las capacidades cognitivas humanas y no es algo intrínseco al mundo. La objetivización es la
percepción de este orden de significados creados como algo real, objetivo y dado, no como algo
dependiente de la subjetividad del individuo. La internalización es la asunción en
nuestra conciencia
de la objetivización del objeto externo dentro de los márgenes de un orden que nosotros mismos
creamos. Es importante destacar que estos procesos son sociales y dependen por lo tanto de un
proceso de sociabilización. Estas consideraciones son un importante recurso para el análisis de
jurodstvo.
La religión es para Berger (2001a) una externalización de la forma en la que la sociedad
ordena y comprende el mundo que la rodea, es una forma de legitimar la sociedad, ya que refleja su
propia visión del mundo.
En este punto podemos señalar el mecanismo por el que la religión constituye una
herramienta tan práctica de legitimación. La religión es una explicación de nuestra forma de ver el
mundo, que,
por supuesto, nos parece lógica y real, pues es la nuestra.
Una reflexión muy productiva para nuestro estudio es la idea de Berger de que la interacción
entre religión y práctica se produce en la actividad diaria y en su comprensión. Estas ideas serán
desarrolladas posteriormente por autores como Clifford Geertz, con aproximaciones que podríamos
denominar más cognitivas. Geertz propone la siguiente definición de religión: “
Una religión es un
sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos
y motivaciones en los hombres formulando concepciones de un orden general de existencia y
revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados de ánimo y
motivaciones parezcan de un realismo único". (Geertz 2001, 16).
Siguiendo el camino de la cognición, otros autores como Danièle Hervieu-Lèger (2000) han
relacionado la religión con la memoria y el propio acto de creer. Podemos definir el acto de creer
como aceptar cierta información renunciando a toda posibilidad o deseo de verificación. Hervieu-
Lèger enmarca la acción de creer en un un concepto de tradición que denomina “la herencia de la
creencia”. Este concepto se constituye socialmente a través de “cadenas de memoria” que enlazan
con el pasado y se proyectan hacia el futuro (Hervieu-Leger 2000). Aunque sus argumentos pueden
ser limitados en cuanto a la gran variedad de creencias y tradiciones religiosas, pueden aportar una
reflexión en nuestro caso particular. La religión y la cultura se relacionan estrechamente con la
memoria del individuo y con la memoria colectiva (Halbwachs 1980).
Sin duda, este es un aspecto a
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profundizar en el estudio de
jurodstvo. Por su parte, Assman (1988: 126-123) establece las
diferencias entra la
memoria comunicativa, percepción de la memoria colectiva e individual diaria
del individuo, y la
memoria colectiva, reconstrucción del pasado realizada por una sociedad.
A estas alturas de nuestro recorrido por las distintas consideraciones teóricas sobre la
religión me parece conveniente hacer un paréntesis para definir un concepto presente en varios de
los autores recogidos hasta el momento. La idea de la secularización está implícita en el
pensamiento de autores como Marx o Freud. En líneas generales el término sugiere que la religión
está perdiendo la razón de su existencia pudiendo llegar a desaparecer, siendo sustituida por la
razón o por otras instituciones sociales o formas de pensamiento. Estos análisis se basan en
las ideas
funcionalistas, centrándose en cómo la religión parece ir perdiendo sus papeles como medio
legitimador, explicativo o de control; desde otras perspectivas estas argumentaciones no parecen
tener tanto apoyo. La asociación de modernización con secularización parece ser algo más compleja
y la evidencia empírica demuestra que la modernización en algunos casos produce un aumento de la
secularización mientras que en otros sucede lo contrario. Problematizar el papel de la secularización
en la sociedad rusa actual es uno de los objetivos de nuestra reflexión.
Una rama del estudio antropológico de la religión se ha decantado por desarrollar el punto
de vista cognitivo. Sugiere que podemos llegar a una mejor comprensión de la religión partiendo de
un esquema cognitivo, que entienda la religión como un producto de la evolución adaptativa
formado a partir de las interacciones humanas, tanto cognitivas, emocionales como materiales (Dow
2006, 72-74).
Un esquema cognitivo es un modelo mental sobre cierta área de conocimiento, una
representación organizada de este área particular y que incluye las relaciones entre sus
componentes. Este esquema se forma por medio de la experiencia y lo construyen los individuos en
relación
con su medio, a partir de las experiencias vividas.
Cercana a las reflexiones de Berger y Luckmann, la noción de esquema se centra en cómo
construimos el mundo que nos rodea, afirmando que es el esquema el que moldea nuestra
percepción. Uno de los papeles fundamentales del esquema es que permite a nuestra mente percibir
y experimentar, nos permite organizar nuestro conocimiento y seguir aprendiendo. A la hora de
enfrentarnos a una nueva realidad, todos estos mecanismos operan formando nuestra percepción,
con la capacidad de rellenar huecos vacíos.
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