297
(Estrabón, 11. 14. 4 [528])
Estas condiciones no explican completamente la ausencia de una activa
intervención por parte de los Seléucidas, pues Armenia es accesible desde
Mesopotamia por el paso relativamente bajo de las cabeceras del Eufrates.
27
Era a
veces una lanza en el costado de los Seléucidas, al colaborar con sus enemigos en
varias ocasiones en el siglo III. Estaba dividida en dos zonas, ambas bajo los dinastas
iranos que parecen haber estado contentos de estar «sujetos» a los Seléucidas; sólo
posteriormente el rey intervino de modo directo, expulsando a Orontes, el último de
su dinastía, en favor de otro soberano.
28
El imperio seléucida central y oriental. (Adaptado de J. B. Salomón, en
Talbert,
Atlas, pp. 70-71.)
La montañosa Atropatene (noroeste del Irán actual y Azerbayán, en la costa
suroccidental del Caspio) se mantuvo semiindependiente bajo su anterior sátrapa
Atropares (de ahí su nombre antiguo y el moderno) y sus sucesores, de los cuales el
más poderoso fue Artabarzanes en el reinado de Antíoco III. Tenían algunas laderas
productivas, regadas por vientos portadores de lluvia del Caspio.
29
El interior de Irán está formado en su mayor parte por tierras escarpadas y
montañas, y es notable por su duro clima continental, pero, al igual que
Mesopotamia, disfrutaba de abundante agua de los ríos que recibían nieve de las
montañas. La aristocracia persa tenía fama por hacer «jardines» (quizá más bien
parques y cotos de caza) con huertos de manzanos y duraznos. Se cultivaba alfalfa
para forraje de los caballos, y Estrabón (11. 13. 7 [525]) menciona la Gran Media
como una zona de cría de caballos —la marca de la ceca de Ecbatana era la parte
298
frontal de un caballo. Media era un lugar rico en ganado. Partes del territorio que
ahora son desiertos de sal pueden haber sido lagos en la antigüedad; incluso en
épocas recientes ha habido valles fértiles como la meseta de Teherán en la Gran
Media y alrededor de Ispahan (que está en la antigua Media Paraitakene, Media
oriental). Sin embargo, el betún de un pozo de Susiana (Herod. 6.119) quizá no fue
explotado ampliamente y las resistentes alfombras persas, mencionadas por Plinio el
Viejo (HN 8. 191), eran quizá una curiosidad antes que una exportación principal. En
conjunto, Irán no era probablemente ni muy rico ni muy productivo, y el paisaje
estaba disgregado geográficamente, aunque había pasos fáciles por las montañas
circundantes.
30
La población, en su mayoría asentada en aldeas del interior de Irán, debe
haberse procurado medios de vida combinando la producción ganadera y la
agricultura en pequeña escala —lo cual difícilmente podía ser la base de una gran
prosperidad, pero, dado el tamaño del territorio y el probable número de la
población, la región era una considerable fuente potencial de tributos. Existían
grandes ciudades, como Ecbatana en la ruta comercial de China a Siria, antiguas
capitales palaciegas como Susa, Pasargadai y Persépolis en el Zagros, y nuevas
fundaciones como Laodicea. Los principales centros de Media eran Ragai y
Ecbatana. Susa fue refundada por Seleuco I con el nombre de Seleucia de Eulaio.
31
Los Seléucidas dominaron en el interior de Irán de modo preventivo,
32
como lo
muestra la instalación de guarniciones y la fundación de nuevas ciudades como
Laodicea (Nihavend) en Media. Sin embargo, aunque las comarcas de la antigua
región nuclear persa como Media, Susiana y Persis estaban directamente gobernadas
por
sátrapas,
algunas
permanecieron
bajo
el
control
de
gobernantes
semiindependientes. Las montañas entre el Tigris y el Zagros, por ejemplo, eran una
satrapía; pero esta última región era controlada mediante un intercambio de dones
con las aldeas montañesas.
33
En general, la importancia del Irán occidental para los
Seléucidas debe haberse fundado en las relaciones negociadas con la nobleza
existente, la cual podía asegurar que se pagaran los impuestos y que se levantaran
fuerzas militares cuando fuera necesario.
Las satrapías orientales: el Irán externo.
34
Las tierras bajas del noreste.
Más allá del Elburz estaba la pequeña satrapía de Hircania (ahora Gurgán) en
la costa suroriental del Caspio. Pasada la cordillera del Kopet Dag había un
compacto grupo de satrapías nororientales en la costa: en el actual Turkmenistán
estaban Partia, Margiana (atravesada por el río Oxus) y Aria (la última que abarcaba
el noreste del Irán y el noroeste de Afganistán). Más al este, alrededor de Marakanda
(actual Samarcanda en Uzbekistán), estaba la región seléucida más remota de todas,
Sogdiana (también llamada Transoxiana por los estudiosos).
Hircania es un área de asentamientos en las montañas favorecidos por los
vientos portadores de lluvia del Caspio, y no se sabe que haya recibido ninguna
fundación bajo el dominio seléucida.
35
Al este está Partia, que después ostentó un
gran poder aunque sólo progresó lentamente (sobre sus orígenes véase Estrabón 11.9.