138
tradicionalistas).
29
Macedonia estaba entonces gobernada desde fuera por Lisímaco,
Pirro y Ptolomeo Cerauno hasta que Gónatas la tomó en 277.
GRECIA BAJO LA DOMINACIÓN MACEDÓNICA
Atenas y el sur de Grecia (323-276 a. C.)
La tarea de reprimir el levantamiento griego de 323 mantuvo ocupado a
Antípatro por un año. Después se acantonó en la montaña de Muniquia de El Pireo y
restringió los derechos democráticos en Atenas, lo cual no había ocurrido en vida de
Alejandro. Se tomaron medidas semejantes en otras ciudades. Sin embargo, la
revuelta que llevó a la guerra lámica no era una aventura desatinada sino una apuesta
necesaria.
30
En 319 Poliperconte para asegurar su posición en Macedonia contra
Casandro, abolió las oligarquías promacedonias en Grecia meridional, haciendo
peligrar el control macedonio (Diod. 18. 55-57). En Megalópolis en 317 esto tuvo el
efecto paradójico de indignar a los principales ciudadanos normalmente propensos a
ponerse del lado de Casandro contra Peliperconte (Diod. 18. 68). Era una suerte de
segundo decreto de los exiliados, un intento de ganarse el apoyo de los estados
griegos. Los atenienses esperaban recuperar Samos, pero en la siguiente guerra
Casandro los atacó, apoderándose de las islas cercanas de Salamina y Egina y
tomando los fuertes rurales en Ática.
Casandro retuvo el sistema de gobierno autoritario de Antípatro, pero a
diferencia de su padre trató de atraer a los promacedonios antes que recurrir a la
fuerza. La restauración de Tebas, a partir de 315, fue parte de su intento por ganar
popularidad. Sin embargo, en 317, cuando se había llegado a un acuerdo con Atenas,
restringió la democracia (aunque con una calificación más generosa de propiedad
mínima que bajo Antípatro) y nombró a Demetrio de Falero, un aristócrata con
preparación filosófica para el gobierno de Atenas.
Demetrio puede haber sido designado comisario (epimelêtés), presidente
(epistatês) o superintendente (prostatês); en 309/308 también sirvió como arconte
epónimo (el magistrado que dio su nombre a su año de ejercicio). Su régimen fue
caracterizado por la supervisión estricta de otros magistrados, pero las convenciones
del procedimiento democrático fueron, en buena parte observadas. La ausencia
relativa (aunque no total) de inscripciones oficiales que documenten los años de su
gobierno puede ser el resultado de las restricciones que puso en el consumo ostentoso
(una obsesión elitista, más que populista, de la política griega), que también implicó
que cesaran de esculpirse una serie de espléndidos monumentos funerarios
característicos de la Atenas del siglo IV. La austeridad que promovió puede haber
estado en sintonía con lo que exigían las circunstancias, antes que ser un resultado de
139
convicciones filosóficas; o bien podría haber sido «principalmente un diplomático y
un legislador» también un estudioso serio de la filosofía y un escritor prolífico y
respetado.
31
En los asuntos externos la ciudad estaba sujeta a los deseos de Casandro.
Las ciudades griegas del sur confiaban en el apoyo de Ptolomeo I para
obtener auxilios contra macedonia. En 308 tomó Sición y Corinto y «planeó librar
también la otra ciudad griega, pensando que el favor de los griegos sería un gran
apoyo para su causa», aunque cuando sólo recibió un tibio apoyo en el Peloponeso,
hizo la paz con Casandro y retuvo sólo esas dos ciudades (Diod. 20. 37).
El año siguiente otro diadoco, Demetrio, enviado del Asia Menor por su
padre, Antígono, liberó Atenas de las guarniciones de Casandro que habían
permanecido durante quince años. Demetrio de Falero fue depuesto y se restauró la
democracia —aunque no la democracia radical de los antiguos días. Mégara también
fue liberada. Los macedonios demolieron el fuerte de Muniquia, y los atenienses
decretaron que se hicieran estatuas de oro y otros honores, para Demetrio y su padre
(Diod. 20, 45-46; Plut. Demetr. 10). Modificando las estructuras constitucionales que
habían permanecido sin cambios durante tres siglos, los atenienses agregaron dos
tribus epónimas, Antígonide y Demetriade, a las diez existentes y aumentaron el
número de miembros de la boulê de 500 a 600. Entre otros honores, se debía rendir
culto a Demetrio y a Antígono como dioses salvadores, y sus estatuas debían
agregarse al monumento de los héroes epónimos en el agora. Era la primera vez que
se rendían tales honores en Grecia peninsular, pero una hazaña sin precedentes
merecía honores sin precedentes.
32
Los atenienses recuperaron gracias a Antígono las
islas egeas del noreste de Lemnos e Imbro, antiguas posesiones suyas. Se dieron
pasos en ese momento para reparar las murallas de la ciudad y El Pireo. La nueva
democracia era activa. Durante los años de la ocupación antigónida (307-301) se
aprecia un resurgimiento de las inscripciones de decretos.
33
Atenas y otras poleis griegas se habían beneficiado de esta fase de guerras de
los diadocos, pero apenas si estaban en una posición sólida para rechazar futuros
ataques macedonios. La ayuda dada por Ptolomeo y los Antigónidas no estaba
fundada en un concepto de los derechos inherentes a las ciudades griegas, y estaba
condicionada a su apoyo.
Después de su victoria sobre la flota de Ptolomeo cerca de Salamina, en
Chipre en 306, Antígono y Demetrio fueron aclamados como reyes.
34
En 304-303,
Demetrio se apoderó de Calcis en Eubea y obtuvo el apoyo de la liga beocia y etolia.
Casandro, que en varias ocasiones durante la «guerra de los cuatro años» (307-304)
atacó Atenas, Eleusis y los fuertes áticos, finalmente sitió la ciudad. En 304,
Demetrio rompió el cerco, devolvió los fuertes a Atenas y capturó varias ciudades,
entre ellas Corinto y Sición.
Después de que Demetrio trasladó a los habitantes de Sición a su
acrópolis, hizo derribar el barrio de la ciudad adyacente al puerto, ya que
su situación era bastante insegura; entonces, después de que hubo
ayudado a la plebe de la ciudad (politikon plêthos) a reedificar sus casas y
les hubo restituido su libertad (eleutheria), recibió honores iguales a los
de los dioses por los cuales había sido favorecido; pues llamaron a la
ciudad Demetria y votaron que se celebraran sacrificios y festivales
públicos y también juegos en su honor cada año y le otorgaron los demás
honores de fundador.
(Diod. 20. 102, Austin 41)