Her Work and its Contribution to tHe tHeory and PraCtiCe of Conservation and sustainable natural resourCe ManageMent Policy Matters iuCn CoMMission on environMental, eConoMiC and soCial PoliCy issue 19 aPril 2014


POLICY MATTERS 2014: REMEMBERING ELINOR OSTROM



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POLICY MATTERS 2014: REMEMBERING ELINOR OSTROM

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impera la dificultad de asumir la complejidad 



de los procesos socio-ambientales, la tesis 

de Hardin pareciera auto-evidente: “cuando 

los recursos son limitados, las decisiones 

racionales para cada individuo dan lugar a un 

dilema irracional para el grupo… por lo que 

todos los recursos poseídos en común son, o 

serán eventualmente sobre-explotado…, las 

causas… son la libertad y el crecimiento de la 

población” (Hardin, 1968). 

PARADIGMAS Y PANACEAS

Dos décadas después de la publicación de la 

Teoría de los Bienes Comunes (TBC), E. Ostrom 

(1990) reconoce la relevancia del problema 

planteado: gran parte de los recursos de los 

que dependen las sociedades contemporáneas 

enfrentan riesgos de tragedias similares a la 

de la metáfora de Hardin, aunque de mayor 

trascendencia. Sistemas naturales clave del 

medio ambiente global, numerosos bienes 

culturales y de conocimiento e importantes 

medios de información y comunicación 

dependen de acción y gestión colectivas, 

sujetas a potenciales fallas. Ostrom no niega 

la realidad de estas fallas sino el carácter 

inevitable que Harin les atribuye. Señala el 

error metodológico y conceptual de construir 

modelos explicativos universales con sustento 

empírico endeble, manejando los modelos 

como realidades, generalizando excesivamente 

condiciones y explicaciones particulares, 

sobre-simplificando los procesos que se 

pretende comprender. Considera la tesis 

de la “TBC” más como una ideología sobre 

esquemas de derechos y toma de decisiones 

ideales, que como un marco explicativo.  Una 

ideología a partir de la cual se han impuesto 

alrededor del mundo esquemas de control 

estatal y de privatización como panaceas 

institucionales.

Ostrom comparte con Hardin el interés por 

la resolución de problemas. Sus empeños 

académicos buscan contribuir a generar 

elementos para comprender y evitar tragedias 

de los bienes comunes y de las comunidades 

que dependen de ellos. Desde la perspectiva 

de Ostrom, el supuesto de que la mayoría de 

los usuarios de bienes comunes están siempre 

atrapados en la imposibilidad de cooperar, 

mientras los funcionarios gubernamentales 

y agentes de mercado son omnipotentes 

para solucionar los retos de gestión de los 

más diversos bienes, resulta autoritario 

y excluyente (Ostrom, 1990; Ostrom, 

Janssen and  Anderies, 2007). La valoración 

de las capacidades de gestión de sociedades 

auto-organizadas y la crítica a los esquemas 

de gestión totalitarios, son centrales en su 

axiología, influida por su larga colaboración 

con Vincent Ostrom y por la tradición 

Tocquevilliana de valoración de la cooperación 

ciudadana como base de la gestión pública. 

Esta axiología fue para Ostrom una rica fuente 

de preguntas de investigación e hipótesis, no 

generadora de respuestas dogmáticas. 

Al tomar distancia de los discursos basados en 

el sentido común y las panaceas académicas 

y políticas, insiste en la necesidad de que la 

construcción teórica y política estén basada 

en investigación empírica rigurosa y multi-

método, comprometida con el reconocimiento 

de la complejidad y la inter-disciplina (Ostrom, 

2009; Poteete, Janssen and Ostrom, 2010). 

Contra lo que puede suponerse, el extenso 

análisis de experiencias de éxitos y fallas de 

cooperación a partir de fuentes históricas, 

de campo y de experimentos económicos 

(Cárdenas, 2009; Poteete, Janssen y Ostrom, 

2010) no condujo a Ostrom a proponer lo 

comunitario como una nueva panacea; sí a 

reconocer el peso de los actores locales en 

los procesos de apropiación y protección de 

los bienes comunes, en el éxito o fracaso del 

gobierno de los bienes comunes, aún en los 

casos de bienes o procesos de gran escala 

como la regulación climática, vista como 

resultado del “anidamiento” de sistemas de 

distintas escalas.



PARADIGMAS, PANACEAS, PROPIEDAD Y 

CONSERVACIÓN

A partir de la crítica de la universalidad de la 

“TBC”, Ostrom problematiza otros paradigmas 

prevalentes en los análisis sobre las relaciones 

sociedad-naturaleza. Cuestiona la noción de 

propiedad y la falla inevitable de la propiedad 

colectiva, que se percibe a menudo como 

ausencia de propiedad y sinónimo de acceso 

abierto asociados con frecuencia, al deterioro 



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de los bienes. Su concepción cuestiona las 



nociones de propiedad de los distintos polos 

del espectro político. Define a la propiedad 

colectiva como “propiedad privada colectiva”, 

en la que—a diferencia de la propiedad pública 

—existen titulares reconocidos de derechos y 

responsabilidades respecto a los bienes, y bajo 

la cual al igual que en regímenes de propiedad 

privada individual—los titulares poseen 

derechos de excluir a los no propietarios, 

impidiendo el libre acceso abierto. 

En la crítica de Ostrom a Hardin, se señala 

la confusión generada por el uso indistinto 

de las categorías de “bienes comunes” y 

propiedad colectiva. (Schlager y Ostrom, 1992; 

Ostrom et.al., 2001; Ostrom, 2009; Potetee, 

Jansen, Ostrom, 2011).  Los tipos de bienes 

se definen: por los costos de excluir usuarios 

potenciales del acceso a los bienes y por el 

nivel de “rivalidad” (implicaciones que el 

uso de los bienes tiene en el uso potencial de 

nuevos usuarios), (Ostrom 1990). Reconoce 

cuatro tipos de bienes: públicos, de uso 

(acceso, o acervo) común

5

, tarifa  y privados. 



Esta tipología permite visibilizar los retos 

que enfrentan el gobierno y uso sostenido 

de distintos bienes. Estos retos derivan de 

las formas en que la apropiación (uso) de los 

bienes se lleva a cabo y de los costos de su 

mantenimiento y protección (provisión). Las 

presiones de apropiación tienden a ser más  

importantes para los bienes de alta rivalidad: 

privados y de uso común. Las presiones de 

provisión resultan más relevantes para la 

conservación de bienes de difícil exclusión: 

públicos y de uso común. De ahí que los 

bienes de uso común, como la mayoría de los 

sistemas y recursos naturales, sean los bienes 

potencialmente más vulnerables. Por otra 

parte los regímenes de propiedad se refieren a 

los titulares de la propiedad: los individuos y el 

Estado. 


Ostrom cuestiona la noción generalizada 

que reduce los derechos de propiedad a 

los derechos de alienación

6

, destacando 



la importancia de los derechos de acceso, 

exclusión, uso y capacidad de participar en 

las decisiones sobre el uso y control de los 

bienes. Asume plenamente el valor de la 

certeza de los derechos de propiedad para 

generar perspectivas de largo plazo en el uso 

y protección de los recursos, pero identifica 

a la propiedad colectiva como un régimen de 

propiedad capaz de generar certeza. Encuentra 

que en muchos contextos los derechos de 

uso y decisión crean sentido patrimonial

perspectivas e incentivos de largo plazo; 

mientras que los derechos de alienación no 

resultan indispensables en todos los casos 

para crear compromisos con la sustentabilidad 

de los bienes, sino que en algunos contextos 

generan incertidumbre y vulneran la gestión 

colectiva de bienes de “acceso común”. 

La aplicación de este marco a un gran número 

de casos, así como un amplio meta-análisis 

(Potetee, Jansen, Ostrom, 2011) llevan a 

concluir que ningún régimen de propiedad es 

garantía de conservación de los recursos, ni 

se asocia invariablemente con su deterioro. 

Existen tanto casos de bienes comunes 

naturales (y culturales) conservados, como 

casos de bienes comunes deteriorados en 

regímenes de propiedad pública, privada 

individual y colectiva. La explicación del éxito o 

fracaso de la gestión colectiva y la construcción 

de esquemas de gobernanza de los bienes 

comunes requiere atender a la distribución de 

derechos entre actores, a las desigualdad del 

acceso a derechos, poder y activos (Ostrom 

2009) y a los incentivos para un determinado 

tipo de uso e inversión en reglas y acciones de 

protección.

En distintas áreas forestales de África, 

Asia y América Latina existen altos niveles 

de deforestación en tierras públicas 

concesionadas a empresas madereras 

externas con incentivos de maximizar el 

uso de los recursos en el corto plazo (White 

and Martin, 2002). Las tierras de propiedad 

privada—individual o colectiva—no son 

inmunes al deterioro en ausencia de incentivos 

para su uso sustentable y altas tasas de 

descuento de la conservación

7

. Estos son 



los motivos de la sustitución de selvas por 

5

 “Common pool resources”,



6

 Compra, venta, renta, hipoteca.

7

 Frecuentemente como resultado de políticas públicas y demandas de mercado.




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