Viaje escocia -islas orcas y hébridas exteriores


Día 11 de agosto (jueves)



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Día 11 de agosto (jueves)

Ruta: Chester-Dover Km 450 KM 6 h 15’- Ferry Calais-St Omer

Hoy es un día largo tenemos que atravesar toda Inglaterra para llegar hasta Dover donde cojamos el ferry hacia el continente europeo, es de estos días que no hacen gracia pero son necesarios tanto a la ida como la vuelta.

Nada más levantarnos pasamos por la máquina de cobro del parking y nos indica que debemos por la estancia 15 £, más o menos como habíamos calculado.

Antes de ponernos en la autopista queremos hacer una parada en un centro comercial para comprar alguna de las cosas que necesitamos y calcular el dinero en billete que nos sobra para gastarlos en el último llenado dentro del Reino Unido. Ponemos los datos en el tom-tom para la elección de una gasolinera en ruta, elegimos el centro comercial del Tesco situado en Bretton, es un mega centro llamado Bourghton Shopping Park. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N53.16788//W2.97577.

Tenemos suerte porque encontramos el gasóleo bastante económico a 1,089 Libras, calculamos el que necesitaremos para poder llegar hasta la frontera y es de uno 66 litros, en el pago empleamos casi todas las monedas que nos quedan.

Disponemos de todo el día para hacer el viaje porque hasta las 24 horas no tenemos el billete del ferry. Enseguida cogemos la autopista M-6 en dirección sur, a los 100 Km. pasamos cerca de la ciudad de Birmingham, treinta kilómetros más adelante pasamos muy cerca de Coventry; en el kilómetros 200 pasamos Northampton, atravesamos Luton, llegamos a la M-25 que rodea las inmediaciones de Londres que de alguna forma se ralentiza un poco la marcha pero afortunadamente en ningún momento nos quedamos completamente parados.

A última hora de la tarde llegamos a Dover y decidimos hacer tiempo dando una vuelta por la ciudad. Vamos directamente a un parking donde vemos varias autocaravanas, vemos que después de las 17,30 y hasta las 9 a.m. es gratuito, hace alguna referencia a las autocaravanas pero no les hacemos mucho caso. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N51.12880//E1.31138.

La ciudad de Dover nos decepciona un poco porque pensábamos que era una localidad señorial muy turística y nos encontramos un zona un tanto degradada imagino que como consecuencia de servir como frontera de la isla.

A las nueve de la noche nos dirigimos con tiempo suficiente al puerto en previsión de sufrir alguna retenciones, enseguida entramos y pasamos el control de frontera establecido por la policía francesa, en la aduana no nos miran y enseguida estamos en la ventanilla del ferry DFDS, teníamos la salida a las 24,00 horas con destino a Dunkerque pero queremos cambiar por el ferry anterior con destino a Dover, nos dice que no hay problema pero que no podemos permanecer en el interior del puerto porque hay que entrar con una hora de diferencia. Nos facilita una etiqueta para poder abandonar las instalaciones y volver en una hora a las 22,00 horas. Abandonamos en puerto y nos ponemos en una zona interior, para aprovechar el tiempo cenamos. Indico las coordenadas para facilitar la llegada al puerto de Dover: N51.12703//E1.33457.

A la hora acordada volvemos a entrar al puerto siguiendo la ruta anterior hasta que llegamos nuevamente ante la ventanilla DFDS para hacer el nuevo checking, afortunadamente nos dicen que pueden cambiarnos el billete con destino a Dover sin coste económico.

Es algo que no entendemos si online no había billetes para las 23,00 horas con destino a Dover y por obligación tuvimos que sacar el regreso con destino a Dunquerke que a nosotros no nos venía nada bien porque está a 50 Km. en dirección a Bélgica. Cuando subimos al barco escasamente somos una veintena de vehículos, el barco va completamente vacío. Son cosas difícilmente de entender que lo tengan completo en la web y en el momento del embarque este totalmente vacío.

La travesía es muy tranquila porque afortunadamente la borrasca parece haber pasado. Cuando llegamos a Calais desembarcamos y vemos como la imagen que tuvimos a la ida la podemos contemplar a la vuelta, todo lleno de policías y de sirenas que intimidan.

Acudimos directamente al parking habilitado como área de autocaravanas de Calais (Francia). Le volvemos a encontrar completamente lleno y las inmediaciones repletas de autocaravanas. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 50.96586 // E 1.84347.

Tenemos como alternativa seguir unos kilómetros más en dirección a París hasta un área de autocaravanas en la población de San Omer (Francia), donde llegamos en menos de una hora.

El área de autocaravanas en San Omer (Francia) es una referencia importante tanto para la salida de Francia antes de llegar a Calais como para ser utilizada a la entrada a Francia procedente del Reino Unido, tiene como bueno que es tranquila y económica.

El área dispone de una máquina que administra el agua y luz por 2 euros, se puede vaciar gratuitamente, el precio por día es de 5 euros. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N 50.75714 // E 2.25896.


Día 12 de agosto (viernes)

Ruta: San Omer-Giverny km 325 tiempo 3 h 30’

Saint-Omer es un municipio francés situado en el departamento del Paso de Calais en la región Norte-Paso de Calais. La ciudad está atravesada por el río Aa que la confiere un carácter especial.

De 1477 a 1677, Saint-Omer sufrió ataques incesantes a causa de los cuales su población se redujo de forma considerable. Se convierte en un baluarte de la reconquista católica, sus colegios y seminarios fueron germen de futuros misioneros británicos y valones.

En el siglo XIX se construye el ferrocarril lo que da lugar a una transformación y desarrollo creciente de la ciudad: comercio, escuelas, industria, hoteles y servicios.

Salimos prontito desde San Omer y antes de coger la autopista buscamos un buen sitio para repostar barato, se trata de la gasolinera de Carrefour en San Martin au Laert. El precio es de 1,047 € litro. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con: N50.75458 // E 2.24449.

Nuestro destino es la ciudad de Giverny, se encuentra a 253 km de Saint Omer, la mayoría de estos los hacemos por la autopista de peaje A-1 con un coste de 28€, llegamos al destino a las 13,00 horas.

El parking para autocaravanas en la localidad de Giverny (Francia) está detrás de los jardines de entrada comparte sitio con el aparcamiento de autobuses, se encuentra a 200 metros de la Casa de Monet y a 400 metros del centro de la ciudad. Las coordenadas GPS del lugar corresponden con N 49.07318 // E 1.52970.

El parking es completamente llano, gratuito, no tiene ningún servicio para autocaravanas pero es un placer pasar el día y la noche en esa población. Un ejemplo de cómo el turismo de las pequeñas localidades francesas atraen el turismo de autocaravana.

Lo primero que hacemos es acudir a la oficina de turismo de Giverny donde nos informan de las posibilidades culturales de la zona. Nos indican que se está celebrando la exposición única de Sorolla en el Museo de Monet y que además, para evitar las largas colas, es mucho mejor acudir al museo para sacar la entrada conjunta y así evitar la masificación de la entrada al casa de Monet.

Así hacemos, vamos al museo de Monet y sacamos el ticket combinado museo + casa Monet pagamos 53,50 euros (dos adultos y dos niños). El horario es hasta las 18,00 horas, tiempo suficiente para poder ver ambos.

La exposición de Sorolla en Giverny es una oportunidad única que nos ofrece la vida de poder contemplar una serie de cuadros que se han reunido del pintor dentro de un marco que fue anteriormente compartido por Monet, además tenemos la ocasión de poder analizar algunos de los cuadros de Sorolla frente a parte de la obra de Monet.

Sorolla no fue un pintor impresionista, tampoco fue considerado como academicista ni historicista. Simplemente fue un pintor moderno, capaz de romper con las obras acartonadas de Coubert, de Manet porque con su vida al borde del mediterráneo sustituyó el realismo, el folclorismo y el paisajismo de nuestros pintores de la época por un estilo propio –mirando en paralelo pero haciendo algo diferente a la corriente impresionista– tratando de dotar a su obra de innovaciones técnicas y un naturalismo iluminado que vive de las fuentes de Velázquez en lo que correspode con el estilo y la calidad de su trazo. Capaz de plasmar la luz y el aire, de plasmar las alegrías de las personas, los afanes y los sufrimientos del trabajo.

El origen de Sorolla era muy humilde y tuvo un mérito grande su aprendizaje, su formación y su desarrollo como pintor. Su obra maduró dentro de un ambiente liberal y culto, tuvo amigos como Blasco-Ibáñez o Pérez de Ayala. Tenía una tendencia hacia la innovación el progreso unidad a una facilidad de vida cosmopolita y comunicación propia que le hizo conectar fácilmente con el mundo de la pintura.

Se le clasifico como un hombre aburguesado, superficial y de unas dotes especiales por la sensualidad quizás todos son atributos de la modernidad que esgrimía el pintor que le ha tenido desde su muerte con un resentimiento por una obra que ahora es reconocida como el segundo pintor español más importante del siglo XX después de Picasso.

Ahora su obra está presente en el Museo Metropolitan de Nueva York, también el Museo de Orsay de París, en el Museo del Prado y en el Museo de Sorolla de Madrid.

La primera de las obras que podemos contemplar “El Beso de la Reliquia”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1893, procede del Museo de Bellas Artes de Bilbao, realizado en óleo sobre lienzo.

El cuadro nos muestra el interior de la Iglesia de San Pablo, en Valencia, donde aparecen humildes fieles que se reúnen en torno a la figura de un sacerdote para besar la reliquia que sostiene entre sus manos. En los rostros de estas mujeres y niños podemos ver la tristeza de su pobreza. En contraposición, la cara del sacerdote muestra un gesto adusto y estricto. A la izquierda, vemos un monaguillo vendiendo estampitas religiosas. En esta pintura, Sorolla se encuentra en perfecto dominio de su pincelada. Ilumina el área izquierda de la composición poniendo el foco en el pañuelo de la cabeza de la mujer que besa la reliquia, manteniendo el área izquierda en penumbras. Sorolla ilustra la escena detalladamente pero, a la vez, con una pincelada suelta. Sin la perfección de los neoclásicos pero, todavía, sin la soltura de los impresionistas.

El siguiente cuadro “Triste Herencia”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1899, procede de la Fundación Bancaja de Valencia, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 285 x 210 cm.

Se trata de una obra de grandes dimensiones en la que se representa una escena tomada al natural de la playa del Cabañal de la ciudad de Valencia (España), en la que se ven diferentes niños afectados de varios tipos de incapacidad que se disponen a tomar un baño en el mar como medida terapéutica para combatir sus problemas de salud.

Destaca la figura central de uno de los niños que se mueve con dificultad apoyado en unas muletas en el que pueden apreciarse las secuelas de poliomielitis, enfermedad por entonces muy frecuente y que producía graves afectaciones del aparato locomotor. Un religioso de la orden de San Juan de Dios vigila atentamente a los pequeños. La obra pertenece a la primera época del pintor en la que trató varios temas de interés social.

Este cuadro se presentó a la Exposición Universal de París del año 1900, y fue premiado con el Grand Prix. En 1901 obtuvo la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes (España). Fue adquirido en 1981 por Bancaja a la Iglesia de la Asunción de Nueva York

El siguiente cuadro “Vuelta de pesca: transportando un barco”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1894, procede del Museo Orsay (Francia), realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 265 x 403.5cm.

Sorolla comienza hacer diversos estudios sobre el mar estuvieron siempre relacionados con el mundo del trabajo de los pescadores. Es a partir de este momento cuando Sorolla se entrega con entusiasmo a pintar en la playa obras que en unos casos resultan ser la disculpa para llevar a cabo esplendorosos y complicados estudios de mar.

El siguiente cuadro “Cosiendo la vela”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1896, procede del Museo Cívico de Venecia, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 222 x 300 cm.

La obra corresponde con una serie de cuadros luminosos que abordan los trabajos de la clase obrera. Realizó Cosiendo la vela durante una estancia estival en Cabañil. Esta composición, que parece inspirada en una estampa popular, muestra a unas mujeres en un patio ajardinado que cosen una enorme vela blanca, en la que se despliegan las dimensiones de la luz. La inmensa tela se extiende en diagonal y se pierde en perspectiva en el fondo del cuadro, a través de una puerta abierta que muestra un paisaje luminoso.

El siguiente cuadro “Encajonando Pasas”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1900, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 89 x 126 cm.

Es otra de las obras de Sorolla donde se ve a la gente trabajando, en esta ocasión la escena de interior en el que varias mujeres con indumentarias blancas y negras se encuentran sentadas en hilera, inclinadas hacia delante, concentradas en su trabajo de encajonar las pasas.

El siguiente cuadro “Los Pimientos”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede de New York. The Hispanic Society of America, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 96 x 130 cm.

El cuadro muestra escenas costumbristas, aparece la imagen de una joven que está poniendo sobre una cazuela unos pimientos rojos ante la atenta mirada y dirigido por un hombre mayor, se encuentra sentado y destacan en sus pies las tradicionales albarcas del Mediterráneo.

El siguiente cuadro “Preparación de pasas secas en Jávea”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1900, procede del Museo Orsay de París, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 96 x 130 cm.

Sorolla estaba encantado con la búsqueda de la luz del Mediterráneo. En septiembre de 1900 acude ya con su mujer e hijos a Jávea. Es entonces cuando le atrae sobremanera un tema alicantino de aquella comarca septentrional tan típica como la elaboración de la pasa.

El siguiente cuadro “La Trata de Blancas”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1894, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 166,5 x 195 cm.

En el cuadro aparecen representadas un grupo de mujeres vestidas a modo de campesinas con mantillas y pañuelos en sus cabezas que semejan estar dormitando, a excepción de la anciana de negro que las acompaña, la cual permanece despierta y vigilante. Con el angosto espacio que se refleja en el cuadro, el pintor trata de simbolizar la imposibilidad de huir del destino. Sin embargo, la alusión a la prostitución se hace de una manera velada, revelándose una gran piedad por parte del autor en la forma de encarar al tema.

La pintura fue objeto de críticas positivas y negativas, aunque destacaron especialmente estas últimas entre los ultra moralistas católicos del momento. Algunos de estos se quejaron de que un pintor tan sobresaliente como era Sorolla hubiese «manchado su hermoso y brillante pincel con el hollín de los lupanares», tachando a la obra de indecorosa junto con otras de temática parecida.

El siguiente cuadro “Pescadoras Valencianas”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede de la Diputación de Valencia, realizado en óleo sobre lienzo.

Joaquín Sorolla había descubierto las cualidades de la pintura al aire libre, la magia de la luz del Mediterráneo y, por fin, tras larga búsqueda, había encontrado su asunto en algo que, precisamente, le era extremadamente familiar: Valencia y su mar. Este lienzo en cuestión resume la potencia creadora y lumínica de los cuadros de este momento, plenos de un color a veces abrumador. Unas mujeres, entregadas a una lectura anónima, ocupan un primer plano en el que destaca secundario un tipo marinero cerrando la escena por la izquierda. De fondo, las aguas del mar surcadas por los veleros.

El siguiente cuadro “Después del baño”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1902, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 102 x 162 cm.

El cuadro de estilo costumbrista refleja la luz y el sentimiento maternal que se produce después del baño a un niño de corta edad, la escena es radiante y no deja dudas de la felicidad del momento.

El siguiente cuadro “Niños a la orilla del mar”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede del Museo del Arte de Philadelphia, realizado en óleo sobre lienzo.

Sorolla, a lo largo de su carrera artística, representó, en diversas poses y situaciones, a otros jóvenes desnudos bañándose en la playa, hasta el punto de que se puede considerar un tema específico de su obra.

El siguiente cuadro “El Verano”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1904, procede del Museo de Bellas Artes de La Habana, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 149 x 252 cm.

Otro de los cuadros relacionados con el costumbrismo en el disfrute de la playa, donde se representa como la gente disfruta del baño excepto una madre que saca desnudo al niño a regañadientes.

El siguiente cuadro “La hora del baño. Niña sobre la playa”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1904, procede del Museo de Bellas Artes de La Habana, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 149 x 252cm.

Este tipo de obras con escenas de playa son las que dieron al artista mayor fama por su capacidad para trabajar la luz y el movimiento. Es una aportación más personal de Sorolla y en ellas exhibe su virtuosismo para representar los escenarios posibles sobre el mar donde aparece: el agua, siempre en movimiento, con transparencias, reflejos, reverberaciones…

La elección de un punto de vista alto que suprime el cielo y el horizonte es sin duda un recurso para evitar el deslumbramiento y analizar mejor los matices del color en que se descompone la luz cegadora de la playa.

El siguiente cuadro “El barco blanco, Jávea”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede de una colección privada, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 105 x 150 cm.

Joaquín Sorolla visita por primera vez Jávea en 1896 y le sorprende agradablemente la belleza del lugar y por lo diferente que es su costa respecto a la de Valencia queda patente en el telegrama que envía a su mujer al llegar, y en la carta que a continuación le escribe: «Jávea sublime, inmensa, lo mejor que conozco para pintar… estaré algunos días. Si estuvieras tu, dos meses».

El siguiente cuadro “Fin de jornada, Jávea”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede de una colección privada, realizado en óleo sobre lienzo.

Sorolla acude a Jávea durante cuatro veranos, a veces acompañado por su familia y otras con más libertad de movimientos, y pintó allí un centenar de apuntes y cuadros.

En 1905, parece ser Sorolla abandona precipitadamente Jávea debido a un suceso turbio que todos ocultaron con un pacto de silencio. Parece que durante aquel verano intimó con una de las criadas que iban a lavar a la noria. Lo cierto es que después de 1905 Sorolla no volvió nunca más a Jávea.

El siguiente cuadro “Pescador Valenciano”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede de una colección privada, realizado en óleo sobre lienzo.

En este cuadro Sorolla ha dado un paso más para acercarse a un retrato sobre el mar, normalmente pintaba en la playa a una distancia considerable que incluso se la marcaban las autoridades para no interrumpir la vida cotidiana en las playas donde acudía con su caballete.

El siguiente cuadro “Pescadores Valencianos”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1895, procede de Fundation Charitable, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 65 x 87 cm.

El óleo rinde un homenaje al quehacer de los pescadores de la tierra natal del pintor y capta con destreza el reflejo de un sol radiante en la espuma del mar. En ella aparecen retratados unos pescadores que llevan a cabo sus faenas diarias. El interés primordial de Sorolla por los efectos lumínicos se aprecia en el propio escenario donde tiene lugar la acción, así como en la superficie de todos los elementos representados. La gama cromática todavía acusa la herencia de las pautas marcadas por el mundo académico, aunque el valenciano ya comenzaba a introducir ese brillo que posteriormente caracterizó su producción. De la misma manera, la pincelada aún dista en gran medida de aquella que imprimirá durante su etapa de madurez.

El siguiente cuadro “Día Gris sobre la playa de Valencia”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1901, procede de una colección privada, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 64 x 95 cm.

Las aguas grises, como el cielo encapotado, anuncian la cercana tormenta. En primer plano dos bueyes que en aquella época ayudaban a los pecadores acercarse a la playa cuando regresaban de las faenas diarias de pesca.

El siguiente cuadro “Rocas en el cabo de Jávea”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede de The Hispanic Society of America, New York, realizado en óleo sobre lienzo.

En 1905, Sorolla preparaba su primera exposición individual, que se realizará el próximo año en París y quería tomar un poco de pintura nueva en todas partes. Sabiendo de sus anteriores estancias en Jávea cómo el color y la transparencia del agua podrían contribuir a su trabajo, decidió pasar un largo verano allí pintado acompañado de la familia. Fascinado por los reflejos de la luz del verano, produjo muchas obras cuya técnica y pictórica alcanzo picos difícil de superar.

El siguiente cuadro “Bote blanco”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo.

Ese verano de 1905 Sorolla pinta un total de dieciséis obras importantes con el tema de «mar y rocas». Son todas muy similares sólo que en este caso el ángulo desde el que esta pintado impide que aparezca el potente fragmento de costa de las estribaciones del cabo de San Antonio.

El siguiente cuadro “Rocas en Jávea y barco blanco”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede del Museo Carmen Thyssen, Málaga, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 62,5 x 84,7 cm.

El cuadro está fechado en 1905 corresponde con último año que Sorolla pinta en Jávea; verano que añora el resto de sus días y al que tan a menudo hace referencia en las cartas a su mujer, pues fueron días felices y de grandes logros artísticos.

El siguiente cuadro “Nadadores en Jávea”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1905, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 61 x 50 cm.

Una buena parte de la obra de Sorolla está relacionada con el mar y es la más abundante de su producción. El pintor se siente atraído por el color del mar, de ese azul intenso y de las transparencias que le fascinaban. También se refiere a las emociones intensas producidas por la contemplación del mar.

El siguiente cuadro “Helena entre rosas”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede del Museo de Bellas Artes de La Habana, realizado en óleo sobre lienzo.

En 1906 da un giro importante en su obra y comienza introducir en su pintura los jardines, siempre desde un punto de vista intimista. En un primer lugar comienza pintando los jardines de Sevilla, después de la Alambra y del Generalife y, finalmente, de su propia casa de Madrid.

Precisamente esos jardines, los de su casa madrileña, son los que nos muestra en “Helena entre rosas”. Un cuadro donde retrata a su hija Helena leyendo un libro entre un mar de rosas. En cuadro juega con el contraste entre el verde de las hojas y el color rosa de las flores, un color del que también va vestida su hija para que forme un todo con el resto de la obra.

El siguiente cuadro “Mis Hijos”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1897, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo.

El cuadro representa el retrato de sus hijos pequeños de Joaquín, María Clotilde y Elena, están vestidos de forma burguesa, este tipo de cuadros no eran muy admirados por la critica que le consideraban uno más de los pintores de sus tiempo.

El siguiente cuadro “Clotilde en el estudio”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1900, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 96,5 x 65,5 cm.

Joaquín Sorolla y Clotilde se conocieron de adolescentes. Joaquín era amigo de Juan Antonio, el hermano mayor de Clotilde y compañero en la Escuela de Bellas Artes de Valencia. A través de Juan Antonio, Sorolla comenzó a trabajar para el padre de éste en el estudio de fotografía.

Parece ser que Joaquín y Clotilde se enamoraron pronto, aunque no quedan pruebas escritas de su relación, salvo tres cartas en las que Sorolla menciona de forma cariñosa a su futura mujer.

El siguiente cuadro “Clotilde con vestido gris”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1900, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo.

El retrato de Sorolla trata de vislumbrar una sencilla sonrisa en sus labios, aunque su mano derecha aparezca apoyada en un gesto algo forzado sobre el brazo de la silla que tiene a su lado. Conviene no pasar por alto el modo en el que el pintor resuelve el efecto de drapeado de las mangas del vestido que luce su esposa.

El siguiente cuadro “Madre”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1895-1900, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 125 x 169 cm.

Esta pintura es una de las más bellas y misteriosas de Sorolla. Muestra en una escena íntima a la esposa del artista, Clotilde, con una niña recién nacida, ambas están acostadas y casi totalmente tapadas con una colcha blanca de gran tamaño.

El siguiente cuadro “Mujer desnuda”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1902, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo.

Clotilde aparece en la cama de espaldas al espectador porque no quería que se le viese la cara. Sorolla ha logrado en esta pintura que las sábanas satinadas de color rosáceo junto al sensual cuerpo de Clotide sean los auténticos protagonistas del cuadro. Está perfectamente lograda la fusión del color blanco en los tonos rosados brillantemente iluminados por una luz que viene de la parte derecha del cuadro y pierde intensidad cuando sobrepasa el cuerpo de Clotilde, espléndida en su desnudez.

El siguiente cuadro “Autorretrato”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1904, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 100,5 x 66 cm.

Sorolla pintó hasta quince autorretratos de los que ocho se conservan en el Museo Sorolla de Madrid. Este lo realizó cuando apenas había entrado en los cuarenta y en su segura pose, confiada y firme parece querer dejar claro el excelente momento de madurez y éxito profesional por el que atravesaba en aquellos momentos

El lugar donde Sorolla se autorretrata es en su propio estudio y desde allí contempla al espectador con una mirada fija y penetrante, casi desafiante.

En este autorretrato quiso Sorolla rendir un homenaje a su digno oficio de pintor y para ello buscó la inspiración en el maestro Velázquez y más concretamente en su autorretrato de Las Meninas. Las referencias al genio malagueño se aprecian en múltiples detalles de la obra como en la profundidad del espacio marcado prácticamente tan solo por los lienzos de las paredes, también en el lienzo en blanco que se muestra a la derecha o en los característicos colores del Siglo de oro, sobrios y oscuros e iluminando sólo las zonas a resaltar como el cuello de la camisa que enmarca un rostro resplandeciente.

El siguiente cuadro “La familia Benlliure Arana”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo.

El cuadro representa la amistad que tuvieron entre Sorolla y el escultor Benlliiure. En el cuadro aparece en el primer plano el hijo José Luis Mariano el único hijo que tuvo con la cantante Lucrecia Arana, el niño esta vestido de marinero junto a su madre que posa elegantemente vestida sentada sobre un sofá con tapicería dorada. Detrás de ellos cuelga un espejo donde se ve trabajando al escultor como un homenaje a su figura.

El siguiente cuadro “Clotilde con un vestido negro”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1908, procede del Metropolitan Museo de Nueva York, realizado en óleo sobre lienzo.

Enorme cuadro realizado a tamaño natural donde se ve a su mujer Clotilde está ataviada con un elegante vestido de noche negro, en el salón de su casa de Madrid. Al fondo, el cuadro de la “Santa en oración” que Sorolla pintó al poco de casarse con ella y que debía tener un significado especial para ambos. Entre tanto marrón y negro, solo destacan dos focos de color: la silla oriental roja en la que se apoya Clotilde y la flor amarilla que lleva en la cintura.

El siguiente cuadro “Retrato de Aureliano de Beruete”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1908, procede del Museo del Prado de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 115,5 x 110.5 cm.

El personaje retratado es el pintor Beruete con el que Sorolla tuvo una importante relación. Dada su amplia y sólida formación humanística y la mayor edad que tenía con respecto a Sorolla, Beruete ejerció sin duda una notable influencia sobre su amigo, cuyo compromiso con los objetivos del regeneracionismo se debe, en buena parte, al ideario del paisajista, uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Además, por sus buenas relaciones sociales pudo introducir a Sorolla como pintor de retratos en los círculos de la nobleza y la alta burguesía en la ciudad de Madrid.

El siguiente cuadro “Retrato de Antonio García”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1908, procede The Hispanic Society of America, realizado en óleo sobre lienzo.

El cuadro es un retrato de su suegro el fotógrafo valenciano Antonio García, fue una persona muy influyente en la sociedad burguesa de la época porque tenía muchos contactos con la clase social más alta de Valencia. Esto facilito el desarrollo de la pintura de su yerno en sus primero años.

El siguiente cuadro “Clotilde en los jardines de la Granja”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede del Museo de Bellas Artes de La Habana, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 100 x 170 cm.

Joaquín Sorolla acude a La Granja en 1907 invitado por Alfonso XIII. Sorolla retratará al Rey en los Jardines, pero al mismo tiempo capta los instantes de su familia en el jardín y los paisajes y la luz única del lugar en aquellos meses del verano y del otoño de 1907. A pesar de que han sido muchos los artistas que han pintado los jardines y los paisajes de La Granja, quizás ninguno de ellos haya logrado captar su luz clara e intensa.

El siguiente cuadro “Retrato de Raimundo Madrazo y Garreta”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede del Metropolitan Museo de Nueva York, realizado en óleo sobre lienzo.

Raimundo de Madrazo y Garreta fue un pintor español realista del siglo XIX. Era hijo y discípulo del famoso retratista Federico Madrazo, cuñado del no menos famoso Mariano Fortuny, hermano de Ricardo Madrazo y nieto del notable pintor José Madrazo. Hoy, algunas de sus obras se encuentran expuestas en los mejores museos de Europa, como en el Museo del Prado.

El siguiente cuadro “Retrato de Antonio García sobre la playa”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1909, procede del Museo Sorolla, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 150 x 150 cm.

Sorolla realizó en distintos momentos de su carrera varios retratos de su suegro, en este caso quiso rendir homenaje a quien fuera fiel acompañante de sus sesiones de trabajo a la orilla del mar durante sus campañas de verano en las playas de Valencia, y al reconocido fotógrafo que, aunque disfrutaba de una bien merecida reputación en su profesión, siempre había albergado inquietudes de pintor, que de algún modo veía satisfechas con orgullosa admiración en la figura de su yerno.

El siguiente cuadro “María en los jardines de la Granja”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede del Museo Sorolla, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 56 x 89 cm.

María esta retratada en el centro de la imagen, está acompañada de una niña, hija del crítico Leonard Williams, que lleva un aro en su mano derecha. Las dos visten de blanco, María con sombrero. Detrás un estanque circular, donde se reflejan los árboles y el cielo. Al fondo árboles, macizos de plantas y un banco de madera, en el que reposa una mujer.

El siguiente cuadro “El baño en la Granja”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede del Museo Sorolla, realizado en óleo sobre lienzo.

Los niños representados son los hijos del capataz del Patrimonio en el Palacio de La Granja de San Ildefonso: los hermanos Jesús (1903-1929) y Juliana Fernández Pérez (nacida en La Granja de San Ildefonso el 9 de agosto de 1899 y fallecida en Salamanca en 1987).

Dña. Juliana Fernández Pérez contaba cómo fue durante varios días a posar junto a su hermano (cuatro años menor que ella) para Sorolla. Por cada jornada “nos daba 2,50 pesetas por día. Estábamos una hora aproximadamente muy quietecito los dos, porque nos pagaba puntualmente al terminar cada jornada”.

El siguiente cuadro “Saltando a la comba, La Granja”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede del Museo Sorolla, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 105 x 166 cm.

Cuadro pintado durante la estancia de Sorolla en La Granja de San Ildefonso en el verano de 1907. Recoge en primer término a su hija pequeña Elena saltando a la comba junto a otras niñas, alrededor de una fuente de uno de los jardines de La Granja. Los jardines de La Granja servirán como fondo de muchas escenas familiares y retratos realizados aquel verano, en que retrata a su mujer y a sus hijas así como a los reyes. Su interés por el tema del jardín en los cuadros queda patente ya desde el año anterior en que pinta pequeños rincones del jardín de su casa madrileña de la calle Miguel Ángel, y lo retoma aquí en su estancia en La Granja unas veces tomándolo como fondo de las composiciones y otras, siendo el protagonista de sus cuadros.

La obra entera destila instantaneidad, animada por el movimiento de todas las figuras que ha quedado detenido en un momento, como si de una toma fotográfica se tratara. A esa sensación contribuye la propia composición, impulsada por una espiral de energía cinética creada por las figuras que corren alrededor del estanque. El mayor alarde de instantaneidad es la figura de Elena en primer plano, captada en pleno salto, como indican la sombra proyectada en el suelo y la cuerda apenas visible con la que juega. La propia iluminación, con la luz solar filtrándose entre la vegetación, y la indefinición de rasgos acentúan nuestra impresión de visión fugaz.

El siguiente cuadro “María pintando en el Pardo”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1907, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 80 x 106 cm.

Este es el último retrato que Sorolla pintó sobre su hija María durante su estancia en el Pardo a causa de la convalecencia de tuberculosis. Sin embargo, en este cuadro, a diferencia del resto de la serie, María se muestra casi completamente recuperada. Ha abandonado la tarima en la que aparecía recostada, y el abrigo y la gorra, que le acompañaron en las otras representaciones, han sido sustituidos por un ligero vestido blanco y un sombrero sujetado por un pañuelo atado al cuello, indicándonos que los días invernales son cada vez más calurosos. Bajo una sombrilla, María aparece sentada sobre una silla de madera y en su regazo sostiene un estuche de colores, en una actitud de dibujar el paisaje que está contemplando.

El siguiente cuadro “El puente de San Martín, Toledo”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo.

Sorolla nos presenta la ciudad de Toledo donde describe con mucho detalle la proyección deslumbrante de la luz mediterránea, expresiva y vitalista, de la pintura de Sorolla sobre la aridez, tantas veces dura y adusta, de la Castilla profunda, en esta ocasión con ese Toledo como escenario de referencia al que el artista levantino visitó, emocionado y cautivo de su hermosura.

El siguiente cuadro “Sombra del puente de Alcántara”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 66 x 93.5 cm.

Sombra del Puente de Alcántara. Toledo, de 1906, es un magnífico ejemplo de la táctica con que Sorolla escoge sus encuadres para poner al espectador ante un espectáculo de pura pintura: eliminando el cielo y el horizonte, el lienzo se cubre de largas y rápidas pinceladas cargadas de color que nos hacen disfrutar con el placer mismo de la imagen casi abstracta de luces y reflejos, antes de permitirnos reconocer el motivo representado, la sombra del puente -que no está en la propia imagen-, proyectándose en el agua del río que fluye: el objeto representado por su sombra en un medio transparente y en movimiento es una vuelta de tuerca en el proceso que tanto apasionaba a Sorolla: el de convertir los objetos en efectos visuales.

El siguiente cuadro “María sobre la playa de Biarritz”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 63 x 92 cm.

La hija del pintor Sorolla, María viste de blanco, color de su sombrero y zapatos. La reverberación de las olas y la espuma del mar del fondo, ensombrece la figura de la muchacha.

Pintado durante el verano de 1906. Posiblemente la escena este tomada desde el paseo del faro. En ángulo superior derecho puede verse parte de la Roche Ronde (La Roca Redonda).

El siguiente cuadro “Silueta blanca, Biarritz”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 63 x 92 cm.

Gracias a la enfermedad de María es por lo que el pintor establece una relación importante con el País Vasco. Durante el verano de 1906 la niña enferma. Aquejada de fiebre, malestar y cansancio, el padre decide que su hija sea vista por el doctor Madinaveitia. Desgraciadamente, el diagnóstico no deja duda y María es víctima de la tuberculosis, enfermedad que causa estragos en ese momento.

El siguiente cuadro “Instantánea, Biarritz”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1906, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo.

En su finca de San Sebastián, Sorolla pasará numerosos veranos pintando distintos paisajes de la ciudad donostiarra ya que la casa del médico vasco se convierte para el pintor en una privilegiada atalaya desde donde se divisan el Monte Igueldo y el puerto de San Sebastián.

El siguiente cuadro “Paisaje asturiano”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 63 x 95 cm.

En primer término, dos grandes almiares sobre un campo de hierba con cercas de piedra. Tras ellos, caserío blanco con tejados rojos y un hórreo situado a la derecha. Al fondo, cerros cubiertos de vegetación oscura y cielo azul rojizo con destellos dorados.

El siguiente cuadro “Triste herencia”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1899, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo.

Este cuadro es un estudio muy parecido a otro que muestra a un cura, en este caso solamente aparecen los niños bañándose y otros frente a la playa, están desnudos y muestran los que el pintor llamo “triste herencia” y no es otra que las secuelas de la terrible enfermedad de la poliomielitis.

El siguiente cuadro “Triste herencia”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1899, procede de un coleccionista particular, realizado en óleo sobre lienzo

Este cuadro es un estudio `previo del definitivo donde el cura es uno de los protagonistas de la escena, en este caso solamente aparecen los niños bañándose y otros frente a la playa, están desnudos y muestran los que el pintor llamo “Triste herencia” y no es otra que las secuelas de la terrible enfermedad de la poliomielitis.

Los siguientes cuadros “San Sebastián”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1917-1918, procede del Museo Sorolla, realizado en óleo sobre cartón.

Estos dos cuadros sobre cartón son dos estudios previos sobre la vida en la ciudad de San Sebastián.

Sorolla se esmeró muchísimo en pintar una geografía que representara la esencia de la región, y además, para encarnar el clima optó por la representación de nubarrones cargados de lluvia que se complementan con los troncos y las hojas verde oscuro de los plátanos medio escondidos que imprimen al cuadro un ambiente pesado.

El siguiente cuadro “Joaquín durmiendo”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1895, procede del Museo Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre tabla.

El cuadro es un pequeño boceto que no llegó a darle una forma definitiva. Representa a su único hijo varón dormido en una mecedora, a la edad de tres años. Viste de color rosa, calcetines blancos y zapatos negros.

El siguiente cuadro “Calle de las naranjas, Alcira”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1903, procede del Metropolitan Museo de Nueva York, realizado en óleo sobre lienzo.

Sorolla lleva el tema de la naranja extraído de sus paisajes de Alcira o Valencia. Cuando hace la composición de Valencia para la Hispanic Society representa un cortejo en el que portan racimos de naranjas, señala la influencia de la naranja en la literatura y su simbolismo erótico.

El siguiente cuadro “El niño curioso”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1916, procede de la Fundación Villar Mir, Madrid, realizado en óleo sobre lienzo.

La pintura de Sorolla cambia en las distintas etapas de su vida. Sin embargo, como rasgo general se puede ver que quita importancia al dibujo aunque siempre se apoya más en el color, cuya aplicación variaba: grandes pinceladas horizontales en el mar, pinceladas más difusas en el cielo y en las figuras.

El siguiente cuadro “Patio de la casa de Sorolla”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1917, procede Colección Carmen Thyssen, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 95,9 x 64,8 cm.

Patio de la Casa Sorolla forma parte de una serie de estudios que Sorolla pintó sobre el jardín y los patios de su casa de Madrid. Aunque en general no tienen fecha ni están firmados, sabemos que fueron realizados entre 1914 y 1920, en diferentes horas del día y en distintas estaciones, aunque el jardín sería captado la mayoría de los casos en primavera, cuando la floración luce con mayor esplendor.

El siguiente cuadro “Helena en la cala de San Vicente, Mallorca”, obra de Joaquín Sorolla, esta datado en 1919, procede del Museo de Sorolla de Madrid, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de 81 x 105 cm.

Helena pasando, casi de espaldas, por las rocas de un acantilado. Recoge la falda de su vestido con la mano derecha, en la izquierda sostiene un sombrero de paja con adornos negros. Detrás, el mar de aguas serenas y parte del Caval Bernat, iluminado por el sol del atardecer.

El recorrido por la exposición de Sorolla termina con esta obra pero el Museo Giverny ha elegido una obra que conecte el impresionismo, si consideramos que Sorolla fue un verdadero impresionista, y la obra contemporánea.

La obra que cierra el recorrido “Sorolla un pintor español en París” y empieza un puente imaginario con la colección permanente del Museo de Giverny es una escena de un baño del artista suizo Kotcha Reist, se ha seleccionado en función de los numerosos lienzos de Sorolla que trataba el baño y se desarrollan a la orilla del mar. Este lienzo el autor lo titula “Die Warcheit”, en alemán “La Verdad”, donde el cromatismo está formado por el mar, el azul intenso del agua, cubre la superficie que rodea las dos figuras, dotando de una atmósfera irreal. Mientras en la obra de Sorolla se explora la luz y el color para revelar con mayor valor sus elementos, por el contrario, Reist utiliza la materia pictórica para disolver la información y dotar al cuadro de un aura de misterio, entre la anécdota y la alegoría.

El primer lienzo de la exposición permanente “Die Wahrheit”, obra de Kotscha Reist, estada datado en 2003, realizado en óleo sobre lienzo. Tiene unas medidas de de 100 x 190 cm.

La obra Kotscha Reist se mueve entre la abstracción y la figuración. Los árboles, los animales, sino también la arquitectura son motivos recurrentes. Curiosamente, muchos de sus dibujos fueron realizados extraídos de una palabra, una frase leída en alguna parte. Es necesario un tono verbal para construir una imagen.

La siguiente obra “El estanque de Monet”, obra de Hiramatisu Reiji, pintado siguiendo la técnica japonesa del Nihonga, esta datada en 2011. Tiene unas medidas de 65,2 x 90,9 cm.

La exposición “Hiramatsu, la charca del lirio. Homenaje a Monet “demostrará que, de la misma manera que las impresiones japonesas eran una manera de introducir una nueva filosofía de espacio y la luz de los impresionistas, los lienzos de Monet eran una fuente de inspiración para Hiramatsu Reiji. Nacido en Tokio en 1941, este pintor japonés visitó París por primera vez en 1994 y descubre las enormes pinturas "Waterlilies" en la Orangerie. Y tomando la oportunidad de pasear en los pasos del maestro francés visitando el jardín en Giverny.

La siguiente obra “La mujer campesina y pajares, Giverny”, obra de Louis Paul Dessar (1867-1952), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1892.

Entre los años 1880 y 1890, miles de estudiantes estadounidenses invadían París y sus escuelas de arte. Llegaron atraídos por un plan de estudios más liberal que lo que estaba disponible en los Estados Unidos, y que aspiraba a competir en el ámbito internacional, el éxito de los artistas estadounidenses en la asimilación de la formación tradicional francesa se refleja en el número de entradas y premios que recibieron en los salones anuales de París.

La siguiente obra “El gran valle IX”, obra de Joan Mitchell (1925-1992), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1983-1984.

Joan Mitchell era una pintora americana de segunda generación, expresionista abstracta pintora y grabadora. Ella formaba parte del movimiento expresionista abstracto estadounidense, a pesar de que gran parte de su carrera tuvo lugar en Francia. Junto con Lee Krasner, Grace Hartigan, Helen Frankenthaler, Shirley Jaffe y Sonia Gechtoff, que era una de las pocas mujeres de su época pintoras que obtuvieron el éxito de crítica y público. Sus pinturas y grabados pueden verse en los principales museos y colecciones de todo Estados Unidos y Europa.

La siguiente obra “Nenúfares con ramas de sauces”, obra de Claude Monet (1840-1926), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1916-1919. Tiene unas medidas de 160 x 180 cm.

Claude Monet fue unos de los precursores del Impresionismo, influyó profundamente en la pintura paisajística. Conoció al núcleo de sus amigos impresionistas en París mientras asistía al estudio de Glenyre. Monet, que rompió con las técnicas pictóricas establecidas, supo captar los efímeros efectos de las horas del día, la atmósfera y las estaciones sobre el color y la luz. Su arte, al igual que un prisma, descomponía el color en elementos individuales y nunca utilizaba el negro o los tonos grisáceos. Pintaba con frecuencia los mismos lugares para representar los cambios de luz y las condiciones atmosféricas.

La siguiente obra “La draga de Rotterdam por la noche”, obra de Maximilien Luce (1858-1941), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1908.

Maximilien Luce fue artista muy prolífico francés neo-impresionista, conocido por sus pinturas, ilustraciones, grabados y artes gráficas, y también por su activismo anarquista. Comenzando como un grabador, que luego se concentró en la pintura, en primer lugar como un impresionista, a continuación, como un puntillista, y, finalmente, para volver al impresionismo.

La siguiente obra “Una calle en Louveciennes”, obra de Alfred Sisley (1839-1899), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1876.

La guerra franco-prusiana de 1870 arruinó a su familia y obligó a Sisley a marchar a Londres. Decide entonces ser pintor. En 1874 expuso en la primera exposición de los impresionistas y lo continuaría haciendo en 1876, 1877 y 1882.

Sisley fue eminentemente un pintor paisajista, que se distinguió de sus colegas impresionistas por la decisiva intervención en sus cuadros de los elementos más imponderables: el agua, la nieve, el cielo, la niebla, de tal forma que ha sido considerado, junto a Monet, como uno de los impresionistas más puros. Entre 1872 y 1880 realizó lo mejor de su producción: paisajes de gran espontaneidad de los alrededores de París, de Marly, Louveciennes, Bougival, Sèvres, Saint-Cloud o Meudon. Paisajes soleados que contrastan con sus célebres inundaciones de Marly, en las que no pierde igualmente su connotación intimista y poética.

La siguiente obra “Argenteuil”, obra de Claude Monet (1840-1926), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1872. Tiene unas medidas de 160 x 180 cm.

Habitualmente, Monet se reunía con otros pintores contemporáneos en Argenteuil, muy cerca de Versalles, y allí se dedicaban a pintar au plein air, o sea al aire libre, una disciplina artística

La siguiente obra “Naturaleza muerta, un faisán”, obra de Claude Monet (1840-1926), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1872.

Esta naturaleza muerta, pintada alrededor de 1861, es una de las obras más antiguas conservados de Claude Monet. En sus primeros años el joven artista se interesa especialmente este tipo de hechos que sigue estudiando posteriormente, pero están pagando un interés especial.

La siguiente obra es una escultura “Claude Monet”, obra de Paul Paulin (1852-1937), realizado en yeso, esta datado en 1911.

La siguiente obra “Altramuces y amapolas”, obra de Blache Hoschede-Monet (1865-1947), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1872.

Los temas que la gustaba pintar a Blanche eran de la naturaleza, cerca del río, los árboles. Su estilo, impresionista, a veces es difícil de distinguir con el de Monet, especialmente durante el tiempo que permanece en Giverny 1883-1897 y luego de 1926 a 1947. Pinta principalmente por diversión.

Además de su trabajo como pintora y discípulo de Monet, también juega un papel vital en la conservación de los jardines de Giverny del que constituía una fuente esencial de inspiración para su padrastro: de hecho, ella pone toda su atención en su conservación, a lo largo del período 1927-1947, especialmente durante la ocupación de Giverny por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

La siguiente obra “El desayuno en el jardín”, obra de Frederick Fieseke (1874-1939), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1911.

Frederick Carl Frieseke fue un impresionista estadounidense pintor que pasó la mayor parte de su vida como un expatriado en Francia. Un miembro influyente del grupo de arte Giverny, sus pinturas a menudo se concentró en diversos efectos de la luz del sol moteada. Es especialmente conocido por pintar sujetos femeninos, tanto en interiores como en exteriores.

La siguiente obra “Brovillard y el sol de la mañana”, obra de John Leslie Breck (1859-1899), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1892.

Claude Monet se trasladó a Giverny en 1883, el no puso una escuela, ni tampoco una academia de pintura en esta localidad retirada de París pero enseguida empezaron a llegar artistas a seguir la obra del maestro, el pueblo atrae rápidamente un círculo de pintores los estadounidenses ávidos de conocer los principios impresionistas.

La siguiente obra “El cortejo nupcial”, obra de Theodore Robinson (1852-1896), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1892. Tiene unas medidas de 56,7 x 67,3 cm.

Robinson es uno de los artistas americanas que llegan a Francia para estudiar el movimiento impresionista. Entre 1884 y 1892 Robinson pasan al menos la mitad de cada año en Francia. Visita Giverny la primera vez en 1885. Hasta 1892 era el pueblo que va a pasar la mayor parte de sus estancias en Francia. Robinson se convierte en un amigo de Monet y se interesó en el impresionismo.

Robinson nunca negó la formación académica, pero vemos en este cuadro, una de las últimas obras pintadas antes de su regreso definitivo a los Estados Unidos, el pleno cumplimiento de su estilo impresionista. Su paleta se está adelgazando. Los contornos desaparecen bajo la libertad de interpretación. La composición hace hincapié en el movimiento dinámico de la procesión, perceptible incluso en el velo de novia.

La siguiente obra “Árboles y flores en Giverny”, obra de Theodore Robinson (1852-1896), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1891-1892.

En diciembre de 1892, Robinson se trasladó a Nueva York y expuso sus pinturas que había pintado en Giverny, consigue atrae la atención de la crítica y obtiene diferentes recompensas. Tal vez siguiendo el consejo de Monet, Robinson, por tanto, es su propio país, empieza a pintar al aire libre en el campo y se traslada a costa de Nueva Inglaterra. Desgraciadamente desaparece prematuramente a la edad de 44 años, víctima de un ataque de asma, enfermedad que sufría desde su infancia.

La siguiente obra “Portal de cerezas en flor”, obra de Theodore Earl Butler (1861-1936), realizado en óleo sobre lienzo, esta datado en 1912.

Theodore Robinson fue un famoso pintor estadounidense por sus paisajes impresionistas. Fue uno de los primeros artistas americanos para adoptar el estilo Impresionista a finales de 1880 tuvo ocasión de conocer a Claude Monet en Giverny. Algunas de sus pinturas se consideran obras maestras del impresionismo americano.

Aquí damos por concluida la visita al Museo de los Impresionistas de Giverny, ahora nos vamos a dirigir a la casa y jardín de Monet, ya tenemos las entradas y no tenemos que hacer la cola. Nos han recomendado que accedamos por el lugar de las visitas concertadas.

Cuando Monet descubrió Giverny era una pequeña población rural situada a 80 Km. de París. Se halla en la ribera occidental del Río Sena en su confluencia con el río Epte. El pueblo continuó siendo una pequeña comunidad rural de escasa población, teniendo alrededor de 300 habitantes cuando llamó la atención de Claude Monet en 1883, quien trasladaría allí su lugar de residencia. En un principio, arrendó una casa y sus terrenos adyacentes a un terrateniente local. Más tarde, en 1890, una mejor situación económica le permitiría comprar la casa y construir los impresionantes jardines que deseaba pintar.

El jardín sería el escenario de muchas de sus obras más trascendentes, como los Nenúfares o el estanque de las ninfeas y el puente japonés. El maestro impresionista vivió en Giverny desde 1883 hasta su muerte en 1926. Tanto él como muchos de sus familiares están enterrados en el cementerio local. Su llegada transformó el lugar en un punto de referencia para los artistas de esta escuela: Cézanne, Renoir, Sisley, Pissarro, Matisse y John Singer Sargent lo visitaron, como también Georges Clemenceau, amigo de Monet.

En 1980, a raíz de la restauración de la casa y el jardín de Monet, y de su apertura al público, la ciudad viviría un boom turístico. Los visitantes llegan en la estación del año en la que las flores del jardín están floreciendo y su visita se hace mucho más bonita

Después de años difíciles en la vida artística de Monet su vida cambia cuando decide trasladarse a vivir a Giverny, 29 de Abril de 1883. El artista tenia cuarenta y tres años, estaba en su madurez y una nueva vida se abre para él. En ese momento, es el cuándo se hace famoso y su economía mejora.

Hasta este momento había vivido y pintado de espaldas al paisaje pero el jardín junto con la pintura en su segunda pasión convirtiéndose en el corazón de esta evolución, invirtiendo así el enfoque tradicional del pintor de paisajes.

Primero se dedicada a la creación del jardín, el artista pintó en torno su propiedad como lo demuestra la cantidad de obras que realizó después se aleja radicalmente del impresionismo de los tiempos heroicos y evolucionando hacia una nueva forma particular la libertad de expresión, independiente y revela que la tercera evolución.

En Giverny, Monet recibe a críticos, historiadores del arte especialistas en jardín, a menudo también a fotógrafos.

En Giverny, Monet, por primera vez, tiene la oportunidad crearse a sí mismo un jardín y que obedece a sus necesidades pictóricas. Los árboles que había en el huerto y en la calzada central se eliminan gradualmente aunque la estructura del jardín cerrado normado sigue siendo rectilínea, que desaparece bajo la profusión de la masa vegetal. Las flores también ganan alturas y van a enzarzarse en el aro del camino de acceso. En noviembre de 1890, compra la casa que había alquilado previamente. En aquella época, Octave Mirbeau, amigo del pintor y un apasionado del jardín, revoca con mortero de yeso de color rosa la fachada, lo que hace que todavía más deslumbrante flores, y se describen las variedades florales con precisión durante todas las estaciones de año. Monet manda construir invernaderos y en 1897 se crea un nuevo taller de jardinería en el que Felix y Breuil con un equipo de cinco jardineros son contratados.

En febrero 1893 artista adquiere un terreno por debajo de su propiedad, a lo largo de un brazo del río Epte para crear un segundo jardín. Después de haber obtenido las autorizaciones necesarias, un lago artificial con nenúfares flotantes. En el margen, los sauces, los cañaverales, y las plantas acuáticas rodean este fascinante jardín acuático se mezclan la naturaleza y su reflexión personal.

En 1901 compra una segunda parcela y consigue hacer más grande el espacio dedicado al jardín después de veinte años de la llegada en Giverny, hasta conseguir el aspecto final.

Consigue mezclar de diversas fuentes de inspiración para lograr lo mejor de los jardines: francés, inglés, Mediterráneo o japonés. Pero el resultado final es único: un jardín para un pintor, jamás nunca se había creado nada igual. Se convierte entonces el motivo favorito del artista.

Durante la planificación y el largo desarrollo del jardín, Monet no pintaba. Se dedica en hacer algunos estudios de flores, especialmente los que se dedican a la decoración de la sala de estar de su marchante Paul Durand-Ruel. Viaja también para encontrar nuevos patrones de desarrollo de su pintura, que son en algunas ocasiones parte de sus preocupaciones como jardinero, marcha hasta Holanda, donde admira los campos de tulipanes; en Bordighera (Italia) donde se centra especialmente los jardines de Villa Moreno famosos por su profusión vegetal. Donde traduce la luminosidad mediterránea y la fascinación del pintor por la naturaleza de esta región.

De regreso comenzó su primera serie de pinturas se basa en “Chopos” en 1891 y en “Matinées sur la Seine” en 1896 que muestran un creciente interés con el tema de la vegetación y su reflejo en el agua, un tema que se convertirá en casi obsesivo cuando empieza a pintar sobre el lago “Estanque de Lirios”. También en la proximidad pintó sus últimos cuadros. En Noruega expresa una sensación misteriosa de inmersión en la naturaleza.

Monet, al igual que muchos artistas de su época, fue inspirado en gran medida por los pintores japoneses: participó en las famosas “cenas japonesas” donde se hablaba sobre la admiración del arte japonés, se citó a Tadamasa Hayashi, uno de los grandes pintores contemporáneos, y sus pinturas se pusieron de moda. Sólo hay que ver el retrato que hizo de su esposa, Camille vestida de japonés, pero en general le sirvió de inspiración de los artistas japoneses algunas combinaciones de colores, ciertos temas, el movimiento, y los marcos.

La influencia oriental se refleja muy bien en el jardín de Monet: en pocos años ha transformado su jardín, diseñado las calles, se plantan muchas especies exóticas de plantas, sustituyendo las manzanas por cerezas y albaricoques del Japón. China y Japón, se traen bambúes, lirios de agua y plantas raras.

Las plantas y las distintas especies y se disponen sin ningún plan preconcebido de forma asimétrica con una fuerte atracción por el Lejano Oriente.

Pero el vínculo más evidente entre el jardín de Claude Monet y los jardines japoneses obviamente es el puente, llamado el “puente japonés”, ya que tiene el mismo diseño que los de Japón, aunque aquí se pinta de verde mientras que los originales del Japón son de color rojo. Llamamos a estos puentes “puentes de luz de la luna”, porque el pasamanos permite dejar que los rayos de luz y el reflejo de la luna.

Inspirándose en la idea japonesa, Monet ha dado forma a un estanque con una parte estrecha donde la sombra de bambú no interfiere para que la luz pueda pasar bajo el puente para iluminar los lirios de agua situadas a la sombra de bambú.

Claude Monet en Giverny al igual que Joaquín Sorolla construyó su propio refugio en las afueras de Madrid, una bonita casa rodeada por un hermoso jardín que diseñó y cultivó él mismo, y que fue una constante inspiración en sus últimos cuadros. Hoy en día, la casa de Joaquín Sorolla es un museo que conserva su jardín, y numerosos cuadros, muchos sin terminar y todos aquellos objetos que fueron mudos testigos de la vida del pintor. Dicen que nunca falta un jarrón con flores frescas.

Monet se trasladó a la casa en Giverny en 1883. Se instaló allí con su gran familia mezclada. Tanto con sus hijos, de su primer matrimonio con Camille Doncieux, como con los de Alice Hoschedé, los seis hijos que ella tuvo con Ernest Hoschedé y sus dos hijos propios; su último hijo no llegará a conocer a su madre, muerta en el parto en 1879. Giverny se convertirá en un verdadero remanso de paz para Monet. Toda la familia tenía que seguir el ritmo de la vida del pintor, se llegó a decir que los niños tenían que salir de la escuela temprano para estar sentados en la mesa a las 11:30 para el almuerzo. Este es el trabajo que ha guiado la vida de Monet durante muchos años en su nueva casa. A veces se aisló varios días para pintar o salir de Giverny unas pocas semanas o meses para viajar por el Sur de Francia, Noruega o Inglaterra. El pintor, sin embargo, seguirá siendo muy unido a Giverny donde disfrutó de entretener a sus amigos en compañía de su entrañable amigo Georges Clemenceau y donde murió en 1926 a la edad de 86 años.

La casa tenía tres entradas (durante la vida de Monet dejó una entrada principal al centro y la puerta del lado derecho). Comenzamos el recorrido a través de la puerta principal y, después del pequeño salón azul y tiendas de comestibles, bajamos unas escaleras para entrar en el primer taller de Monet. En los muebles, cuadros del pintor dedicados a Alicia y a los niños, como en todas partes de la casa. En la pared, son reproducciones exactas de algunas obras que Monet que estaban colgadas en el mismo lugar. Los originales de estas pinturas ahora están dispersos en Francia y por todo el mundo. Monet utiliza este taller hasta 1899, año en la construcción de su segundo taller, más grande y más brillante.

El gran salón taller conservaba cincuenta y nueve de las mejores obras de Monet. Para su reconstrucción de los elementos y las pinturas que lo decoraban se estudiaron un profundo y minucioso histórico de las fotografías hechas en el salón durante el periodo de 1915 a 1920.

Volvemos por la habitación azul para coger las escaleras hasta la habitación de Monet, justo por encima de su taller y que tenía una vista sin obstáculos del jardín y la calle principal de Giverny. La habitación está decorada hoy siguiendo los escritos que se han podido salvar. Sabemos también que Monet había colgado los cuadros de sus amigos pintores como Cézanne, Berthe Morisot, Renoir y Caillebotte.

Cruzamos los baños sólo para encontrar la habitación de Alice donde se cuelgan los grabados japoneses que Monet le gustaban tanto y que coleccionaba como inspiración.

Al final del pasillo, la sala de Blanca Hoschedé, hija de su amante y esposa de su hijo Jean Monet en 1897. Blanca y Jean Monet heredaron la casa y vivieron allí casi hasta su muerte en 1947. El piso de arriba, era un dormitorio donde dormían los niños en la familia, pero no se puede visitar.

El recorrido continúa, se desciende a la planta baja para descubrir el famoso comedor amarillo. Monet amaba el color amarillo y optó por ese tono en toda la decoración de la habitación.

El brillo en cualquier habitación de la casa es increíble, entendemos por qué Monet se sintió tan bien aquí.

Más adelante se encuentra la magnífica cocina decorada con azulejería de color azul. Destaca la enorme cocina de leña y carbón de la marca Briffault, era un clásico en las cocinas de la clase más pudiente de la época. Era un verdadero ingenio hecho de hierro fundido, tenía dos fuegos que se graduaban la entrada del aire para proporcionar más o menos calor. La puerta inferior es para la introducción de fuentes para el horno, lo que permitió mantener los platos de servir caliente.

La barra de latón de la cocina, llamada barra de seguridad, evitaba ser quemado por el metal de la cocina. También servía para secar las toallas en minutos.

Como siempre nos pasa nos tienen que echar de todos los sitios donde vamos, después de varios avisos salimos de la Casa de Monet para adentrarnos en el entorno de la vida en una población que aun se mantiene rural de Giverny.

El pueblo de Giverny gira en torno a la figura de Monet, toda su economía está dirigida al turismo: restaurantes, galerías de arte, hoteles, se concentran en una calle que ha sufrido pocos cambios y que seguramente ahora Monet lo reconocería.

El primer edificio que reconocemos en la ruta de Monet en Giverny se llama residencia Le Hameau era el lugar donde se alojaban muchos de los pintores americanos que venían a Giverny con la idea de estudiar la obra del maestro.

Más adelante está La Maison Rose es una de las mansiones que ha visto huéspedes importantes desde hace varias décadas, los pintores americanos, y muchos artistas a partir de 1909, cuando se convirtió en una posada. Bailarina Isadora Duncan fue una de sus ocupantes, también Blanca Hoschedé, la hijastra de Monet, a menudo llegó a pintar en el jardín.

La casa pertenece ahora a la Fundación Terra, que alberga la residencia de verano allí hacen cursos artistas e investigadores en la historia del arte.

El siguiente punto de la ruta es la “Maison de Butler”, perteneció a la hija del pintor americano Theodore E.Butler, Alice vivió aquí con su padre, la transformación de esta casa con encanto humilde de una granja del siglo XVII. En esta casa aparece en una famosa pintura de Monet 1891, la serie de Meules.

Seguimos por la calle hasta llegar a otro de los destinos era una casa de huéspedes y restaurante “Au Bon Maréchal”. Frecuentado en el momento de Claude Monet y otros artistas. Sirvió de estudio de un pintor estaba en el primer piso.

Nos queda el tiempo y el sosiego para pasear en el momento que ya el turismo ha huido con destino a sus hoteles en París. Nosotros marchamos hacia la izquierda siguiendo el trazado de la calle Rue Claude Monet y del último viaje de Monet pasando por su iglesia municipal y su última morada en el pequeño cementerio de la localidad.

La iglesia de Sainte Radegonde de Giverny, es una pequeña iglesia cuya construcción data de diferentes épocas, la parte más antigua del siglo XI es el ábside semicircular con sus modillones con motivos grotescos.

En el interior destaca el arco de coro construido con forma ojival con nervuras planas lo que denota que fue construido ya en estilo gótico tardío. Los arcos que sirven de armazón formados por nervuras fuertes que se ramifican y datan del siglo XV.

La decoración de la iglesia está constituida por numerosas estatuas de diferentes periodos. En el coro: se puede ver el altar. El altar tiene un pequeño retablo de madera pintado del siglo XVII. En el interior una pintura del mismo período, lo que representa la transfiguración de Jesús en el monte Tabor.

A la izquierda es una estatua de piedra que representa Santa Radegunda y derecha una estatua de San Roque, ambas del siglo XVII.

Sobre el altar de la nave sur hay una gran estatua de madera de San Juan Bautista, obra del siglo XVIII. En el altar del lado norte hay una pintura de la Anunciación del siglo XIX con, en un nicho, una estatua de piedra de la Virgen y el niño desde del siglo XIV.

En la pared del pasillo del sur es una estatua de piedra del siglo XVI que representa Saint Quentin torturado. Cerca de la entrada lateral, hay otra estatua de piedra policromada del siglo XIV que representa San Luis de Anjou.

Sobre el arco triunfal hay un Cristo de madera fechado en 1654 que fue originalmente rodeado por la Virgen y San Juan.

En los vitrales de la nave norte se representa la Virgen y el Niño con Santa Radegonde, mientras que una de las ventanas del pasillo sur se representan la figura de San Roque y su perro.

En la entrada a la iglesia se encuentra el coche funerario que traslado hasta el cementerio el cuerpo de Monet empujado por dos aldeanos. El féretro estaba cubierto con un paño de color negro, su amigo primer ministro de la tercera república Georges Clemenceau, lloro amargamente y grito “Non! non! pas de noir sur Monet. Le noir n'est pas une couleur.” (No! no el negro sobre Monet. No es un color). Su hija Blanca se traslado rápidamente a la casa donde cogió una cortina de colores para cubrir el féretro.

Nos acercamos a las espaldas de la iglesia donde se encuentra el cementerio, en un lugar destacado se halla la peculiar tumba de Monet. A decir verdad, no representa a uno de los grandes de la pintura, más bien, no destaca de la de sus vecinos no tan famosos. Tiene una cruz redonda, no tiene lápida, simplemente hay plantas y flores como su hermoso jardín en pequeño, a lo largo de su pequeño jardín hay pequeñas citas de las personas enterradas, son todos sus familiares más allegados, en el centro la suya: en una plancha de mármol partido dice: aquí reposa nuestro amado Claude Monet qué nació el 14 de noviembre de 1840; y murió el 5 de diciembre de 1926. Lamento todo.

Después de rendir nuestro sentido homenaje caminamos por las calles desérticas hasta nuestro parking, en este momento somos una docena de autocaravanas las que nos disponemos a pasar la tarde-noche. Aprovechamos el momento de tranquilidad para darnos una confortable ducha y sin mucho más, cenamos, vemos una peli y dormimos plácidamente.


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