323
322
siglo
XIX
.
9
Hemos identificado estos momentos en los apartados ii
y iv de nuestro trabajo. Los apartados i y iii dan cuenta de pasajes
temáticamente menos específicos, pero en los cuales es posible re-
conocer las mismas preocupaciones esenciales en la búsqueda de
los fundamentos de un modelo de filosofía crítica no reduccionista.
En este sentido, la expectativa de ambos está puesta en la elabora-
ción final del trabajo sobre los pasajes de París en el que Benjamin
trabajó durante los últimos quince años de su vida.
10
El apartado
v recoge el modo en que algunas de las piezas conceptuales, que
los autores han puesto en juego en la correspondencia considerada,
abren nuevas perspectivas en la obra posterior de Walter Benjamin.
PRELUDIO
En su carta del 6 de noviembre de 1934, y luego de algunos co-
mentarios respecto a su situación particular –se había establecido
en Oxford unos meses antes–, Adorno celebra que en su carta Ben-
jamin le anunciara el “fin de su etapa ensayística” y su renovada
ocupación con el
Proyecto de los pasajes.
11
Al respecto, Adorno ex-
presa su preocupación acerca de que en el siguiente tramo de este
trabajo, que considera fundamental, se deje sentir la influencia de
Bertolt
Brecht, en cuya residencia danesa Benjamin había pasado
recientemente una extensa temporada. Puede interpretarse en este
sentido la reserva que mantiene respecto a la centralidad de la cate-
goría brechtiana de “valor de uso” aplicada al arte –según Brecht, el
arte podía constituirse en una herramienta de intervención política
a partir de su reducción a “valor de uso”, en oposición a aquellas
obras carentes de tal valor y que eran por lo tanto meros objetos
de placer estético destinadas al consumo–.
12
Sin embargo, en esta
carta Adorno apenas desliza su desconfianza, sin realizar una crítica
sistemática de este concepto que, como veremos, sí llevará a cabo
poco después.
Seguidamente, despliega sus expectativas respecto al
Trabajo de
los pasajes, obra que habría de recoger la metafísica implícita tanto
en los trabajos de Benjamin como en los suyos:
13
en primer lugar,
los
Pasajes no deberían dejar de articular el contenido teológico y la
literalidad del material; en segundo lugar, pero en idéntico sentido,
señala Adorno que la obra debería evitar “la comunicación externa
con la teoría social”: “aquí lo ‘estético’ penetrará en la realidad de
un modo mucho más revolucionario que una teoría de clases intro-
ducida como
deus ex machina”
14
–éste sería el caso del teatro épico
brechtiano–.
Aparece a continuación la enumeración de ciertos motivos
que Adorno considera fundamentales para el proyecto: “lo siempre
9. Walter Benjamin, “Paris, die Hauptstadt des xix. Jahrhunderts”, en Walter Benja-
min,
Gesammelte
Schriften, libro v, vol. 1 op. cit., pp. 45-59.
10. Walter Benjamin nunca completó este ambicioso proyecto que en su corres-
pondencia aparece reiteradamente mencionado como “Trabajo de los pasajes”
[
Passagenarbeit], “Obra de los pasajes” [Passagenwerk], “Proyecto de los pa-
sajes” [
Passagenprojekt] o sencillamente “Pasajes” [Passagen]. El material que
Benjamin había reunido para esta obra, así como los resúmenes y apuntes que
dan cuenta de su posible articulación, fueron editados póstumamente por Rolf
Tiedemann y publicados por primera vez en alemán en el año 1982, en tres to-
mos –edición no abreviada– por Detlef Holz Verlag. La edición de dos tomos de
Suhrkamp es del año siguiente (Walter Benjamin,
Gesammelte Schriften, libro v,
op. cit.). Esta última es la que ha servido de fuente a la edición castellana titulada
Libro de los pasajes. En lo sucesivo, reservaremos este título para la edición de
Tiedemann y nos referiremos al trabajo en curso de Benjamin como
Pasajes o
bien como
Proyecto, Trabajo u Obra de los pasajes.
11. Theodor W. Adorno
y Walter Benjamin, op. cit., p. 67.
12. Bertolt Brecht, Breviario de estética teatral, Raúl Sciarretta (trad.), Buenos Aires,
La Rosa Blindada, 1963; Bertolt Brecht,
Escritos sobre teatro, Genoveva Dieterich
(trad.), Barcelona, Alba, 2004.
13. En numerosos pasajes Adorno refiere a un “nosotros” teórico, por ejemplo cuan-
do habla de “nuestra teología” (véase Theodor W. Adorno y Benjamin,
op. cit., p.
78.) o “nuestras propias categorías” (
ibid., p. 94.
14. Ibid., p.67.
RAFAGASokOKokOKokOKokOKok.indd 322-323
7/3/15 3:45 PM