129
128
despertar la psique de Warburg, que parecía muerta desde hacía
mucho, al liberarlo del orden de un tiempo –Benjamin llamaba
homogéneo o vacío–, y permitirle rescatar culturas en trance de
desaparecer, de la Grecia Antigua
a los Indios Pueblo, con la actua-
lidad de la Primera Guerra Mundial. Poco después de que Warburg
saliera de la clínica en la que había permanecido años, pronunció
entonces uno de los warburgismos que su hijo Max ha transmitido:
“Symbol tut wohl” [“El símbolo (en este caso el de la serpiente)
cura”].
57
El símbolo había permitido la supervivencia de las formas
arcaicas en su superposición con un presente –el de la guerra– con
el que Warburg había sido incapaz de lidiar.
¿Se trataba entonces de la recuperación de un pasado que ya había
sido? No debemos olvidar que la preocupación de Benjamin es más compleja.
Hemos hablado de un movimiento de desencantamiento y reencantamiento
del mundo. Efectivamente, a Benjamin le interesan los pasados que no
fueron, le interesa la habilidad de hacer correspondencias por medio de
una fantasía espontánea que pudiera curar (él diría redimir o salvar) de la
fatalidad de la historia. En “Sobre la facultad mimética” aparece como
un dictum, una frase misteriosa: “leer lo que nunca ha sido escrito”
Y se añade: “Tal lectura es la más antigua, anterior a toda lengua”.
58
Leer el lenguaje anterior a todo lenguaje requiere de un sexto sen-
tido para adivinar el pasado que no ha sido: el sentido para detectar
las semejanzas no sensibles o inmateriales; semejanzas inmateriales
como las que se dan entre un individuo y su nombre, entre las
palabras y las cosas, entre la serpiente de los indios Hopi, las le-
tras del alfabeto y los cables de tendido eléctrico, que una vez más
nos permiten reconocer simultáneamente el vínculo del lenguaje
una conferencia sobre el ritual de la serpiente de los Indios Pueblo.
En ella, narraba un viaje por el desierto de Arizona en 1895, en el
que había quedado impresionado por el valor de la serpiente en
el pensamiento salvaje. Warburg indagaba en la modalidad de re-
presentación de los Indios Pueblo (y también los Navajo) que pro-
ducían imágenes abstractas y jeroglíficas que habían de ser leídas
en un estado intermedio entre la imagen de la realidad y el signo;
entre el reflejo de la realidad y la escritura. Warburg descubría en
las pinturas de la serpiente y en los rituales la persistencia de una
ambivalencia en su significado –desde los Hopi a la Edad Media–,
y las tipificaba en la figura de la condena agónica de Laocoonte
frente a la figura terapéutica de Asclepio, el sanador. Una ambi-
valencia entre
pathos y
ethos que pensaba que conectaba todos los
elementos de la naturaleza. Asimismo, halló reiteraciones serpen-
tinas en la espiral y el rayo que las vanguardias convirtieron en
formas simbólicas por excelencia, y contempló en los cables del
tendido eléctrico de las ciudades modernas una tentativa de do-
mesticación de las curvas de la serpiente, alejando de sí tanto la
amenaza de las descargas como el animismo. Para Warburg, el ritual
de la serpiente permitía observar cómo al imitar los movimien-
tos del animal se trataba de vincularse mágicamente con él, preci-
samente a partir de la repetición de sus gestos. En el caso del ritual
de los indios Hopi, tanto la manipulación de la serpiente como
su identificación con el rayo y consecuentemente con la lluvia
y la fertilidad, el ritual suponían una conexión capaz de ordenar
aquello que se estimaba disperso en la realidad; esto con el fin de
alcanzar la comprensión de la ambigüedad que regía en la natura-
leza. El rayo de la tormenta y el movimiento del reptil eran uno y
el mismo; la naturaleza y el hombre podían ser comprendidos bajo
este aspecto como un todo concordante con el hecho de cuya co-
munión, o comunicabilidad, podía además hacerse cargo el ritual
o el arte.
56
La célebre conferencia de la serpiente tuvo el efecto de
56. Aby Warburg, El
ritual de la serpiente, México, Sexto Piso, 2004.
57. Ludwig Binswanger y Aby Warburg, La curación infinita: historia clínica de Aby
Warburg, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007, pp. 38-39.
58. Walter Benjamin, “Sobre la facultad mimética”, en op. cit., p. 170.
RAFAGASokOKokOKokOKokOKok.indd 128-129
7/3/15 3:45 PM