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rroco benjaminiano:
ausencia de una escatología de salvación en
el barroco, y, al mismo tiempo,
presencia de una forma barroca de
la escatología. Rara vez las cuestiones se saldan en Benjamin
merced a lo dicotómico de las oposiciones; Benjamin es, por
el contrario, un fino pensador de los matices, de las mediacio-
nes y de las posibilidades que abren las ambigüedades mismas
de los términos. Por ende, es en la gama de los matices que
encontraremos una solución conceptual a la laguna filológica
de la “escatología barroca”.
LA SAGA AGAMBENIANA DE LA “GIGANTOMACHIA INTORNO
A UN VUOTO”
En su ensayo sobre el estado de excepción, Agamben tituló el cuar-
to capítulo, consagrado a Walter Benjamin y a Carl Schmitt, con el
sugestivo nombre de “Gigantomaquía en torno a un vacío” [“Gi-
gantomachia intorno a un vuoto”].
7
Es precisamente allí que apare-
ce, como anunciamos más arriba, su queja acerca de la adulteración
del pasaje de la escatología barroca y del juego filológico
eine/
kei-
ne. La pista de la gigantomaquia se vuelve por tanto una senda que
se impone para reconstruir la posición agambeniana. Es en efecto
explícito el juego especular establecido en el texto agambeniano
entre la “Gigantomachia peri tes ousias” en el
Sofista de Platón [
Sof.
244a], a la que alude Heidegger en su epígrafe de
Sein und Zeit,
8
y esta pretendida gigantomaquia en torno a un vacío [
intorno a un
vuoto] que domina todo el capítulo 4. “Gigantomaquía” significa,
desde el remoto pasado griego, un combate entre titanes. Como
lo recuerda el propio Agamben en su texto, los gigantes a los que
Platón alude en
Sofista para hablar de un duelo en torno a la
ousía,
y por ende en torno al ser, son “los hijos de la tierra” y “los amigos
de las ideas” [
Sof. 246a]. Pero Heidegger reconduce desde el primer
párrafo de
Sein und Zeit el tema de la
gigantomachia peri tes ousías
por la senda de la diferencia ontológica entre el ser y el ente, esta-
bleciendo un giro que Agamben pretende decisivo para su propio
texto: “Porque manifiestamente vosotros estáis familiarizados desde
hace mucho tiempo con lo que queréis decir cuando usáis la expre-
sión ‘ente’, en cambio, nosotros creíamos otrora comprenderlo, pero
ahora nos encontramos en aporía”.
9
La gigantomaquia que subyace a la
ousía es en verdad para
Agamben el duelo en torno al abismo que separa el ser del ente,
y que gira consecuentemente en torno a la imposibilidad de re-
ducir el ser a un predicado lógico en la malla del logos. Y del mis-
mo modo que el logos exhibe en esta gigantomaquia su punto
ciego dejando escapar al ser, que se le sustrae, el derecho moderno
exhibirá su punto ciego en el abismo que lo separa de la excepción
y de la violencia, como su punto ciego. La lucha en torno a la
interpretación del ser que define
ab initio para Heidegger la metafí-
sica occidental, se ha vuelto, en el texto de Agamben, una lucha en
torno a la interpretación del punto ciego del derecho que define
la comprensión moderna de la relación entre la norma y la excep-
ción. Entretanto, los gigantes no serán ya “los hijos de la tierra” y
“los amigos de las ideas” sino Walter Benjamin y Carl Schmitt,
y es el vacío del derecho y el lugar de este vacío en relación con la
soberanía que salta ahora al primer plano.
10
En efecto, tanto Benja-
min como Schmitt reconocen, desde 1921 y 1922 respectivamente,
lo incompleto de la norma y del derecho, que choca contra la pura
excepción [
Ausnahme], pero mientras que Benjamin
11
sitúa la ex-
7. Giorgio Agamben, Stato
di eccezione, op. cit.
8. Martin
Heidegger, Sein
und Zeit, Tübingen, Max Niemeyer Verlag, 2006, p. 1.
9. [Sof. 244a], citado
en Martin Heidegger, op. cit., p. 1.
10. Giorgio Agamben, Stato di eccezione, op. cit., pp. 77-78.
11. Walter Benjamin, “Zur Kritik der Gewalt”, en Gesammelte Schriften, libro ii, vol. 2,
Fráncfort
del Meno, Suhrkamp, 1977.
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cepción por fuera del derecho, en el exceso que la
violencia pura o
divina [
reine, gottliche]
opone
exteriormente a la violencia del derecho,
considerada como
violencia mítica [
mythische], Carl Schmitt, por su
parte, define la excepción como la prerrogativa constitutiva de la
soberanía moderna, que da, según Schmitt, sustento a la idea misma
de derecho, pero desde dentro de la soberanía.
12
Para Agamben, la gigantomaquia entre Benjamin y Schmitt
tendría varios
rounds y no se agota en estos dos primeros textos
del inicio de la década del veinte, sino que se prolonga incluso
hasta después de la muerte de Benjamin,
13
cuando, en
Hamlet o
Hécuba,
14
Schmitt reconoce en la obra de Benjamin, particularmen-
te en el
Trauerspielbuch, y además por primera vez públicamente, una
de las tres fuentes fundamentales para su propia interpretación de
Hamlet.
15
Ahora bien, en este marco, Agamben interpreta el espacio
del barroco definido en el
Trauerspielbuch a partir, precisamente, de
la tensión entre norma y excepción, siguiendo una idea de Samuel
Weber,
16
que se apoya en la propia definición benjaminiana de la
soberanía barroca [
barocke Souveränität], como una soberanía inca-
paz de evacuar [
auszuschließen] la excepción
17
y debiendo por ende
componer todo el tiempo con una excepción “que se ha vuelto la
regla”. Esto último definiría para Agamben lo que en su célebre en-
sayo anterior, sobre la
Epístola a los romanos de San Pablo,
18
el filóso-
12. Carl Schmitt, Politische Theologie. Vier Kapitel zur Lehre von der Souveränität,
Berlín, Duncker
und Humblot, 1985.
13. Las etapas de esta “gigantomaquia” están definidas según Agamben por un
dossier “exotérico” y por otro “esotérico” (véase Giorgio Agamben, Stato di Ec-
cezione, op. cit. pp. 68-69); el primero está constituido por los materiales que,
según Agamben, los estudiosos de esta relación conocen bien:
a) las referencias
de Benjamin a Carl Schmitt en las notas a pie de página 14, 16 y 17 pertenecien-
tes a la “Theorie der Souveränität”, de
Trauerspielbuch (véase Walter Benjamin,
Ursprung des deutschen Trauerspiels, en op. cit., pp. 245-247); b) la carta de
Benjamin del 9 de diciembre de 1930 a Carl Schmitt (no editada originalmente
en
Briefe por Adorno y Scholem), (véase Walter Benjamin, Gesammelte Briefe, li-
bro iii, Fráncfort del Meno, Suhrkamp, 1997, p. 558);
c) las referencias de Schmitt
a
Trauerspielbuch en su Hamlet o Hécuba de 1956 (véase Carl Schmitt, Hamlet
o Hécuba. La irrupción del tiempo en el drama, Valencia, Pre-Textos, 1993, pp. 5,
51-55) y,
d) finalmente, la octava tesis de Benjamin sobre el concepto de histo-
ria (véase Walter Benjamin, “Über den Begriff der Geschichte”, en
Gesammelte
Schriften, libro i, vol. 2, Fráncfort del Meno, Suhrkamp, 1974, p. 697). Por su parte,
a este
dossier exotérico, el dossier esotérico agregaría dos piezas insospecha-
das por los eruditos de dicha relación hasta el mencionado ensayo de Agam-
ben: el mismo texto de Benjamin sobre la violencia (véase Walter Benjamin, “Zur
Kritik der Gewalt”,
Gesammelte Schriften, libro ii, vol 1, Fráncfort del Meno, Suhr-
kamp, 1977.) y la
Teología política, de Carl Schmitt (véase Carl Schmitt, Politische
Theologie, op. cit.); en efecto, Agamben arriesga que, al haber sido originaria-
mente publicado en el célebre
Archiv für Sozialwissenschaften und Sozialpolitik
fundado por Max Weber y Werner Sombart, pero ya entonces dirigido en Hei-
delberg por Emil Lederer, el texto benjaminiano de 1921 sobre la violencia no
debió pasar desapercibido al escrupuloso lector del
Archiv que era, en aquel
momento, Carl Schmitt (véase Giorgio Agamben,
Stato di eccezione, op. cit.,
pp. 68-69). El argumento agambeniano es que al haber publicado también Carl
Schmitt su célebre ensayo
El concepto de lo político precisamente en el mismo
Archiv (Carl Schmitt, “Der Begriff des Politischen”, en Archiv für Sozialwissens-
chaft und Sozialpolitik, núm. 58, 1927, pp. 1-33), al igual que numerosos de sus
artículos entre 1924 y 1927, no cabe duda alguna de que Schmitt era en 1921 un
asiduo lector del
Archiv y que, a fortiori, fue, precisamente, un lector atento del
texto de Benjamin de 1921 acerca de la violencia, de donde Agamben arriesga,
finalmente, que la
Teología política de Schmitt es exactamente una respuesta de
Schmitt a Walter Benjamin acerca de la relación entre el derecho, la excepción
y la soberanía (véase Giorgio Agamben,
Stato di eccezione, op. cit. p. 69), y que
ambos textos son los genuinos iniciadores de la “gigantomaquia” en torno al
“vacío” del derecho entre ambos pensadores, según un arco que no se detendrá
hasta mucho después del suicidio de Benjamin en 1940, ya que el propio ensayo
schmittiano sobre Hobbes estaría
continuando esta saga
esotérica.
14. Carl Schmitt, Hamlet o Hécuba. op. cit.
15. Ibid., pp. 5, 51-55.
16. Samuel Weber, “Taking Exception to Decision. W. Benjamin and C. Schmitt”, en
Diacritics, vol. 22, núm. 3-4, Commemorating Walter Benjamin, Maryland, The
John
Hopkins University, 1992.
17. Walter Benjamin, “Ursprung des deutschen Trauerspiels”, en op. cit., pp. 245,
250-253.
18. Giorgio Agamben, Il
tempo che resta, op. cit.
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