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Medidas recomendadas antes, durante y después
de una pandemia
En esta sección se presentan las medidas específicas que han de tomar las autoridades
nacionales y la OMS. En el cuadro 4 figuran las nuevas fases de la pandemia definidas
por la OMS y un resumen de las medidas recomendadas en cada una de ellas. Las
recomendaciones están agrupadas por fases pandémicas y por los siguientes cinco
componentes de preparación y respuesta:
1.
planificación y coordinación
2.
seguimiento y evaluación de la situación
3.
reducción de la propagación de la enfermedad
4.
continuidad de la oferta de servicios de salud
5.
comunicaciones
La meta de los esfuerzos de planificación y coordinación es lograr liderazgo y
coordinación intersectoriales. Un aspecto importante es integrar la preparación frente a
una pandemia en el marco nacional de los preparativos para situaciones de emergencia.
La meta de seguimiento y evaluación de la situación es recopilar, interpretar y difundir
información sobre el riesgo de pandemia antes de que ésta ocurra y, una vez que se ha
producido, vigilar la actividad pandémica y sus características. Para evaluar si está
aumentando el riesgo de una pandemia es importante vigilar el agente infeccioso, su
capacidad de causar enfermedades humanas y los modelos de propagación de la
enfermedad en las comunidades. Es importante recabar datos sobre los virus de influenza,
los cambios genéticos que tienen lugar y los cambios consiguientes de sus características
biológicas, e investigar y evaluar rápidamente los brotes. Cuando un virus pandémico de
influenza empieza a circular, es vital evaluar la eficacia de las medidas de respuesta.
La reducción de la propagación de la enfermedad depende significativamente del
aumento de la “distancia social” entre las personas. Son importantes las medidas a escala
individual, en el hogar, en la sociedad, las relativas a los viajes internacionales y el uso de
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medicamentos antivirales, otros medicamentos y vacunas. Entre las medidas a escala
individual o en el hogar figuran la comunicación
del riesgo, la higiene individual y la
protección personal, la asistencia domiciliaria a los enfermos y la cuarentena de los
contactos. Las medidas en la sociedad se aplican a las comunidades, más que a los
individuos o las familias. Requieren un cambio de comportamiento de la población, un
compromiso intersectorial, la movilización de los recursos, mucha comunicación y el
apoyo de los medios de difusión masiva.
Las medidas relativas a los viajes internacionales procuran retrasar la llegada de la
pandemia a los países todavía no afectados y tienen repercusiones en el tránsito y el
comercio internacionales. Los países han de encontrar un equilibrio entre reducir los
riesgos para la salud pública y evitar una interferencia innecesaria en el tránsito y el
comercio internacionales.
El enfoque farmacológico para prevenir o tratar la influenza es múltiple. Además, la
prevención eficaz y el tratamiento adecuado de afecciones secundarias o preexistentes
son un factor clave en muchos entornos para reducir la carga global de morbilidad y
muerte.
Durante una pandemia, los sistemas de salud tienen que mantener su oferta habitual de
servicios a la vez que atienden a los pacientes afectados por la influenza.
Planificar para
aumentar la capacidad de los servicios de salud ayuda a determinar en qué medida el
sistema de salud existente puede expandirse para enfrentar la carga adicional de
pacientes. Los establecimientos de asistencia sanitaria tendrán que mantener filtros
adecuados (triage) y medidas de control de infecciones para proteger a los trabajadores de
salud, a los pacientes y visitantes.
La meta de la comunicación antes de una pandemia y durante la misma es suministrar e
intercambiar información pertinente con el público, los socios estratégicos y otros
interesados directos para que éstos puedan tomar decisiones bien fundamentadas y
medidas apropiadas para proteger la salud y la seguridad. La comunicación eficaz sobre
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Los elementos fundamentales de
comunicación en una pandemia de
influenza:
•
mantener y consolidar la
confianza del público en las
autoridades de salud pública
antes, durante y después de una
pandemia de influenza;
•
apoyar la coordinación y el uso
eficaz de los recursos limitados
entre los socios locales,
nacionales, regionales e
internacionales de salud pública;
•
suministrar a la población
información pertinente de salud
pública; velar por que las
poblaciones vulnerables tengan
la información necesaria para
tomar decisiones bien fundadas;
•
tomar medidas apropiadas para
proteger su salud y seguridad; y
•
minimizar el impacto social y
económico.
los riesgos relacionados con la influenza pandémica es
vital en cada etapa de la preparación y de la respuesta y es
una parte fundamental de una gestión eficaz del riesgo.
Las comunicaciones deben basarse en los cinco principios
descritos por la OMS en las Normas para la Comunicación
de Brotes Epidémicos
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: planificación; confianza;
transparencia; anuncios tempranos; y escuchar al público.
Dados los riesgos y las complejas percepciones asociadas
con una pandemia de influenza, son insuficientes las
estrategias de comunicación que se limitan a dar
información sobre el brote y recomendaciones. El alcance
y la complejidad de la tarea exigen un intercambio
frecuente, transparente y proactivo de comunicación e
información con la población, los socios y otros
interesados directos acerca de la toma de decisiones, las
recomendaciones sanitarias y la información afín. Además de las medidas que se sugieren
a continuación, se alienta a los países a que establezcan capacidades básicas de
comunicación del riesgo como las descritas por la OMS en las Normas para la
Planificación de Comunicación de Brotes Epidémicos. Al desarrollar unas bases sólidas
para las comunicaciones sobre la influenza pandémica, los Estados Miembros también
fortalecen los sistemas de respuesta y comunicación para cualquier emergencia de salud
pública que pueda surgir.
25 World Health Organization Outbreak Communication Planning Guide. Organización Mundial de la Salud 2008. ISBN 978 92 4 159744 9.