración de Fe de icm reporte a la Conferencia General de icm 2016


Declaraciones de Fe Adicionales utilizadas por algunas Congregaciones de ICM



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Declaraciones de Fe Adicionales utilizadas por algunas Congregaciones de ICM.


Las siguientes declaraciones y confesiones, fueron mencionadas en las respuestas a la encuesta sobre las prácticas de la Iglesia en el 2014. Las incluimos aquí como referencia, junto con los enlaces de las páginas donde pueden ser encontradas.

Confesión de Fe Inclusiva (Un Credo Cristiano de Indonesia)


Utilizado por las congregaciones de ICM en Brasil, se ofrece primero la traducción al portugués, seguida por una traducción al español.

Credo Cristiano de Indonesia

Creio em Deus, Pai de todos, que deu a terra a todos os povos e a todos ama sem distinção. Creio em Jesus Cristo, que veio para nos dar coragem, para nos curar do pecado e libertar de toda a opressão. Creio no Espírito Santo, Deus vivo que está entre nós e age em todo o homem e em toda a mulher de boa vontade. Creio na Igreja, posta como um farol para todas as nações, e guiada pelo Espírito Santo a servir todos os povos. Creio nos direitos humanos, na solidariedade entre os povos, na força da não-violência. Creio que todos os homens e mulheres são igualmente humanos. Creio que só existe um direito igual para todos os seres humanos, e que eu não sou livre enquanto uma pessoa permanecer escrava. Creio na beleza, na simplicidade, no amor que abre os braços a todos, na paz sobre a terra. Creio, sempre e apesar de tudo, numa nova humanidade e que Deus criará um novo céu e uma nova terra, onde florescerão o amor, a paz e a justiça. Amém18



Afirmación de la Paz y la Justicia

(Adaptado de un credo de Indonesia)

Todos: Creo en Dios, que es amor y que ha dado la tierra a todas las personas.

Creo en Jesucristo, que vino a sanar, y que nos libre de todas las formas de opresión.

Creo en el Espíritu de Dios, que actúa en ya través de todos los que están dirigidos hacia la verdad.

Creo en la comunidad de fe, que está llamada a estar al servicio de todas las personas.

Creo en la promesa de Dios para destruir finalmente el poder del pecado en todos nosotros, y para establecer el reino de la justicia y la paz para toda la humanidad.

Grupo A: No creo en el derecho del más fuerte, ni la fuerza de las armas, ni el poder de la opresión.

Grupo B: Creo en los derechos humanos en la solidaridad de todas las personas, en el poder de la no violencia.

Grupo A: Yo no creo en el racismo, en el poder que proviene de la riqueza y el privilegio, o en cualquier orden establecido que esclaviza.

Grupo B: Creo que todos los hombres y las mujeres son igualmente humanos, que el orden basado en la violencia y la injusticia no es el fin.

Grupo A: No creo que la guerra y el hambre son inevitables y la paz inalcanzable.

Grupo B: Creo en la belleza de la simplicidad, en el amor con las manos abiertas, en paz en la tierra.

Todos: no creo que el sufrimiento tiene que ser en vano, que la muerte es el fin, que la desfiguración del mundo es la intención de Dios. Pero me atrevo a creer, siempre ya pesar de todo, en el poder de Dios para transformar y transfigurar, el cumplimiento de la promesa de un nuevo cielo y una nueva tierra donde la justicia y la paz florezcan.19

El Credo Nuevo (de la Iglesia Unida de Canadá)


Dos Iglesias de ICM, de las cuales una está localizada en Canadá, reportaron utilizar este credo.

Estamos llamados a ser la Iglesia ... para anunciar a Jesús, crucificado y resucitado, nuestro juez y nuestra esperanza ...

No estamos solos, 
    vivimos en el mundo de Dios.

 Creemos en Dios: 


    quien ha creado y está creando, 
    que ha llegado en Jesús, 
       la Palabra hecha carne, 
       para conciliar y hacer nuevos, 
    que trabaja en nosotros y otros 
       por el Espíritu.

Confiamos en Dios. 

Estamos llamados a ser la Iglesia: 
    para celebrar la presencia de Dios, 
    para vivir con respeto en la Creación, 
    de amar y servir a los demás, 
    de buscar la justicia y resistir el mal, 
    para proclamar a Jesús, crucificado y resucitado, 
       nuestro juez y nuestra esperanza.

En la vida, en la muerte, en la vida después de la muerte, 
    Dios está con nosotros. 
No estamos solos.

    Gracias a Dios.20


Los Ocho Puntos del Cristianismo progresista (versión del 2003)


Una congregación de ICM reportó utilizar el siguiente texto:

Llamando a nosotros mismos progresistas, queremos decir que somos cristianos que:

1. han encontrado un acercamiento a Dios a través de la vida y las enseñanzas de Jesús;

2. Reconocer la fidelidad de otras personas que tienen otros nombres para el camino al reino de Dios, y reconocen que sus caminos son verdad para ellos, ya que nuestros caminos son verdades para nosotros;

3. Comprender el compartir el pan y el vino en el nombre de Jesús para ser una representación de una antigua visión de la fiesta de Dios para todos los pueblos;

4. Invitar a todas las personas a participar en la vida comunitaria y de culto sin insistir en que se vuelven como nosotros con el fin de ser aceptables (incluyendo, pero no limitados a):


  • creyentes y agnósticos,

  • Cristianos convencionales y escépticos que cuestionan,

  • mujeres y hombres,

  • los de todas las orientaciones sexuales e identidades de género,

  • los de todas las razas y culturas,

  • los de todas las clases y habilidades,

  • los que esperan por un mundo mejor y los que han perdido la esperanza,

  • sin imponer sobre ellos la necesidad de llegar a ser como nosotros;

5. Saber que la forma de actuar hacia los demás y hacia otras personas es la máxima expresión de lo que creemos;

6. Encuentra más gracia en la búsqueda de sentido que en la certeza absoluta, en las preguntas que en las respuestas;

7. Formar a nosotros mismos en las comunidades dedicadas a equipar unos a los otros por el trabajo que se sienten llamados a hacer: luchar por la paz y la justicia entre todas las personas, proteger y restaurar la integridad de toda la creación de Dios, y llevando esperanza a aquellos que Jesús llamó el más pequeño de su hermanas y hermanos;

8. ¿Quién reconocen que ser seguidores de Jesús es costoso, y conlleva el amor desinteresado, la resistencia de conciencia al mal, y la renuncia a los privilegios.21


Declaración de Fe de la Iglesia Unida de Cristo


Mientras que solamente una congregación de ICM, reportó utilizar esta Declaración de Fe, la misma fue sugerida por otras comunidades a la Comisión a través del sitio web.

Iglesia Unida de Cristo Declaración de la versión original de Fe-

Creemos en Dios, el Espíritu Eterno, Padre de nuestro Señor Jesucristo y nuestro Padre, y a sus obras testificamos:

Él llama a los mundos a la existencia, crea al hombre a su imagen y pone delante de él los caminos de la vida y la muerte.

Se busca en el amor santo para salvar a la humanidad de la falta de objetivos y el pecado.

Se juzga a los hombres y las naciones por su justa voluntad declarados por medio de profetas y apóstoles.

En Jesucristo, el hombre de Nazaret, nuestro Señor crucificado y resucitado, que ha llegado a nosotros y compartir nuestra suerte común, vencer el pecado y la muerte y reconciliando el mundo a sí mismo.

Él nos concede su Espíritu Santo, la creación y la renovación de la iglesia de Jesucristo, la unión en el pacto fieles de todas las edades, lenguas y razas.

Él nos ha llamado a su iglesia a aceptar el costo y la alegría del discipulado, para ser sus agentes en el servicio de los hombres, a anunciar el Evangelio a todo el mundo y resistir a las fuerzas del mal, para compartir en el bautismo de Cristo y comer en su mesa, a unirse a él en su pasión y la victoria.

Él promete a todos los que confían en él el perdón de los pecados y la plenitud de la gracia, el coraje en la lucha por la justicia y la paz, su presencia en el juicio y la alegría, y la vida eterna en su reino que no tiene fin.

Alabanza, la honra, la gloria y el poder sean sobre él.

Amén.22

Siete Principios del Universalismo Unitario


  • 1- El valor y la dignidad propia de cada persona

  • 2- La justicia, equidad y compasión en las relaciones humanas;

  • 3- La aceptación del uno al otro y el estímulo al crecimiento espiritual en nuestras congregaciones;

  • 4- Una búsqueda libre y responsable por la verdad y el sentido;

  • 5- El derecho de la conciencia y el uso del proceso democrático dentro de nuestras congregaciones y en la sociedad en general;

  • 6- La meta de una comunidad mundial con paz, libertad y justicia para todos;

  • 7- El respeto por el tejido interdependiente de todo lo existente, del cual somos una parte..23

BOLETINES DE LA COMISIÓN SOBRE LA DECLARACIÓN DE FE DE ICM



Una Reflexión sobre la Mesa Abierta

Rev. Dr. Candace R. Shultis & Bryce E. Rich

Hace ya un año que la Comisión sobre la Declaración de Fe de ICM inició su labor. Una vez más queremos invitar a la gran comunidad de ICM a continuar con nuestra conversación. Con tal fin, compartiremos algunos de nuestros pensamientos preliminares sobre algunos temas que hemos estado dialogando entren nosotros, entre los que se incluyen, la Mesa Abierta; nuestras reflexiones sobre Jesús, la misión especial de ICM dentro de la Iglesia y nuestro papel de mayordomía en la creación de Dios.

Este mes estamos dialogando sobre la práctica de ICM ofreciendo la mesa abierta en los servicios de adoración. Esta ha sido nuestra práctica desde el 6 de octubre de 1968 cuando el Rev. Obispo D. Troy Perry ofreció el primer servicio de adoración en su hogar. En respuesta a la invitación que se publicó en la revista The Advocate, 12 personas de varias tradiciones religiosas se reunieron aquel día. Aun cuando la celebración de la Santa Comunión no era una parte integral de la tradición Pentecostal de Troy, con la inspiración del Espíritu, ofreció el pan y la copa a todos los que estaban presentes. Las reuniones de ICM alrededor del mundo han continuado esta práctica de una invitación abierta desde entonces.

Las declaraciones de fe tradicionales, a menudo comienzan con nobles declaraciones sobre Dios o nuestra tarea como adoradores. Pero cuando pensamos en nuestras primeras experiencias en ICM, lo primero que viene a nuestra mente es la Mesa Abierta.

Creemos que Dios invita a todos a probar y ver. Y hemos visto la curación que ocurre cuando las personas participan en la Cena del Señor.

Debido a que procedemos de varias tradiciones religiosas, incluyendo católicos, bautistas, pentecostales, Iglesia Libre, y muchas, muchas otras; estamos conscientes de que las personas tienen una creencia muy variada entorno a la Eucaristía. Estas incluyen memorial, transustanciación, consubstanciación y presencia real. Independientemente, en medio de nuestras diferencias, la Mesa Abierta ha sido el centro de las celebraciones de ICM desde el principio mismo.

Muchas personas sabemos del dolor que causa el ser separado de la comunión en otras denominaciones. Con esto presente en nuestra mente, nuestros fundadores decidieron ofrecer la comunión en cada servicio de adoración. Innumerables individuos han entrado nuevamente en relación con el amor de Dios a través de la invitación ofrecida a todas las personas. Algunas personas vienen solas, otras con sus padres e incluso algunas en grupos de amigos.

En King of Peace MCC, utilizamos la siguiente lectura un domingo al mes como parte de nuestro servicio de comunión. Les invitamos a que tomen un tiempo para leerla y meditar en ella:

Ven a esta mesa

para encontrarte con el Dios vivo,

amor indescriptible más allá de nuestra imaginación

y aún más cerca que nuestra respiración.

Ven a esta mesa

para encontrarte con el Cristo resucitado

carne de nuestra carne, hueso de nuestros huesos,

Dios-con-nosotros, encarnado en nuestra vida.

Ven a esta mesa

para encontrarte con el espíritu que da vida,

interpretación de nuestra búsqueda de la verdad y la justicia,

inspirando dentro de nosotros un poder renovador.

Ven para encontrarte, reunirte, sostener
al Dios vivo y amoroso
hecho nuevo para nosotros en pan y vino.

-Jan Berry in Bread for Tomorrow: Praying with the World's Poor, ed. Janet Morley (London: SPCK/Christian Aid, 1992), pp. 93-94.

Algunas preguntas para tu consideración


  • ¿La Mesa Abierta es una parte importante en tu experiencia de adoración?

  • ¿Recuerdas cómo te sentiste la primera vez que te invitaron a la comunión en ICM?

  • ¿Qué palabras, frases o imágenes te vienen a la mente cuando piensas acerca de tus experiencias de la mesa abierta?

Una reflexión sobre la pregunta Quién y Qué somos 

Rev. Dr. Karl Hand y Rev. Dr. Axel Schwaigert

 

Nosotros, la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, nos encontramos actualmente reflexionando y re-visionando nuestra declaración de Fe. Estamos tratando de redactar para nuestro tiempo lo que nosotros creemos. Así que, ¿quién se incluye en este “Nosotros” de quién hablamos, cuando decimos: “Nosotros creemos”? Y ¿Cuál es esta Iglesia que se reúne para decir estas palabras, de la forma en que podrían sonar? 

Revisando y re-pensando la declaración de fe es también un tiempo de re-visitar y repensar nuestra identidad como Iglesia. Es un tiempo en que deseamos ser cuidadosos con las palabras que utilicemos para describir nuestra identidad. La manera en que hablamos sobre algo o alguien – la Iglesia y las personas -da forma a la realidad en la cual vivimos. Aprendimos de primera mano cuando comenzamos a utilizar un lenguaje inclusivo al hablar sobre género y sexualidad hace varios años.

Encontrando nuevas formas de hablar sobre nuestra fe también significa preguntarnos como pensamos y hablamos sobre nuestra Iglesia. A través de nuestro boletín, la Comisión de la Declaración de Fe no buscamos dar respuestas, sino hacer preguntas:



¿Quiénes somos, y qué somos?

La palabra Iglesia es una traducción de la palabra hebrea, qahal o “asamblea,” la cual se utilizaba para referirse a las reuniones de hijos e hijas libres de Israel después de que se liberaron de la esclavitud en Egipto. En el Evangelio de Mateo, Jesús se refiere a la comunidad e personas que le siguen utilizando la palabra griega ekklesia, la cual traduce qahal. Cuando los apóstoles compartieron el mensaje de Jesus al mundo, las comunidades que formaron fueron designadas con la palabra ekklesia, o su equivalente en latín ecclesia. Nuestras iglesias iberoamericanas continúan llamándose iglesia (en español) o igreja (en portugués).

Hay muchas maneras de hablar sobre nuestra realidad, la naturaleza y estructura de la Iglesia. Existen algunas categorías de las academias teológicas que hablan sobre la Iglesia militante, la Iglesia que batalla y lucha aquí en la tierra, la cual está compuesta por todo tipo de personas, todas pecadoras, pero al mismo tiempo todas santas. Las mismas teologías también hablan sobre la Iglesia triunfante que está ya disfrutando de la alegría y el júbilo en la presencia del amor de Dios y de la redención. Existe un lenguaje en la Biblia que presenta a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, o como algunas veces decimos en el culto: “Somos las manos y pies de Cristo”. Somos hermanas y hermanos, con una tarea común.

ICM no es la Iglesia universal, o la “única, verdadera” Iglesia – somos solo una parte del todo. Pero cuando nos reunimos cada semana en las congregaciones locales alrededor del mundo y cuando estamos juntas en nuestras redes y conferencias, somos una manifestación de esa realidad.

Algunas maneras de las que hablamos sobre la Iglesia, son los nombres que nos han dado o que nosotros mismos nos damos a través de nuestra historia: La Iglesia para gays, la Iglesia con SIDA, la Iglesia de los derechos humanos, la iglesia para todas las personas. Actualmente, estamos tratando de “Ser ICM”.

También hay otras formas de hablar de la Iglesia como una organización en la que vivimos: algunos piensan en nosotros como una Iglesia local, o congregaciones donde adoramos, celebramos y lloramos. También somos una organización mundial, Iglesia ecuménica que crea puentes de lenguaje, cultura, países y colores. Algunos nos ven como un movimiento con raíces que han mudado y han ido más allá de imágenes y conceptos. ¿Somos todo esto, o nada de esto, o más que esto?

También tenemos una tradición firme y unos valores esenciales, de que esta Iglesia está edificada sobre el Sacerdocio de Todos los Creyentes, de que todas las personas somos iguales en nuestra jornada de fe. “No hay más judío o gentil, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).

La Comisión sobre la Declaración de Fe de ICM quiere escuchar sobre lo que tú y las otras personas viven y hacen en ICM, pensando en lo que respecta a quién y qué somos. De esta manera, comenzaremos a comprender lo que significa, cuando decimos: “Nosotros creemos….”

 ¿Qué es ICM para ti? ¿Cómo experimentas a ICM? ¿Localmente?¿Más ampliamente?


  • ¿Cuáles palabras, frases o imágenes vienen a tu mente para describir a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana?

Una Reflexión sobre la Misión y la Liturgia en ICM

 

Por el Rev. Obispo Héctor Gutiérrez y la Rev. Dra. Candace R. Shultis



 

Estamos viviendo, en ICM un tiempo especial de reflexión, análisis, acercamiento, transición y profunda acción guiados por el Espíritu de Dios que continua llamándonos a “Ser ICM” en el mundo. Llegamos a ser parte de esta familia que es ICM desde muy diferentes y variadas tradiciones, relatos e historias, pero no dudados que con una profunda convicción de que la misma misión nos mantiene unidos: proclamando el mensaje radicalmente inclusivo del Evangelio.  

Jesus, mientras se despedía de sus discípulos, les dio a ellos y a nosotros el Gran Mandamiento: “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos en todas las naciones” (Mateo 28:19a) Cuando fuimos fundados, por el Rev. Obispo Troy D. Perry declaró que predigamos tres acciones evangélicas: Salvación Cristiana, Comunidad Cristiana y Acción Social Cristiana.

Nuestra Declaración de Fe de ICM actual establece, en parte:  



"Fundada en el interés de ofrecer una iglesia que pueda ser hogar de todas las confesiones y creencias… La Iglesia sirve para traer a todas las personas a Dios por medio de Cristo. Con este fin, debemos organizar servicios de adoración, oración, interpretación de las Escrituras, y edificación a través de la enseñanza y predicación de la Palabra”.

La misión y la liturgia son el corazón de lo que somos. Aquellas personas que han tenido la bendición de visitar algunas Iglesia locales, en los varios rincones de la tierra, pueden con certeza afirmar, que hay algo muy profundo que nos hacer ser ICM. Pero al mismo tiempo, cada una de nuestras iglesias locales es única. Incluso una misma iglesia local, puede tener tres tipos diferentes de servicios de adoración, que son completamente distintos uno del otro.

En nuestra historia personal, todas las personas guardamos algo dentro de nosotras mismas acerca de cómo el Espíritu nos inspire en nuestro primer contacto con ICM. Personalmente, yo Héctor, puedo decir que fue la riqueza de la liturgia que al mismo tiempo ofrecía un servicio que era completamente libre, innovador, inclusivo y vivo el que capturó mi espíritu y mi emoción de querer ser parte de ICM. Debido a que mis antecedentes son de la tradición latinoamericana bien enraizada en la Teología de la Liberación, pude experimentar, en los servicios de adoración de ICM, la misma riqueza de las tradiciones de mis comunidades así como el sentirme libre de vivir la manifestación de mi fe. Fe y vida, para mí, sin dos fases de la misma realidad.

También tenemos la disponibilidad y apertura para transformar nuestro lugar de adoración para diferentes actividades. Estas pueden incluir música sagrada, baile, un show drag y una amplia cantidad de esfuerzos solamente limitados por nuestra imaginación. Posiblemente estamos muy a gusto con esto, y lo vemos tan normal para nosotros, que perdemos la gran oportunidad de pensar en ello como un valor nuestro.

Nuestra liturgia es una parte de nuestra vida de comunidad, y una manifestación de nuestra misión para la transformación e inclusión radical.

Una de las grandes fortalezas de ICM es sobre todo el vivir la experiencia del sacerdocio común de todos los creyentes. En ICM, todas las personas pueden presidir nuestro servicio de adoración y cada una compartir su propia experiencia de fe.



Algunas preguntas para considerar

  • ¿De qué manera tu experiencia con la liturgia en ICM se relaciona en tu comprensión de la misión de ICM?

  • ¿Experimentas una conexión con la misión cuando participas en el servicio de adoración? ¿Cómo? ¿Por qué no?

  • ¿Tienes algún rito o liturgia específico que utilices en tu experiencia de ICM que quieras compartirnos?

¿Qué pasa con el PECADO? (No nos gusta el PECADO)

Rev. Kelby Harrison y Bryce E. Rich.

Cuando la Comisión sobre la Declaración de Fe de ICM se reunió la primera vez, enviamos una encuesta a todas las personas Amigas y Miembros de ICM para preguntar sobre lo que pensaban de una revisión de la Declaración de Fe de ICM. Puedes leer, si así lo deseas el reporte completo sobre las respuestas obtenidas.

Una de las preguntas fue:

¿Qué temas sientes QUE NO DEBEN ser incluidos
en una revisión de la Declaración de Fe de ICM?


Treinta y seis por ciento (36%) de los que respondieron nos dijeron que el tema del pecado no debería ser incluido en una revisión de la Declaración de Fe de ICM.

Esta oposición al pecado tiene perfecto sentido. La palabra y el concepto de pecado han sido utilizados en contra de las personas LGBT, atrozmente, algunas veces hasta el punto de la muerte. Y todavía en una religión basada en la relación personal con Dios, necesitamos formas de articular y contar nuestro sentimiento por la distancia con esa relación. Necesitamos un lenguaje que fortalezca nuestra resolución espiritual, no un lenguaje que sea utilizado para aplastar nuestros espíritus y nuestro amor.

Mirando el mundo a nuestro alrededor, resulta claro que las cosas no siempre son buenas. Las congregaciones de ICM a menudo tienen un número desproporcionado de personas que han sufrido enormemente. A veces esto es debido a nuestra sexualidad, identidad de género o expresión de género, aunque no siempre sea así. Muchas personas están desempleadas o subempleadas, sintiéndose solas en el tratamiento de enfermedades crónicas, o carecen de muchas cosas que otras dan por sentado. Muy cerca de casa, yo (Bryce) estoy muy consciente de mis propias carencias: siento una necesidad compulsiva de hacerlo todo solo, una falta de temperamento, una tendencia a medicar mis sentimientos con la comida... ¿Qué pasa con estas cosas?

Eludiendo completamente discusión del pecado puede ser perjudicial. ¿Cómo podemos hablar proféticamente o practicar la justicia social sin poder nombrar las desigualdades sistémicas tales como el racismo, sexismo, el clasismo, discriminación y heterosexismo? ¿Cómo podemos nosotros ser curados si nos negamos a reconocer nuestros propios defectos?

Tal vez parte de la diferencia de opinión es nuestra definición de pecado. La comprensión griega de pecado (hamartia) parecer de la marca. Esta idea es más complicada de lo que parece a primera vista.

Un pecador debe tener conocimiento de la rectitud moral, un objetivo y tener conocimiento de su blanco. Sobre la historia del cristianismo ese objetivo junto con su blanco se ha referido a él a menudo como la ley de Dios.

En algunos momentos de su historia, nuestros hermanos judíos concibieron el pecado con una carga comunitaria, con uno de los miembros capaz de contaminar todo el grupo. Los cristianos han enfatizado a menudo el pecado personal — nuestra salvación estaba en nuestras manos. Aunque entre los del movimiento de santidad, el pecado comunitario todavía tiene un papel importante.

Desde el cristianismo primitivo, el concepto de pecado se ha desarrollado con muchos objetivos, pero que cuelga sobre un telón de fondo (en la tradición occidental) del pecado original. Hemos de entender el pecado como vicepresidente; como rompimiento con Dios, con nosotros mismos u otros; ¿cómo desobediencia intencional a Dios? ¿El pecado depende de nuestras intenciones, debilidad a la tentación, o simplemente es inevitable en la vida? ¿Nuestra relación definitiva con Dios depende de la gracia de Dios o está incrustada en nuestras acciones?

Los Teólogos Cristianos Contemporáneos han articulado los pecados modernos: racismo, injusticia social, deuda, incluso una depresión no medicada. El Matrimonio Igualitario ha sido denunciado como pecado.

A menudo el estigma de la comunidad teológica LGBTQ es la de “pecador”. ¿Cómo elegimos reclamar nuestra falta de amor y gracia ante esto? ¿Cómo entendemos, todavía, nuestras deficiencias morales en términos cristianos?

La Declaración de Fe de ICM incluye las siguientes palabras:



Nos salvamos de la soledad, la desesperación y la degradación a través de la gracia de Dios... Además recomendamos a la comunidad de los fieles una vida de oración; buscar el genuino perdón por actos crueles, desconsiderados y al margen del amor; y a una vida comprometida con el servicio cristiano.

Tal vez este es un punto de partida para continuar nuestra conversación. El Equipo de Teologías de ICM también ha creado un nuevo capítulo para nuestras Conversaciones Santas 2 que les invitamos a utilizar en sus iglesias locales de ICM para hablar acerca del pecado.

Algunas Preguntas a Considerar


  • Leer la cita tomada de la actual Declaración de Fe de ICM. ¿Qué pensamientos y sentimientos tienen acerca de la formulación actual?

  • ¿Cuándo te has sentido avergonzado por la forma de hablar sobre el pecado? ¿Esa forma de hablar tiene algún valor positive para ti?

  • Te invitamos a utilizar la Conversación Santa sobre el pecado de la cual compartimos el enlace. ¿Hay algunas observaciones emanadas de tu grupo de diálogo o estudio que (manteniendo la confidencialidad personal) te gustaría compartir con la Comisión?

"¡Gracia Sublime! ¡Que dulce es el Sonido

que salva un alma como la mía”.

Rev. Dr. Candace R. Shultis y Rev. Dr. Karl Hand

"Pues han sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene por ustedes, sino que es don de Dios".  Efesios 2: 8
 

Habiendo crecido en la Iglesia Metodista Unida, yo (Candace) me sentaba entre mis padres cada domingo para el servicio. Había siempre algunos himnos que ellos solían cantar con mayor efusividad que otros, y "¡Gracia Sublime!" era uno de ellos. De hecho, para mí, uno de los mayores regalos que reconozco que he recibido de mis padres, de mis maestros de la escuela dominical y de otros miembros de esa iglesia es la enseñanza de que la gracia de Dios es abundante y que es un don.

Mientras que no nos gusta hablar acerca, o posiblemente pensar sobre el pecado (consultar el boletín anterior sobre el pecado), Pablo establece, "...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús..." (Romanos 3: 24) Con esto, me parece que necesitamos tener un sentido de nuestro propio pecado, nuestra propia separación de Dios, nuestra propia falla para golpear la marca del amor, a fin de experimentar la gracia de Dios.

La actual Declaración de Fe de ICM dice: “Cada persona es justificada por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo… Tal gracia no se gana, sino que es pura gratuidad de parte del amor puro de Dios”.



¿Pero qué es la gracia?

En ocasiones es demasiado fácil imaginarnos la gracia como una reacción instintiva de Dios al pecado. Los primeros capítulos de la Biblia presentan una historia diferente. En esos capítulos vemos a un Dios que actúa con gracia desde el principio y no está desprevenido al fracaso humano.

En Génesis 1:1, Dios no tiene necesidad de crear el mundo, pero en cambio, lo crea simplemente por el placer y la alegría de la creación misma (Génesis 1:31) y para mostrar la gloria de Dios a través de ella (Salmo 19:1). Dios creo amablemente y sostiene este entorno natural donde pueden florecer la humanidad y todas las creaturas. La gracia pura del mundo en que vivimos nos recuerda en cada latido y en cada nuevo día que la gracia de Dios perdura en nosotros por siempre.

Para mí (Candace), es saber más allá de toda sombra de duda que Dios me ama y desea estar en relación conmigo, en una relación que afecta cada área de mi vida y mis relaciones con los demás. Nunca olvidaré una tarde, de hace muchos años, cuando estaba parada en la fila de una tienda de abarrotes con mi pan y leche. Era la línea para la gente que tenía sólo unos pocos artículos, así que me encontraba al final de las líneas para pagar. Miré hacia todas las personas en todas las otras líneas, tuve esta increíble experiencia de saber que Dios amaba a todas esas otras personas tanto como Dios me amaba a mí. Fue como, usando una buena frase de John Wesley, “mi corazón estaba extrañamente preparado”. Esta sensación salió de la nada y me cambió la vida. 

El autor de la Primera carta de Juan escribió: "A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud”. (1 Juan 4:12) Así que, mientras la gracia es un don, es un don que debe vivirse hacia las demás personas, así como nos amamos unas a otras. El don de la gracia de Dios es un don de perdón. Y estamos llamadas a vivir este don de perdón en todas nuestras relaciones interpersonales. De ninguna manera es una tarea fácil.

Escribí esto en la cúspide del viernes santo. También sé que mientras que la gracia es un don dado libremente, no es un regalo ofrecido sin un costo. Es sólo que no tenemos que pagar el costo: Jesús lo hizo por mí y por ti en la Cruz. “Abba, perdónalos; Porque no saben lo que están haciendo”. (Lucas 23:34)

Como personas cristianas LGBT, que han experimentado la gracia de Dios, tenemos un regalo para compartir con el mundo. Al igual que la tierra tembló cuando se abrió la tumba en la mañana de Pascua, así que, también, podemos sacudir al mundo con las buenas noticias que el amor y la gracia vencen al pecado y al miedo.

Preguntas a considerar 


  • ¿Recuerdas el tiempo en que te diste cuenta de que el amor y la gracia de Dios eran importantes para ti?

  • ¿Cómo fue esa experiencia para ti?

  • ¿Qué impacto ha tenido en tu vida?

Lecciones Aprendidas

Bryce E. Rich

Esta edición de nuestro boletín es más larga que las anteriores. Te prometemos que valdrá la pena su lectura y el tiempo que te lleve hacerlo.

En la reunión de la Comisión sobre la Declaración de Fe de ICM, en junio. Durante nuestro tiempo juntos dialogamos sobre muchos de los mensajes que hemos recibido de alrededor del mundo. En esta nota queremos compartir con ustedes las lecciones que hemos aprendido en este proceso.

Podemos comunicarnos de una mejor manera

En algunas ocasiones, olvidamos decirte lo hemos estado dialogando. La Comisión se ha reunido mensualmente durante un año y medio. Nos tomó un buen tiempo el tener nuestro boletín lito para distribuirlo.

No ha sido posible el visitar muchas Iglesias o reuniones de red. Así que trabajaremos, en compartir la palabra a un mayor número de personas, incluyendo una serie de webinars. Asegúrate de inscribirte a nuestros boletines para los anuncios de dichos eventos. (Utiliza el enlace al final de este boletín). ¡Si quieres que participemos en alguna reunión de red o conferencia telefónica, avísanos! Podemos estar cerca para participar, pero en caso de que no sea así, damos la bienvenida a las oportunidades para hablar en una conferencia telefónica o vía Skype.

A partir de ahora, prometemos mantenernos alejados de títulos sensacionalistas.

Al menos en una ocasión, nuestro intento por llamar la atención con los títulos para provocar la lectura de nuestro boletín (también conocido como “cebos”) dejó a algunos, con una falsa impresión de nuestro trabajo. Estaremos trabajando con empeño, para atraerles a nuestro boletín sin malas interpretaciones para quienes escanean los títulos, pero que no siempre tienen tiempo de leer todo el contenido.

Hemos estado aprendiendo acerca de la historia de ICM.

Hemos conversado con algunos Obispos y Obispas de ICM como Troy Perry, Nancy Wilson, Freda Smith, Don Eastman, y Lee Carlton comprender mejor la forma en que la Declaración de Fe fue escrita y cómo ha cambiado con el paso del tiempo. También hemos leído muchos de los documentos históricos de ICM.

Hemos consultado a expertos externos a ICM.

Durante nuestra primera reunión, el año pasado en Chicago, consultamos algunos teólogos, biblistas, liturgistas y estudiantes graduados del Seminario Teológico de Chicago y de la Escuela de Divinidad de la Universidad de Chicago. Estos especialistas nos ayudaron a pensar más profundamente sobre ICM, la Iglesia en general y el mundo.

Hemos tomado algunas referencias de las prácticas y creencias en ICM alrededor del mundo.

El año pasado trabajamos dos encuestas: una para miembros y amigos de ICM y otras para las congregaciones de ICM alrededor del mundo.

Preguntamos una serie de cuestiones sobre las experiencias de las personas sobre la actual Declaración de Fe. ¿Sabes que tenemos una declaración de fe? ¿La has utilizado? ¿Hay algo que te causa problemas o preguntas? ¿Qué es lo que más te gusta de esa declaración de fe?

Algunos han expresado su preocupación de que los resultados de la encuesta dictarán lo que debe ser incluido o excluido de la Declaración de Fe de ICM. Otros sugieren que algunas respuestas particulares deben servir como un mandato para la Comisión. Ninguno de estos es el caso real dentro de la Comisión.

Las encuestas son parte de un Proyecto más amplio Proyecto de Teologías Descriptivas presentado por el Equipo de Teologías de ICM. Son descriptivas porque ayudan a ver lo que los miembros y congregaciones de ICM creen y cómo ellos trabajan en el mundo. Nuestra meta es tener una comprensión no solamente de lo que agrada a las iglesias e individuos, sino también sus luchas. Esto nos ayudará a identificar las áreas que requieren mayor enseñanza y conversación.

Mientras que las encuestas nos proporcionan una interesante instantánea de ICM,

sabemos que los resultados no son perfectos.

Aunque enviamos una invitación a cada congregación de ICM, solamente respondieron 25% de las iglesias. Así mismo, enviamos una invitación a más de 7,000 amigos y miembros de ICM para participar en la encuesta de valores y creencias individuales. La respuesta fue cerca del 12%.

Muchas personas ni se enteraron de la encuesta. Otras no pudieron participar por varias razones. Por lo que mientras las respuestas a las encuestas ofrecieron información útil de un segmento de ICM, ellas sirvieron más como un diagnóstico más que de un proceso democrático para determinar el contenido de la revisión de la Declaración de Fe.

Hemos estado completando nuestra lista de correos electrónicos

Todas las personas que han ofrecido un correo válido al responder a las encuestas, han sido inscritas a nuestro boletín. Pero deliberadamente, nuestro objetivo de comunicaciones son aquellas personas que se han inscrito a nuestra lista de distribución.

Puedes ayudarnos a llegar a más personas re-enviando este mensaje utilizando el botón de enlace.

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Hemos estado reflexionando sobre la Inclusión.

Aceptar uno al otro sin necesidad de que todo el mundo creo en una cierta enseñanza o tenga un particular punto de vista ha sido una de las grandes fortalezas de ICM. La Comisión no tiene la intención de cambiar eso.

En sus inicios, ICM compartió sobre Dios, Gays y el Evangelio. Con el tiempo, hemos adoptado muchas diferentes sexualidades, identidades y expresiones de género. Y esto es todavía un trabajo en progreso.

ICM nace el dolor de la exclusión y la necesidad de compartir el amor de Dios con las personas marginadas. Y sin embargo no somos una iglesia exclusivamente gay. Nuestras congregaciones incluyen no sólo personas LGBT, sino también para personas que tienen preguntas acerca de la sexualidad.

En el pasado podríamos haber etiquetado a miembros heterosexuales de ICM como aliados, pero este ya no es el caso. Una generación entera de niños ha venido a ICM con nuevas preguntas. Otros han encontrado alivio del enjuiciamiento y estrecho pensamiento que experimentan en otras iglesias.

Así que todavía somos una Iglesia preocupada por la integración de la espiritualidad y la sexualidad, también constantemente estamos desafiados a ampliar nuestra auto comprensión en formas que son más inclusivas.

Buscamos unidad en nuestra diversidad

Algunas personas han expresado su miedo de que la Comisión pueda producir una nueva Declaración de Fe que les pudiera hacer imposible el permanecer en ICM. Les hemos escuchado. Y estamos comprometidos con la misma apertura e inclusión que ICM ha valorado a través de su historia.

Algunas han expresado su temor de que la nueva Declaración de Fe deseche algunas cuestiones de fe muy queridas. Otras están preocupadas que intentemos forzar una ortodoxia. No queremos proponer ninguno de estos extremos.

Desde nuestros inicios, ICM ha incluido personas que no están de acuerdo con muchas cuestiones teológicas. Nuestra diversidad ha ofrecido con frecuencia nuestra más grande fortaleza.

En ICM, invitamos a todas las personas a participar en la Santa Comunión en la mesa de Dios. Bautizamos en una variedad de maneras. Somos conscientes de la Expiación (o la obra de Jesucristo para reconciliar al mundo con Dios) en una variedad de formas, al igual que nuestros antepasados cristianos las tuvieron en los últimos dos mil años. Reconocemos que cada ser humano es creado a imagen de Dios. Y muchos de nosotros hemos llegado a ver la gracia de Dios que brilla en lugares donde menos se espera.

Hemos combatido la tentación de exigir lealtad a una tradición cristiana en particular, y que mantenga la conciencia individual como uno de nuestros valores más altos. Estamos todos en este viaje juntos.


Palabras Maravillosas de Vida: Tu Palabra es luz para mi camino

Rev. Cathy Alexander y Rev. Dr. Karl Hand

Las historias, son algunas de las cosas más poderosas que podemos compartir. Son nuestras historias de vida, las que nos dan un sentido de identidad. No conocemos bien a alguien hasta que escuchamos su historia. No nos sentimos parte de una comunidad, hasta que queremos compartir historias con otros miembros; y por lo general, es la comprensión de esas historias las que nos hacen desear unirnos a las comunidades.

En ICM, nuestra historia ha sido a menudo, una historia que ha superado el rechazo y la soledad, para encontrar comunidad. De hecho, somos parte de una historia mucho mayor que eso, una Historia que comienza con el Espíritu de Dios flotando sobre las aguas del caos, creando un mundo, separando al pueblo de Israel como pueblo especial de Dios, liberándolos de la cautividad en Egipto y de Babilonia, y luego a través de Jesús el Mesías, llevando la Buena Nueva a todo el mundo.

Los créditos todavía no se han rodado en esta gran historia. No sólo es una historia que recordamos. Somos parte de esta historia.

Nuestro mundo nos presenta muchas historias diferentes. Una historia, es la historia de Imperio, de una nación que manifestaba que su destino era tener control sobre el mundo. Otra historia nos cuenta sobre los avances tecnológicos, en la que eventualmente, la industria y la ciencia van a crear una utopía. Otros ponen la fe en la historia del “Sueño Americano”, que nos presenta que por medio del trabajo duro y la compra de propiedad crearemos la felicidad-y esta historia de la clase media, suburbana se ha extendido más allá de Estados Unidos a muchas tierras.

Pero nos encontramos en una encrucijada. Las historias del Imperio, de las Utopías Tecnológicas y de los sueños suburbanos no son compatibles con la historia a la que estamos llamados.

Somos personas que han adoptado, en lugar de esas historias, la historia de la Biblia: la historia de la Creación, de la Comunidad, de la Liberación y de la Reconciliación.

En esta historia, nos encontramos con Dios, escuchamos la palabra de Dios y recordamos lo que realmente somos.

Puesto que esta historia es tan central a nuestra identidad y nuestro propósito, no es deja de sorprendernos dolorosamente cuando la Biblia se conviertan en un arma, y especialmente cuando se utiliza contra nosotros o contra aquellas personas a quienes amamos. A veces estamos como personas atrapadas en el fuego cruzado entre un fundamentalismo que adora el libro y un liberalismo que lo rechaza.

Somos una historia para contar a las Naciones. Textos sagrados entre poesía y sabiduría, historia, enseñanza, historia sincera y misterio nos sostiene. Todos a la vez pueden inspirar, desafiar, confortar, enfurecer y calmar. Hebreros 10:16 nos dice:

Esta es la Alianza que pactaré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes los grabaré.”

Las Escrituras son testigo de la bondad, del amor y de la justicia del Creador. Puesto que los textos sagrados como la Biblia se han utilizado para condenar, excluir y marginar a personas, es importante estudiar, comprender su contexto completo y leerlas a través del lente de todo el cuerpo de las Escrituras.

Estos textos también contienen nuestra historia como personas que buscan justicia, misericordia y el amor eterno de Dios. Y Dios tiene mucho más que decirnos.

Porque somos una Denominación que busca una meta y propósito común, pero con muchas teologías, también hay una gran variedad de convicciones con respecto a los textos sagrados. Muchos creen que Dios, es un Dios viviente y activo, que sigue hablándonos a todas las personas como amadas.

Los Escritos Sagrados continuarán mientras Dios continúe inspirando, desafiando, enseñando y hablando del pacto la relación con el Creador. Las personas co-creamos nuestras vidas, nuestro mundo y nuestra historia con el gran Dios de nuestro entendimiento.

Algunas preguntas que la Comisión de la Declaración de Fe de ICM ha recibido sobre la Escritura y los Textos Sagrados incluyen:


  • ¿Cuál es el papel de las Escrituras en la adoración y en la formación espiritual?

  • ¿Qué autoridad tiene la Biblia en la reflexión teológica?

  • Otros textos también son sagrados, y si es así, ¿cuál es su lugar?

Algunas preguntas a considerar

• ¿Cómo defines/identificas el “Texto Sagrado”?

• ¿Cuál ha sido tu experiencia con los textos sagrados y su uso?

• ¿Qué lugar tienen los textos sagrados en tu fe? ¿En tu relación con Dios?












Viviendo la Trinidad

Bryce E Rich y Rev. Dr. Karl Hand

La primera Declaración de Fe de ICM incluye la frase:

Nuestra fe se basa en los principios esbozados en los credos apostólicos.”

En 1975 se reformuló esta línea para nombrar el Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea. Estos enunciados breves de fe, escritos en los siglos II y IV respectivamente, enseñan los fundamentos de la fe cristiana. La base de ambos credos es la Trinidad: Dios en tres personas, tradicionalmente Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En esos inicios, los fundadores de ICM tomaron una decisión audaz. En lugar de rechazar las enseñanzas de las iglesias que les habían rechazado, recuperaron y abrazaron estas creencias. Esta fue una acción audaz y profética:



ICM no sería excluida de la iglesia.

Estas enseñanzas cristianas vitales, nos nutrieron de un movimiento nacido de la desesperación, en una iglesia con un llamado poderoso.

Pero ¿qué es la Trinidad? Si usted es parte de un grupo ICM que sigue el calendario litúrgico, alguien en su congregación puede intentar una explicación en un sermón una vez al año el Domingo de la Trinidad.

Tres en Uno, Uno en tres...

Matemáticamente no tiene sentido. 

Muchos han sugerido que el intento de entender la Trinidad con los argumentos racionales siempre llevará a su rechazo. Sugieren que esta verdad está más allá del entendimiento humano. Y esto es parcialmente cierto. Hay otro problema que nos enfrentamos a menudo en la iglesia contemporánea:



No podemos comprender el significado de los credos

aislando de la historia la actividad de Dios en el mundo.

Una de las funciones de nuestra vida juntos, en la iglesia, es compartir nuestra fe cristiana común, con los recién llegados a nuestras comunidades. Los credos históricos preservan en una forma abreviada, las muchas preguntas que surgieron en la iglesia primitiva, y las respuestas que se elaboraron a través del examen de las Escrituras y la reflexión sobre las experiencias de los primeros seguidores de Jesús.

• Nos recuerdan que nuestro buen Dios creo el mundo entero, y que este universo material, incluyendo nuestro cuerpo, es bueno.

• Nos dicen que, en lugar de rechazar a la creación material, Dios entró en el mundo en un cuerpo humano como Jesucristo. Ellos describen su nacimiento, su muerte y su resurrección.

• Nos recuerdan que, el Espíritu Santo de Dios que ha hablado y continúa hablando a través de los seres humanos. Este Espíritu es un don a la iglesia que continúa moviéndose entre nosotros hoy,

Mientras que los primeros cristianos vivieron en un tiempo cuando algunas de las filosofías más populares rechazaron el mundo material a favor de una realidad totalmente espiritual, nuestra cultura tiende a lo contrario. Hoy escuchamos que la realidad básica es lo material, y todo puede reducirse a una física, económica, o a la realidad de consumo. Esta ideología ha creado una gran cultura consumista, impulsada por una economía globalizada de la explotación y protegidos por imperios militaristas.

La Trinidad presenta un punto de vista radicalmente diferente: La realidad básica no es una cosa material, sino relacional. Antes de que existiera el universo, existía un amor apasionado dentro del Ser de Dios, el amor de Tres Personas en comunidad.

La Trinidad ofrece un antídoto a la cosmovisión imperante de nuestro tiempo. Si la realidad básica es lo relacional, el propósito de la creación, la misión de la iglesia y el significado de la vida deben ser encontrados en las relaciones amorosas. Como cristianos, nuestra mayor vocación es amar a Dios, amarse unos a otros, amar a nuestro prójimo, amar al extranjero, amar al enemigo y al perseguidor. El mandamiento del amor de Jesús resulta ser un enfoque ético profundamente trinitario. Esto es parte de la singularidad de la fe cristiana. Como movimiento, nosotros estamos llamando a la gente a reconciliarse a la comunión con el Dios Trino, que es el amor y busca una relación de amor con todas las personas.



Preguntas para la Reflexión

  • ¿Tú experiencia religiosa pone mucho énfasis en la Trinidad?

  • ¿Tu comunidad de ICM utiliza uno o más de los credos históricos en el servicio religioso?

  • ¿Pensar a la Trinidad como una relación comunitaria, de qué forma te ayuda a ver a Dios?

Inclusión e Identidad

Bryce E. Rich

Hace dos años, cuando realizamos la primera encuesta a miembros y amigos de ICM, escuchamos diferentes puntos de vista. Algunos nos pedían hacer uso de un lenguaje inclusivo que hiciera espacio para muchas identidades de género diferentes. Otros nos advertían sobre el permanecer claros sobre las declaraciones exclusivas que privilegian unas enseñanzas sobre otros asuntos donde las tradiciones cristianas son diversas. Pero el mensaje era fuerte y claro:



La nueva Declaración de Fe debe ser inclusiva.

La inclusión está presente en el ADN de ICM. En los sermones, clases de membresía y conversaciones introductorias, hemos recontado la historia de la reunión en la sala de la casa del Reverendo Troy Perry el 6 de octubre de 1968 en que inició ICM. Troy cuenta nuevamente:



Doce personas se hicieron presentes en la sala de mi casa. Y siempre digo a las personas, había nueve amigos y tres extraños, una persona de color, una judía y una pareja heterosexual. Era una muestra de las cosas por venir para las Iglesias de la Comunidad Metropolitana.24

Nuestra inclusividad ha tomado muchas formas. En 1972 la Reverenda Freda Smith vino a ser la primera mujer en obtener licencias como clériga de ICM. EL año siguiente en la IV Conferencia General, en 1973 en Atlanta, Georgia (USA), Freda dirigió el esfuerzo de hacer que los Estatutos de ICM fueran inclusivos en género. Antes de que la Conferencia terminará, ella fue también electa como la primer Elder mujer de ICM. En 2005, los delegados de la XXII Conferencia General en Calgary, Alberta (Canadá) adoptaron los Valores Esenciales de ICM que comienzan con estas palabras:



Inclusión. El amor es nuestro más grande valor moral y el resistir la exclusión es el principal enfoque de nuestro Ministerio. Queremos continuar siendo conductos de fe donde todas las personas son incluidas en la familia de Dios y donde todas las partes de nuestro ser son bienvenidas a la mesa de Dios.25

Aunque comúnmente referida en sus inicios (e incluso hoy en día) como la “Iglesia gay”, ICM es mucho más que eso. Nuestras reuniones incluyen completamente el arcoíris de identidades LGBTQIA, muchos heterosexuales aliados y una generación de niños con nuevas preguntas. Aunado a la sexualidad, nuestra denominación es un experimento sobre lo que significa ser personas de muchas nacionalidades, identidades raciales y étnicas, así como diferentes estratos socio-económicos. Desde nuestros inicios hemos sido una denominación internacional, y continuaremos respondiendo al llamado de las personas alrededor del mundo donde han escuchado hablar de nosotros y quieren “Ser ICM”.

Nuestra posición inclusive deja espacio para muchas maneras y estilos de adoración, interpretaciones de la escritura, éticas sexuales y asuntos cruciales para nuestra fe como la forma en que la vida, la muerte y la resurrección Jesucristo “obra” la salvación de la humanidad en el mundo. Nuestras congregaciones se esfuerzan en ser espacios seguros donde las personas pueden hacer preguntas difíciles y aprender a vivir en la tensión de no obtener todas las respuestas. También hay maneras diferentes en que expresamos nuestro compromiso con la inclusión.

¿Pero inclusión para qué?

En el transcurso de nuestro trabajo, la Comisión ha recibido algunas sugerencias diciendo que este podría ser el momento de cambiar el enfoque de la Declaración de Fe de ICM. Propuestas para tener un nuevo centro han incluido la promoción de los derechos humanos, una declaración menos centrada en Cristo con la esperanza de una mayor diversidad teológica, una comprensión más abierta de la divinidad para cambiar el pensamiento trinitario, o una espiritualidad más ampliamente concebida. En cada caso, el compromiso de inclusión radical ha sido una preocupación fundamental.

La nueva Declaración de Fe comienza y termina con la invitación a la mesa abierta. Mientras que nuestro entendimiento teológico de lo que sucede allí es diverso, la comunión sigue siendo el símbolo central de nuestra fe compartida. Es el núcleo de nuestra identidad compartida y la práctica a través de la cual, más universalmente, mostramos nuestro compromiso con la inclusión.

Como parte de nuestro compromiso con la inclusión, también reconocemos que existen múltiples caminos espirituales y religiosos. Mientras que la invitación está abierta siempre, no estamos en el negocio de obligar a alguien a unirse a nosotros. ICM tiene una larga historia de reconocer la diversidad religiosa manteniendo nuestro compromiso a la fe cristiana histórica. Algunos ejemplos de nuestra historia son instructivos.



ICM y la Cooperación Inter-religiosa

Como recuerda Troy, el primer servicio de adoración de ICM incluyó a una persona judía. En poco tiempo, ICM Los Ángeles había incluido a más personas judías. Estos hombres y mujeres, enemistadas con sus propias comunidades religiosas, encuentran respiro en ICM. Mientras que dan la bienvenida a la vida de la congregación, fueron incapaces de participar plenamente como miembros. En lugar de hacer proselitismo, Troy eligió honrar su devoción al judaísmo y animó al grupo a iniciar su propia congregación:



Obviamente, no soy judío, yo no sabía mucho sobre el judaísmo o sobre una sinagoga, y les dije: "no importa lo que hagan, asegúrense de que les haga realmente ser personas judías." 26

En julio de 1972, ICM Los Ángeles y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana recién formado celebraron juntos un servicio interconfesional, e ICM Los Ángeles continuó luego acogiendo a la nueva congregación. Años más tarde, cuando el ICM Los Ángeles fue dañada durante el terremoto de Northridge de 1994, la comunidad Beth Chayim Chadashim (Casa de la Vida Nueva) ofreció hospitalidad a cambio, abriendo sus puertas a ICM.

En la costa este americana, Miami ICM animó y apoyó la formación de la congregación Etz Jaim (Árbol de la Vida) en 1974. Y en Washington, DC, la ICM local ayudó en la organización de Mishpocheh Iglesia de la Comunidad Metropolitana (familia) en 1975. Antes de cualquiera de los grupos tenía su propio edificio, la congregación ICM ayudó a organizar el espacio para MCT Mishpocheh con sus propios miembros, y la primera iglesia congregacional. MCC DC y el renombrado Mishpachah27 comparten una larga y fructífera colaboración, en la planificación del servicio anual de orgullo LGBT, en DC, que perdura aún hoy en día en una red más amplia de asociaciones. ICM continúa una cooperación interreligiosa similar hoy con musulmanes en Asia oriental, y abrazamos oportunidades para la cooperación interconfesional en las comunidades locales en todo el mundo.

Mientras respetamos y afirmamos a nuestros aliados, nuestra propia identidad permanece firmemente fundamentada en la revelación de Jesucristo. Trabajando con nuestros vecinos de diferentes tradiciones religiosas, identificamos oportunidades de colaboración en intereses comunes y reconociendo y celebrando nuestro ser religioso distintivo. De esta manera, nuestro trabajo interreligioso es una consecuencia de nuestro compromiso permanente inclusión, basada en nuestra identidad cristiana.

Preguntas:

¿Cuáles son las identidades más importantes para ti? (e.g., lesbiana, trans, activo, pasivo, negro, latino, alemán)

¿Qué es lo más significativo para ti en esas identidades?

¿Cómo has cambiado con el paso de los años? ¿Hay nuevas identidades en las que has ido participando?




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